La mariguana y su despenalización
¬ Augusto Corro viernes 2, Ago 2013Punto por punto
Augusto Corro
Los diputados uruguayos aprobaron -50 votos a favor y 46 en contra- la legalización de la producción, comercialización y consumo de mariguana.
Así pues, Uruguay se convierte en el primer país del mundo en despenalizar esta droga. Falta el trámite en el Senado, pero no representará ningún obstáculo.
¿Qué sigue? Para empezar, un mayor control de la producción, distribución y consumo de la hierba para fines medicinales y recreativos. Aunque, obviamente, esto último es lo que prevalecerá en el ambiente de la clientela. La despenalización del uso de la “cannabis”, según se planteó en las discusiones de los legisladores, no busca ser un ejemplo para el mundo ni para la región, sino resolver los problemas que la violencia del narcotráfico provoca en Uruguay. Se prevé en la ley la inscripción de consumidores en el Instituto de Regulación y Control de Cannabis, un nuevo organismo público que otorgará licencias de plantación de mariguana a privados.
En este sentido cambió la iniciativa de ley que había presentado el presidente uruguayo, Mújica, quien planteaba la posibilidad de que el Estado produjera la mariguana. No se aprobó.
Será la iniciativa privada la que se encargue de producirla.
En el nuevo código se permite la compra hasta de 40 gramos mensuales de mariguana en la red de farmacias, pero para adquirirlas el consumidor debe estar registrado y su identidad se mantendrá en reserva. El autocultivo de la hierba permite hasta seis plantas de “cannabis” por hogar.
Aunque los legisladores uruguayos no buscan ser ejemplo del mundo al despenalizar la droga mencionada, sí servirá como laboratorio para conocer en qué medida se reduce la violencia en países relacionados con la producción y consumo del enervante.
En México, por ejemplo, la guerra fallida contra la delincuencia organizada ha dejado más de 80 mil muertos en el sexenio de Calderón. Suficiente razón para estar atentos a los resultados de la nueva ley uruguaya. Aunque, en nuestro país, según los conocedores, la producción, tráfico y consumo de mariguana son un elemento más de todos aquellos que confluyen en la guerra contra el narcotráfico.
LA “JUANITA” EN MÉXICO
El paso que dio Uruguay en la despenalización de la droga se suma a las acciones de varios estados la Unión Americana, que van encaminadas a lo mismo: evitar que el consumo de la hierba sea un delito. Uno de los países más afectados por la guerra contra la delincuencia organizada es México, donde personajes de la política, principalmente, buscan la despenalización de la mariguana.
En nuestro DIARIOIMAGEN se publicó ayer una información sobre la proposición de cuatro ex secretarios para legalizar la mariguana, registrada en una mesa redonda denominada “Mariguana: ¿despenalizar su consumo?”
Ellos son Pedro Aspe, secretario de Hacienda en el sexenio de Carlos Salinas; Juan Ramón de la Fuente, secretario de Salud con Ernesto Zedillo; Jorge G. Castañeda, canciller de Vicente Fox, y Fernando Gómez Mont, secretario de Gobernación de Felipe Calderón.
Los puntos de vista de los personajes coincidieron en que es necesaria la despenalización de la mariguana. Gómez Mont tiene claro, como la mayoría de la gente, que la “cannabis” tenga mayores impactos que el alcohol o el cigarro. Es decir, no debe existir ninguna diferenciación.
Juan Ramón de la Fuente considera que hay riesgo de volverse adicto a la mariguana, pero que es menor que el de las drogas lícitas, como el alcohol y el cigarro.
Jorge Castañeda dice que si estados como Colorado y Washington pudieron despenalizar el consumo de la mariguana, bien puede hacerlo el Distrito Federal.
Pedro Aspe analiza que en materia económica, la despenalización de la mariguana reduciría su costo, no habría utilidades extraordinarias e impactaría en la disminución de prácticas corruptas de funcionarios públicos, así como la contratación de sicarios y la compra de armamento. En México, el tema de la despenalización de la mariguana apenas empieza y las discusiones en pro y en contra producirán ríos de tinta.
Feliz fin de semana.











