Los pluris
Ramón Zurita Sahagún martes 26, Ago 2014De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
El tema de los legisladores plurinominales es una tarea pendiente que desde algún tiempo se sacó a la discusión pública, pero que los partidos se habían negado a entrarle al debate.
Son demasiados diputados y senadores, ya que la mayoría de ellos, sin importar el método por el que llegan son simplemente anodinos, sin una participación real.
Los partidos forman sus burbujas en la que son pocos los legisladores que forman parte de la misma, no rebasando el 15 por ciento de ellos en diputados y 20 por ciento en senadores (incluidos todos los partidos) que llegan a figurar en los temas importantes o trascendentales.
Es cierto que se ha realizado una redistritación en todo el país, pero desde que en 1988 llegaron los 200 diputados de representación a la Cámara de Diputados, aumentado en cien el número de ellos, poco ha mejorado en funcionalidad el trabajo legislativo.
Antes de eso, en 1985, los plurinominales eran solamente 100 y los priístas no tenían acceso a esas plazas, aunque tenían que cubrir el requisito de postularlos, lo que los llevó a recibir el mote de “nacidos para perder”.
Para los partidos minoritarios, los plurinominales se convirtieron en una panacea, ya que varios de ellos llegan a contar con una bancada, sin ganar jamás un distrito de mayoría.
De ahí, la gran irritación de esos partidos, con la propuesta de los priístas para reducir el número de representaciones plurinominales en ambas cámaras del Congreso de la Unión.
Con nuevas reglas electorales, donde participarán candidatos independientes, la reducción de los espacios plurinominales resulta ser atractiva para unos, mientras que para otros puede redundar en su desaparición o diminución radical de sus representantes.
Allá por el, aparentemente, lejano 1993, Fernando Lerdo de Tejada subió a la tribuna de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión para agredir verbalmente a los diputados de la oposición que provenían del sistema de representación proporcional, los famosos plurinominales.
Lerdo arremetió contra este método, por lo que fue reconvenido, al recordarle que su entonces coordinadora de la bancada priísta, María de los Ángeles Moreno, provenía del mismo sistema.
En aquel entonces no se ponía tanta atención entre los diputados, primero y senadores, después que llegaban por ese método al Congreso de la Unión.
Los priístas que todavía eran mayoría absoluta pasaban a su coordinador por la prueba de las urnas, para mostrar la fortaleza de los mismos, dejando las plurinominales para líderes y dirigentes que no podrían alcanzar el respaldo necesario en las casillas.
Eliseo Mendoza Berrueto, Guillermo Jiménez Morales y Fernando Ortiz Arana, coordinadores sucesivos de las bancadas priístas en las legislaturas LIII, LIV y LV, fueron electos en Coahuila, Distrito Federal y Querétaro, respectivamente.
María de los Ángeles entró de sustituta en la LV, cuando Ortiz Arana solicitó licencia para irse a la dirigencia nacional del PRI.
Humberto Roque Villanueva fue el primero de los coordinadores originales del PRI en provenir de una circunscripción plurinominal, ya que Arturo Núñez Jiménez retomó la línea de las urnas, una legislatura más tarde.
Luego se volvió costumbre que los coordinadores de las bancadas priístas recurrieran al mismo método de las otras bancadas, seleccionar a su coordinador, sin el paso directo por las urnas.
De esa manera, muchos priístas y de otros partidos, encontraron una veta rica para explotar, ya que aseguraban su espacio y hasta el liderazgo de sus bancadas desde antes de la elección.
Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa Patrón son dos claros ejemplos de lo anterior, ya que saltan de un espacio a otro, sin el respaldo directo de los electores de un distrito o de un estado.
Ambos han sido coordinadores de sus bancadas en las dos cámaras (Senadores y Diputados), aunque la diferencia es que Manlio si ganó tres elecciones (diputado, senador y gobernador), cuando debía fajarse para ello, mientras que Gamboa salta de una cámara a otra, aprovechando las bondades de las plurinominales.
En el PRD, el ahora poderoso y dominante grupo de “Los Chuchos”, jamás ha ganado una elección de mayoría por parte de sus principales activos, aunque eso sí, todos han pasado por una u otra cámara y los principales hasta por las dos. Jesús Ortega, Graco Ramírez, Carlos Navarrete y Angélica de la Peña (esposa de Ortega), han llegado a las dos cámaras por la vía plurinominal. Jesús Zambrano, Sonia Ibarra (cónyuge de Acosta) y Guadalupe Acosta a la de diputados por la misma ruta, entre los casos más destacables.
Los panistas no se quedan atrás, ya que Felipe Calderón, Margarita Zavala, Luis Alberto Villarreal, Josefina Vázquez Mota, Diego Fernández de Cevallos y otros más llegaron por esa misma vía de representación proporcional que hoy se encuentra en el centro de la discusión pública.
De concretarse la consulta y ser aprobada desaparecerían 100 diputaciones y 32 senadurías de representación proporcional, que son consideradas como un exceso, por lo que se reducirían a 96 senadores y 400 diputados los que conformen ambas cámaras, aunque son los más que opinan que de una buena vez deberían desaparecer otro tanto similar.
JOSEFINA Y TOVAR
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COAHUILA
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