La política vs la fuerza
¬ José Antonio López Sosa lunes 26, Ago 2013Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
La política es precisamente, una ciencia que mediante su ejercicio, plantea soluciones en torno a la convivencia colectiva en una sociedad. En México tenemos de sobra gente que mediante el ejercicio de la política ocupa cargos públicos, ya sean de elección popular o de designación por alguno otro electo popularmente.
La fuerza pública es la encargada de garantizar la seguridad del Estado, es decir, la integridad de su territorio, la seguridad de su gobierno, y sobre todo, de la población en general.
La semana pasada, los maestros de diversas entidades de la República -integrantes de la CNTE- bloquearon como todos sabemos, no sólo el Palacio Legislativo de San Lázaro, sino también las inmediaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Evidentemente, estos bloqueos nos afectaron directa y alevosamente a quienes vivimos en la ciudad de México y la zona metropolitana, a personas que nada tenemos que ver con los problemas magisteriales en su interior.
Ahora bien, a través de las redes sociales, muchas personas pedían el uso de la fuerza pública para liberar las vialidades y echar a los maestros, prácticamente en una suerte de estado militar.
Si bien es cierto que los maestros violaron flagrantemente nuestro derecho de libre tránsito, también es un hecho que en los distintos niveles de gobierno no se echó mano de la política para evitar que este conflicto llegara a las calles. No hablo exclusivamente de negociar con los maestros, ya que estos tomaron las calles, tampoco de negociar con ellos si se aprobaba o no la reforma educativa. Mediante la política se deben hallar soluciones en torno a la convivencia colectiva, luego entonces, ¿por qué no se ha legislado con relación a prohibir los bloqueos en vías primarias en las ciudades?, ¿por qué no se abrió el diálogo con los afectados antes que estos llegaran a las calles? (sin que ello significara caer en chantaje alguno), ¿por qué no asumen su responsabilidad los órganos legislativos y ejecutivos federales y locales?
A los gobiernos en turno y a la clase política en general, parece convenirles más que los problemas detonen en las calles, que buscarles soluciones antes, de ese modo tienen la facilidad de usar la ira colectiva por un bloqueo en contra de algún adversario político.
Más que la indignación por el hecho en sí del caos provocado por este grupo de maestros, nuestro reclamo debe ser para que se hagan los cambios pertinentes en la legislación e impidan que una manifestación genere tal caos en la ciudad, no se trata de prohibirlas, pero sí de establecerles límites donde comienza el derecho de los demás ciudadanos, esos límites no son de palabra, tienen que estar legislados.
Finalmente, el reclamo también debe ser a los gobernadores de las distintas entidades de donde vienen los maestros, al secretario de educación pública federal, a los legisladores de las comisiones involucradas, todos ellos que esperaron a que el caos se gestara en la ciudad de México para luego entonces, atender a los quejosos.
Los que piden la fuerza pública a gritos, me parece que evocan un estado dictatorial donde la fuerza rija sobre la política y no a la inversa.
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