Alianzas
Ramón Zurita Sahagún lunes 30, Jun 2014De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
El domingo próximo los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática vivirán un nuevo episodio de sus múltiples alianzas realizadas en busca de ganar posiciones de elección popular.
Nayarit y Coahuila serán los escenarios de esta nueva alianza en comicios locales, aunque ahora será de facto, como un preámbulo del proceso electoral que se vivirá a nivel federal el año próximo.
Hasta ahora, panistas y perredistas han establecido coaliciones o alianzas en comicios locales y estatales, pero no han recurrido a ese tipo de relaciones entre la derecha e izquierda en procesos electorales federales.
Cada uno de estos partidos establecieron alianzas con organismos políticos más afines a ellos como son PT y Movimiento Ciudadano (antes Convergencia) en el caso del PRD y el Ecologista (después se alió con el PRI) en el de Acción Nacional.
Sin embargo, hasta ahora, derecha e izquierda han resistido la tentación de ir juntos en un proceso electoral donde se elijan diputados, senadores y hasta Presidente de la República.
En cambio, estos partidos políticos, sí lograron consensos para competir por diversos gobiernos estatales, ganando en los menos y perdiendo en los más, aunque después de ir juntos en un proceso electoral, al siguiente decidieron competir en solitario.
La realidad es que en el terreno de los hechos dichas alianzas no funcionaron con todo y la victoria electoral, ya que los gobernantes no respondieron a las expectativas de los propios partidos y mucho menos a las de los electores.
Regularmente, en el caso de los victoriosos, los gobernantes se acercaron más con el partido con el que comparten ideología, alejándose del otro.
Lo peor de eso no fue la distancia marcada con el otro partido, pues sus administraciones han resultado sumamente desastrosas.
Antonio Echevarría Domínguez gobernó Nayarit luego de renunciar al PRI y ser postulado por panistas y perredistas, aunque sus preferencias siempre se mantuvieron más cercanas al partido de la derecha.
Su gobierno no fue menos peor que el de sus antecesores, aunque si mejor que el de sucesor.
Pero lo que distinguió a Echevarría Domínguez fue su pretensión por impulsar la candidatura al gobierno estatal de su esposa, Martha Elena García, situación que no se alcanzó en ese momento.
Seis años más tarde, Martha Elena se convirtió en candidata al gobierno estatal, aunque no cuajó la misma alianza que impulsó a su esposo, ya que antes de los comicios la coalición PAN-PRD se rompió y ella compitió con el respaldo de la izquierda, fracasando en las urnas.
Pablo Salazar Mendiguchía fue otro de los gobernantes en el pasado surgidos de una coalición de partidos.
Chiapas fue la entidad que gobernó Pablo Salazar y aunque su administración la hizo cercana al gobierno federal que encabezaba el panista Vicente Fox Quesada, terminó afiliándose a uno de los partidos de izquierda.
El resultado de su administración se resume en el tiempo que pasó el ex gobernador en prisión, acusado de diversos delitos, aunque fue exonerado y se consideró víctima de una venganza política.
Patricio Patrón Laviada es otro de los gobernadores surgidos de una alianza entre los partidos de izquierda y derecha, aunque su militancia era abiertamente panista.
La alianza con la derecha no le generó mayor presencia a la izquierda en Yucatán, una entidad en que su captación de votos sigue siendo mínima.
En los tres casos mencionados de los triunfos en las urnas de la alianza entre los partidos de izquierda y el de derecha, los ciudadanos de esas entidades (Nayarit, Chiapas y Yucatán) no registraron mejorías, ni se alcanzaron grandes obras de beneficio colectivo.
Fue tan grande la decepción de los electores que en los siguientes comicios, tanto en Nayarit como en Yucatán decidieron votar nuevamente por los partidos que los habían gobernado durante varias décadas.
Ney González Sánchez e Ivonne Ortega Pacheco, postulados por el Revolucionario Institucional triunfaron sobre sus adversarios Miguel Ángel Navarro y Xavier Abreu Sierra, respectivamente. En el caso de Chiapas, los ciudadanos optaron por repetir la fórmula usada en el caso de Pablo Salazar y votar por un disidente priísta (Juan José Sabines), postulado por la izquierda, aunque no fue en alianza con la derecha.
Actualmente tres gobernantes surgidos de esas coaliciones se mantienen en gobiernos estatales, Rafael Moreno Valle (Puebla), Gabino Cué Monteagudo (Oaxaca) y Mario López Valdez (Sinaloa).
Los tres consiguieron sus triunfos en la misma elección, en 2010, aunque sus administraciones han circulado por rutas distintas.
De los tres, el que alcanza mejores resultados es el poblano Moreno Valle, el que, incluso, mantiene miras altas ya que pretende convertirse en el candidato presidencial de su partido (PAN) para la competencia del 2018.
Sus logros son muchos, en el terreno gubernamental, con una administración aceptable, pero más en lo político, donde se convirtió en el impulsor de la candidatura de Gustavo E. Madero Muñoz, quien ganó con amplitud la presidencia del partido.
Gabino Cué Monteagudo resultó una decepción como gobernador, ya que se sometió a la voluntad de grupos de presión locales como la CNTE y se alejó de los proyectos ofrecidos en campaña. Oaxaca es un desgarriate, donde un pequeño grupo se beneficia de los programas de gobierno y de la concesión de la obra pública.
En Sinaloa, las cosas no marchan mejor con Mario López Valdez, un gobernante alejado de la administración pública y dedicado a las relaciones públicas personales, mientras la entidad continúa sometida por los grupos delincuenciales, en tanto su mandatario despacha en los principales restaurantes de la ciudad de México.