Los desplazados
Augusto Corro lunes 30, Jun 2014Punto por punto
Augusto Corro
La semana pasada nos referimos a la crisis humanitaria que viven miles de niños centroamericanos y mexicanos que viajan solos a Estados Unidos.
El conflicto que está ante nuestros ojos, pero que no lo vemos, amenaza con crecer irremediablemente. Sin embargo, parece ser que los gobiernos de los países centroamericanos y mexicanos se dan a la tarea de encontrar soluciones al problema. Ojalá.
Como informamos, más de 40 mil niños se encuentran en diversos centros de detención en Estados Unidos en espera de ser deportados. Doce mil pequeños son mexicanos. Son diversas las causas de los menores que dejan sus lugares de origen para llegar al vecino país del norte. Entre otras, la violencia, pobreza y falta de empleos.
También influye la información distorsionada que dejan entrever la posibilidad de que los niños logren reunirse con sus padres.
En la región centroamericana, los gobiernos van y vienen sin empeñarse en mejorar las condiciones de vida de los habitantes de aquellos lugares.
En México, el campo se encuentra abandonado. En dos sexenios de presidentes panistas, a pesar de que uno de ellos es ranchero (Fox), nadie movió un dedo para invertir en el agro.
Los resultados están a la vista con más de 50 millones de personas en las filas de la pobreza.
El drama humano estará presente en las familias de pobres que ven en EU la última oportunidad para salir de la pobreza.
Por lo pronto, el drama de los niños debe analizarse a fondo, ahondar en su análisis, llegar a las causas reales que lo provocan, porque es condenable cualquier pronunciamiento demagógico que intente cubrir el sol con un dedo.
LA GLOBALIZACIÓN
La globalización hace al mundo más chico. Todas las naciones participan en intercambios comerciales, de negocios en general, etc.
Los inversionistas encuentran mayores posibilidades para su enriquecimiento, sin importarles la materia prima: el hombre.
¿Y los derechos humanos, la pobreza y la violencia? Es lo que menos les interesa a los capitanes de la industria, del comercio, de los grandes negocios.
Para ellos no existen esos problemas que resuelvan con sus estratosféricas ganancias, completamente ajenos al dolor humano y a las injusticias.
El pasado 26 de junio apareció una noticia que mueve a la ira. Se refiere a la oposición de funcionarios neoyorquinos a alojar a niños centroamericanos no acompañados en Long Island.
Las autoridades mencionadas buscan la manera de enviar a los menores a diferentes centros de reclusión en el territorio estadounidense. El drama que viven los latinoamericanos en Nueva York se repite en otras localidades, en el sur de Estados Unidos.
Como dice el obispo auxiliar de Puebla, Eugenio Lira Rugarcía, urge “globalizar la solidaridad”.
En tanto, continúa la crisis humanitaria, cuyas principales víctimas son los menores mexicanos y centroamericanos que viajan solos al vecino país del norte.
ALERTA POR CRISIS HUMANITARIA
De acuerdo con las opiniones de especialistas, el problema de los desplazados en Centroamérica colocan a la región “al borde una catástrofe humanitaria”.
Lo anterior, obedece a que la pobreza y la violencia se han agudizado en El Salvador, Honduras y Guatemala. Así lo señalan los investigadores David Cantor y Catherine Jaskowiak en un artículo publicado en la revista “Refugee Survey Quarterly”.
Las condiciones de una violencia sostenida y la pobreza son las causas que obligan a miles de personas a abandonar sus países y migrar hacia Estados Unidos. Entre los desplazados se encuentran los niños y adolescentes que viajan sin acompañante. En fin, el problema de la migrantes indocumentados exige un análisis y una solución a fondo, para evitar la amenaza de una crisis humanitaria mayor.
CRISIS DE SEGURIDAD
En Morelos, la espiral de violencia se encuentra sin control. El gobernador perredista Graco Ramírez ha sido incapaz de brindar seguridad a los morelenses.
De acuerdo con estadísticas oficiales, la mencionada entidad ocupa el primer lugar en secuestros. Además, se disparó el índice de delitos sexuales.
En los últimos dos sexenios los gobiernos panistas de Sergio Estrada Cajigal y Marco Adame Castillo la delincuencia organizada encontró el terreno propicio para sus actividades ilícitas.
En su campaña política para la gubernatura, Graco Ramírez prometió seguridad y tranquilidad a la sociedad morelense.
El perredista no ha cumplido con su promesa. Los morelenses ahora se encuentran más preocupados porque la seguridad no llega por ningún lado. Ya están cansados de los discursos demagógicos de su gobernador que nada resuelve. El último hecho violento que golpeó a la sociedad morelense fue el asesinato del catedrático Alejandro Chao y de su esposa Sara Rebolledo. Diferentes sectores sociales han realizado marchas y manifestaciones de protesta en contra de la violencia y la inseguridad. También han cuestionado la administración de Graco Ramírez y han exigido su renuncia.