Morelos, la pesadilla
¬ Juan Manuel Magaña miércoles 2, Abr 2014Política Spot
Juan Manuel Magaña
El gobernador Graco Ramírez es dado a hacer chistes a propósito de la gran inseguridad que azota a Morelos.
El mejor de ellos es cuando afirma que Morelos está mejor hoy en la materia que hace 18 meses.
A Graco le han pedido, quienes lo rodean y los quejosos de tanta violencia y crimen en la entidad, que pida ayuda a la Marina, como han hecho otros estados del país.
El gobernador se ha burlado de la petición respondiendo que ni que se necesitara que los marinos fueran a cuidar el lago de Tequesquitengo.
El político forma parte de la tribu de “Los Chuchos”, pero llegó a su parcela de poder en Morelos no sin apoyarse, como todos ellos, en la gran fuerza política y social acumulada por el líder de izquierda Andrés Manuel López Obrador durante su campaña presidencial de 2012.
Ingrato, tan pronto arribó a la gubernatura no sólo le dio la espalda al dirigente, sino a una postura muy clara de la izquierda y su partido, el PRD, como es el rechazo a la privatización del petróleo y la energía.
Fraguado en política en el extinto Partido (pseudo)Socialista de los Trabajadores, bajo las órdenes de Rafael Aguilar Talamantes, a Graco, como a todos “Los Chuchos”, muy pronto se le dio la demagogia de izquierda.
De tal modo que en época reciente, para hacerse del gobierno de Morelos, prometió que acabaría con la inseguridad en el lapso de sus primeros 18 meses, transcurridos este 1 de abril, o de lo contrario se sometería a un proceso de revocación de mandato.
Ya en el poder y metido en el problema, Graco ha pedido a sus detractores que no pretendan que se resuelva el problema de inseguridad en tan corto plazo. “No es justificatorio, es un problema social, es como si usted me dijera, desde que usted llega tiene que demostrarnos que es mago, no pues mago no soy, soy una persona que está dedicado a los temas”.
Así, Morelos tiene hoy una atmósfera de inseguridad irrespirable. Lo más feo se vive precisamente en Cuernavaca con historias cotidianas y horrendas de secuestro, violaciones y asesinatos.
La vida social no sólo se ha apagado y replegado al interior de los hogares sino que ha emprendido el éxodo. Por eso el gobernador fue criticado cuando acudió como “representante ambientalista” a un congreso celebrado en la India, como si en su entidad no tuviera qué hacer.
Hace unas semanas, a 23 días de que concluyera el plazo de 18 meses que él fijó, reconocía ante el creciente descontento de la sociedad:
“Yo quiero decirles que estoy junto con mi esposa y mis hijos, igual de preocupado por ustedes, por la situación de inseguridad, no hemos podido darle la vuelta y le vamos a dar la vuelta”.
En aquel momento hubo una numerosa marcha, la segunda multitudinaria, de médicos y enfermeras para exigir un alto a los secuestros y extorsiones. Ayer 108 organizaciones participaron en la tercer marcha convocada para el 1 de abril, ahora para exigir que el mandatario deje el gobierno estatal.
Hoy que ya no tiene excusa, Graco se aferra a deformar la realidad:
“Claro que es mejor la seguridad hoy que hace 18 meses… Los resultados están llegando… tenemos al 85% de la población bajo el mando único de la policía estatal… hemos pasado de mil policías que hemos capacitado a cerca de cuatro mil que vamos a empezar a capacitar… puedo decir que la cifra a partir de enero, febrero y marzo ha decrecido en secuestros. Estamos ya ahorita en una cifra histórica de ocho secuestros en el mes”.
Según el gobernador, el aumento en los secuestros se debe a que su administración “descabezó” a los principales cárteles que vivían del narcomenudeo y hoy lo hacen del secuestro exprés. Según él, el cártel de los hermanos Beltrán Leyva quedó fuera del estado y el grupo de Los Rojos se ha desmantelado en 90 por ciento.
Sólo el grupo social que encabeza en el estado el poeta Javier Sicilia, y que colabora con Graco, no se ha sumado a las presiones, pues ve “visos de revancha” así como “intereses políticos” en la marcha de ayer. Es cierto en parte, pero también lo es que Morelos vive uno de sus peores momentos, realidad muy distinta a la ofrecida por un político como Graco.