¿Tienen el valor o les vale?
¬ Juan Manuel Magaña jueves 3, Jul 2014Política Spot
Juan Manuel Magaña
Primero lo primero, ahora que el Senado ya está en lo de la legislación secundaria en materia de telecomunicaciones: que los legisladores que están en conflicto de interés se aparten de este proceso.
Está claro que los que integran la famosa “telebancada” no actuarán con imparcialidad, ni tendrán calidad moral para legislar en un asunto tan delicado. Y por lo tanto actuarán al margen de la ley.
La Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos es muy clara al respecto y dice que todo servidor público tendrá la obligación de excusarse de intervenir, por motivo de su encargo, en cualquier forma en la resolución de asuntos en los que tenga interés personal, familiar o de negocios.
Y los legisladores que forman parte de la llamada “telebancada” tienen todos esos intereses o simplemente son pagados fundamentalmente por las televisoras.
Con esa carga de intereses no representan al país, al interés general y anulan su calidad de legisladores. Ellos y los intereses que representan encontraron la forma de exhibir y luego de escandalizar con el asunto de la grabación de la diputada del PRD, Purificación Carpinteyro, en la que ella plantea a futuro cómo podría beneficiarse en lo personal de lo que estaría legislando.
El conflicto de interés estaba insinuado en esa grabación, ilegal por cierto, y ella tuvo, aun haya sido a duras penas, que excusarse de seguir en tema tan delicado. Pero así como Carpinteyro terminó por hacerse a un lado para no estar en falta, así tendrían que hacer los otros senadores y diputados del PRI, PAN y PVEM, fundamentalmente.
Pero no lo harán porque me atrevo a decir que entre ellos predomina un interés voraz, además de la hipocresía o el cinismo para sostenerlo.
Ya el dirigente del PRD, Jesús Zambrano, envió una carta al presidente de la Mesa directiva del Senado, Raúl Cervantes, en la que exige que 15 legisladores (le faltaron por lo menos dos más) que forman la llamada “telebancada” se excusen de la discusión de la reforma en telecomunicaciones.
Y hay que decir (con una mínima referencia) quiénes son, primero, estos senadores: Javier Lozano (quien pidió al empresario Joaquín Vargas la cabeza de Carmen Aristegui a cambio de la concesión de la banda de 2.5 GHz; Emilio Gamboa (abierto promotor de la Ley Televisa); Ninfa Salinas (hija de Ricardo Salinas Pliego y ex vicepresidenta de marketing de Grupo Salinas); Arely Gómez (hermana de Leopoldo Gómez, vicepresidente de Noticieros Televisa); Luis Armando Melgar (presidente de Fundación Azteca en Chiapas); Juan Gerardo Flores (ex director en Cofetel y asesor de Televisa); Carlos Puente Salas (ex director en TV Azteca y ex asesor de la CIRT), y Mónica García de la Fuente (ex integrante del departamento jurídico de Televisa).
Los diputados en cuestión son: Jorge Mendoza Garza (ex vicepresidente de Información y Asuntos Públicos en TV Azteca; Federico González (redactor de la Ley Televisa); Laura Ximena Martel (ex prosecretaria de la CIRT); Antonio Cuéllar Steffan (ex director Jurídico de Televisa); Javier Orozco Gómez (ex abogado de Televisa); Enrique Cárdenas (accionista de la Organización Radiofónica Tamaulipeca); Homero Niño de Rivera (ex director de comunicación de Segob, con Calderón); Patricio Flores (dirigente de SITATYR con plaza en Televisa), y Rubén Acosta Montoya (ex director ejecutivo de Cofetel).
Para el caso del senador panista Javier Lozano, el coordinador de la bancada del Partido del Trabajo, Manuel Bartlett, recordó que, como funcionario en los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón, Lozano benefició a las televisoras.
Incluso, trajo a colación el que la Auditoría Superior de la Federación documentó actuaciones irregulares del panista cuando presidió la entonces Comisión Federal de Telecomunicaciones y autorizó un pago indebido de 550 millones de pesos a la empresa Unefon y otras irregularidades. Y agregó que en 2010 ‘‘Lozano jugó un papel fundamental para que se adjudicara la fibra óptica de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) al consorcio formado por Televisa, Megacable y Telefónica’’.
Aunque a regañadientes, Carpinteyro tuvo la decencia de admitir su falta y apartarse del camino. Con la “telebancada” no hablemos de decencia, pero parafraseemos a los clásicos: ¿tendrán el valor o les vale?











