Venezuela: el sueño irreal de las izquierdas mexicanas
José Antonio López Sosa lunes 13, Ene 2014Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Caracas, Venezuela.- Es común escuchar o leer a gente de la izquierda mexicana —particularmente del ala perredista cercana a René Bejarano y Dolores Padierna—que pone al gobierno de Venezuela como un ejemplo a seguir.
También diversos líderes sindicales en México ponen el régimen de Hugo Chávez —hoy en poder de Nicolás Maduro— como una muestra de democracia y acercamiento a la gente que menos tiene.
La realidad es tristemente lo contrario, quienes piensan en el gobierno de Venezuela como ejemplo, pecan de ignorancia, no conocen Venezuela, o tal vez han venido invitados por el gobierno y se les ha mostrado la parte irreal del país.
En 15 años, el gobierno venezolano ha fomentado una polarización extrema donde a los empresarios y a la gente con recursos económicos se les ve como enemigos. En este punto hay que ser cautelosos, porque en efecto, tanto en Venezuela como en México y otras naciones del mundo; hay parte de la clase empresarial que saquea los países; sin embargo, es irresponsable señalar a todos por igual, desde el pequeño empresario hasta el poseedor de una trasnacional.
En Venezuela, la democracia se limita a lo que opina el régimen, a quienes no piensan como ellos se les llama escuálidos, vendepatrias y se les dice toda clase de insultos.
Pensar distinto en Venezuela es atentar contra la revolución bolivariana, y hoy en pleno 2014, es ir contra la voluntad del comandante eterno: el fallecido Hugo Chávez.
En Venezuela, la intolerancia es cosa natural; este periodista ha recibido toda clase de insultos vía twitter por manifestar y defender estas opiniones en redes sociales, evidentemente por defensores irracionales del régimen en turno.
Tal vez los sindicalistas mexicanos no están enterados que el gobierno de Venezuela rechazó el aumento salarial exigido por trabajadores de PVSA (Petróleos de Venezuela) a través de su sindicato, tampoco sabrán quizás que cada día tiene menos prestaciones el contrato colectivo de la petrolera venezolana, y menos aún, que la mayor parte de sus trabajadores no son de planta, sino laboran para empresas de “outsourcing”, sí, en pleno gobierno socialista y bolivariano.
En fin, Venezuela es el sueño irreal de las izquierdas mexicanas. No de todas, pero sí de quienes ponen a este país como ejemplo.
Del mismo modo, la visión de la oposición venezolana tiene la misma miopía, un pleno carácter reaccionario y de irrealidad. Es una lástima que los venezolanos tengan un gobierno y una oposición fuera de la realidad. Hasta el día de hoy no se ve una tercera vía que de verdad represente al ciudadano de a pie.
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