El dizque debate
¬ Juan Manuel Magaña lunes 28, Jul 2014Política Spot
Juan Manuel Magaña
A quién creerle. El presidente de la Cámara de Diputados, el panista José González Morfín, asegura que en este cuarto periodo extraordinario de sesiones -que hoy inicia con la inocultable intención de aprobar sin miramientos las leyes secundarias en materia energética- habrá una intensa jornada legislativa durante los siguientes días para “analizar” y discutir” con “equidad y legalidad”.
Por su parte, el coordinador de la bancada priísta, Manlio Fabio Beltrones, dijo que habrá un “debate a fondo y ordenado” y que se escucharán los argumentos para perfeccionar el contenido de las leyes. Señaló que confían en una “discusión abierta y sensata” sobre los temas sustantivos de la reforma y que no haya acciones unilaterales que intenten impedirla.
Manifestó: “Aseguraremos que no haya marcha atrás en las modificaciones realizadas para garantizar los derechos sociales y privados de los propietarios de las tierras que son susceptibles de aprovechamientos de los hidrocarburos y para dar plena autonomía a Pemex y la CFE y asegurar su viabilidad financiera”.
A su vez, el coordinador de senadores perredistas, Miguel Barbosa, auguró que los diputados de su partido “ganarán el debate” y pondrán énfasis en los puntos más negativos de esta legislación. Dijo que sus compañeros diputados sabrán generar polémica y representar a un amplio grupo de sectores sociales, por lo que sabrán qué hacer para que su oposición a esta legislación sea escuchada.
Aquí es donde cabe preguntar: ¿Cuál debate? ¿Cuál análisis? ¿Cuál discusión a fondo y ordenada, con equidad y legalidad?
Si precisamente es lo que no se ha hecho, de cara a la sociedad, para elaborar todas esas leyes tan delicadas y peligrosas, que de plano están por entregar, “legalmente” eso sí, la última riqueza que la sociedad puso en manos del PRI en la última elección.
Todos esos legisladores hablan de una realidad que hasta ahora no se ha dado. Encubren con palabras adornadas del tipo -“siempre nos portamos bien, ¿eh?”- algo que se ha hecho con bastante desaseo, con poco cuidado y con sobrada malicia en contra del interés nacional.
Dice, en cambio, Andrés Manuel López Obrador -el principal dirigente opositor que en la rareza de tiempos políticos que vive México no tiene vela en este entierro legislativo- que “el Congreso de la Unión está tan controlado que desde ahora les puedo adelantar que las leyes secundarias de la reforma energética serán aprobadas por 400 de los 500 diputados federales”.
El presidente del Consejo Nacional del Movimiento Regeneración Nacional afirmó que ya se sabe que los legisladores aprobarán las leyes secundarias y que de los 100 que estarán en contra, 80 “lo harán por las circunstancias y 20 de manera sincera”.
Explicó: “Esto se sabe de antemano, pero también les informo que según las encuestas nacionales 75 por ciento de los mexicanos está en contra de la reforma energética… lo que están haciendo los diputados y los senadores es una vil imposición”.
AMLO expresó que frente al hecho de que están imponiendo reformas a la Constitución y a espaldas del pueblo, Morena -que en días pasados recibió el registro de partido político- ya lleva más de un millón de firmas para que se realice la consulta en la materia. Y como dijo estar seguro de que la mayoría de los mexicanos dirá que no está de acuerdo con la reforma energética y como la consulta es de carácter vinculatorio, los legisladores tendrán que dejar la Constitución como estaba, porque el petróleo no es del gobierno; “por justicia, derecho y determinación que tomó en su momento el presidente Lázaro Cárdenas, es del pueblo y de la nación”.
Entonces, ¿a quién creerle, si contra lo ofrecido en el discurso y la propaganda el saldo de las reformas será el aumento del precio de los combustibles, particularmente la gasolina y el gas, así como la pérdida de miles de empleos de trabajadores de Pemex y la CFE, una vez que desaparezcan dichas empresas?
Que habrá debate. Cómo no.