Niveles
Ramón Zurita Sahagún viernes 22, Ene 2010De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
En la política como en las cosas de la vida hay niveles, para unos se ajusta hacia arriba para otros en los términos medios y para los menos a la baja.
La referencia viene al caso por las reuniones plenarias que sostendrán cada una de las tres bancadas principales de la Cámara de Diputados, previo al inicio del segundo período ordinario de sesiones de la LXI legislatura.
Cada una de esas fracciones eligió un destino favorable como sede de la reunión, a efecto de expandir el efecto que puede resultar de esas reuniones en donde definirán las respectivas agendas legislativas.
Los panistas como partido en el poder eligieron el estado en donde piensan dar una fiera batalla para conquistar una plaza que les ha mostrado deferencia en el pasado, conquistando la principal ciudad, pero alejados siempre del gobierno estatal.
En esta ocasión, los panistas apuestan con un candidato que consideran de lujo –Rafael Moreno Valle-, ya que concentra el respaldo de su partido, pero también el de su principal aliada, la profesora Elba Esther Gordillo y su membrete de Nueva Alianza.
Los niveles de la bancada panista son altos, ya que se tiene considerada la presencia de una parte esencial del gabinete presidencial, representada por los principales colaboradores del Presidente Calderón y hasta la de éste, si es que las agendas se pueden empalmar.
Y aunque no acuda el Presidente de la República a la reunión de su bancada, sí lo podrán hacer los secretarios de Hacienda, Ernesto Cordero Arroyo; Gobernación, Fernando Gómez Mont; Desarrollo Social, Heriberto Félix Guerra y hasta el del Trabajo, Javier Lozano Alarcón, considerados todos ellos como prospectos sólidos para la candidatura presidencial del partido blanquiazul.
Ese privilegio para la bancada lo concede el disfrutar del poder federal, aunque en la Cámara de Diputados sean solamente la segunda fuerza y sus legisladores representen apenas un tercio de la composición de esa parte del Poder Legislativo.
Pero los priístas que sueñan con reconquistar el poder Ejecutivo federal y que integran la bancada más nutrida de la Cámara de Diputados eligieron una plaza sumamente simbólica, la más importante de las doce que irán a las urnas durante el presente año para la elección de gobernador.
Veracruz, con un gobernador con anhelos de abanderar a su partido en al contienda presidencial del 2012 resulta ser un estupendo anfitrión.
Esta entidad resulta ser la joya de la corona de las doce en disputa, por tratarse del tercer estado más poblado del país y donde la ciudadanía refrendó en dos elecciones consecutivas su raigambre priísta, luego de sufrir severos reveses electorales.
Fidel Herrera Beltrán, el actual gobernador sintió en carne propia los efectos de esa pérdida de confianza de la ciudadanía hacia el partido tricolor, cuando ganó el gobierno estatal por un punto porcentual a su adversario panista, Gerardo Buganza Salmerón.
Poco después en la elección intermedia, los priístas recuperaron las principales ciudades del estado y controlan la Cámara de diputados local y en los comicios federales del año pasado se consolidaron con victorias en 16 de los 19 distritos electorales en disputa.
Los priístas consideran que la pulverización del voto les concede la gran oportunidad de mantener la plaza en manos tricolores, sin importar el nombre del candidato.
En la plenaria priísta no estarán los secretarios del gabinete presidencial, pero si el gobernador anfitrión y otros de sus homólogos que cuentan con bancadas nutridas y buscan empujar algunas iniciativas favorables para sus respectivos futuros políticos o para sus entidades.
Los más desprotegidos son los perredistas, cuya plenaria está convocada para Tlaxcala, un estado que gobernaron en el pasado reciente y que dejaron ir por sus continuos enfrentamientos internos y por la impericia de su candidata al gobierno del estado, María del Carmen Ramírez, esposa del entonces gobernador y hoy senador Alfonso Sánchez Anaya.
Carentes de grandes figuras en los primeros planos políticos, los perredistas confían en la presencia de su dirigente nacional, Jesús Ortega Martínez, aunque no la anhelan, ya que el resquebrajamiento interno afecta sensiblemente la cohesión del grupo.
Los perredistas consideran que Tlaxcala puede significar el regreso de su partido, ya que la plaza puede ser disputada con éxito si es que el candidato resulta contar con el apoyo de todas las fuerzas de izquierda.
Las tres plenarias de los partidos más representados en la Cámara de Diputados deberán dejar buenos acuerdos que permitan llegar al período ordinario de sesiones con la maquinaria bien aceitada y con propuestas claras para conciliar con los otros grupos y lograr la aprobación de las leyes que requiere el país para avanzar hacia planos superiores.
De no lograrse eso, las plenarias servirán para lo mismo de siempre, el relajamiento de los diputados de cada una de las bancadas y fomentar la vanidad de unos cuantos políticos que son proclives los halagos.
*Clara diferencia entre comparecer ante el pleno camaral y una reducida cuota de diputados pudo constatar el secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna.
A favor del cuestionado funcionario operaron una serie de factores que permitieron darle fluidez al cambio de impresiones entre el funcionario de nivel federal y los legisladores.
La primera de ellas que los petistas no cuentan con una masiva representación en la Comisión Permanente del Congreso de la Unión. La segunda que la tensión del país es distinta a la de hace unos meses cuando apenas se acaba de instalar la legislatura. La tercera que panistas y perredistas buscan alianzas en, cuando menos, tres estados. Cuarto los llamados de los panistas, especialmente de Roberto Gil, a sus compañeros de otras fracciones para respetar al compareciente.