Cambio de formas
Ramón Zurita Sahagún lunes 1, Sep 2014De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Carlos Salinas de Gortari recibió una y otra vez el rechazo de la diputación de izquierda en el Congreso de la Unión, mediante leyendas escritas en carteles y mostrándole la espalda, mientras recetaba el resumen de su año de gobierno.
Hoy, la izquierda, representada por el PRD, presidirá las dos cámaras en el inicio de sus actividades anuales, en que el Presidente de la República envía su informe de gobierno.
Los tiempos han cambiado, el avance democrático es una realidad, sin que hubiese necesidad de que un partido sea mayoría en el Congreso para que pudiese presidir la mesa directiva.
Silvano Aureoles y Miguel Barbosa presidirán los respectivos trabajos de diputados y senadores en el año legislativo que inicia hoy.
Lo relevante de esto es que desde las instancias del poder se perdió el miedo a que la entrega de las presidencias a la izquierda produjera condiciones adversas para el trabajo a desahogar.
Aquellos tiempos como los relatados al inicio de la columna en que el enfrentamiento entre la izquierda y los hombres del poder gubernamental quedaron en el pasado, para proyectar una relación civilizada entre gobierno y oposición.
Más de 20 años transcurrieron desde la irrupción del PRD como partido sólido de izquierda, dispuesto a competir en igualdad de condiciones por el poder público, sin tener que atenerse solamente al reparto de diputaciones de partido o plurinominales.
El acercamiento mantenido con las otras fuerzas políticas y con el gobierno federal que encabeza el presidente Enrique Peña Nieto, mediante el Pacto por México, mostró otra faceta del partido de izquierda que durante muchos años mantuvo la imagen de partido de confrontación.
Algunos ven ese acercamiento como la muestra de la docilidad del partido que es encabezado por el grupo de “Los Chuchos”, por lo que se les recompensa con la entrega de presidir ambas mesas directivas.
Sin embargo, gran parte de esta decisión parte del acuerdo entre las fracciones legislativas que coordinan respectivamente el senador Miguel Barbosa y el diputado Silvano Aureoles y no de alguna negociación por parte del presidente del partido Jesús Zambrano.
Ambos legisladores forman parte del nuevo rostro que pretende presentar la izquierda, lejano de aquel bronco, agresivo, tomador de tribuna y que hasta irrumpía en el Congreso por la fuerza.
Existen varios antecedentes del manejo de legisladores perredistas en los trabajos camerales y destaca la pulcra conducción de la mesa directiva por parte de Porfirio Muñoz Ledo, siendo el primer diputado de oposición que respondía un informe de gobierno.
Por varias décadas los priístas que hacían mayoría absoluta en la Cámara de Diputados presidieron los trabajos de los legisladores y ser elegido presidente de la Cámara de Diputados para responder un informe de gobierno era la advertencia de un futuro promisorio.
Los diputados que lo hacían sabían que serían candidatos a gobernadores en sus respectivos estados y que hasta podían formar parte del gabinete presidencial, si es que formaban parte del grupo de apoyo del que sería candidato del PRI.
Ahí radicaba la importancia de presidir la Cámara de Diputados durante un Informe de Gobierno y en su papel de presidente de debates responder al mismo.
Las formas se han modificado y hoy ser presidente no redunda en una candidatura a gobernador, aunque en esta ocasión, para Silvano Aureoles sí lo representa.
Silvano aspira a la candidatura de su partido (PRD) al gobierno de Michoacán y requería de una plataforma de lanzamiento como la que tendrá a partir del primero de septiembre y en la que tendrá los reflectores encima durante, cuando menos, tres meses, antes de solicitar licencia.
Claro que a diferencia de los priístas del pasado, Aureoles no va en caballo de hacienda hacia la gubernatura de su estado natal, ya que tendrá que competir en unos comicios que se consideran cerrados con los candidatos que postule el PRI (partido en el gobierno) y el PAN, que aspira a gobernar por vez primera esa entidad.
Curiosamente, su antecesor en el cargo, el panista José González Morfín, es también michoacano, aunque no se le considera como prospecto para competir por el gobierno de su entidad natal, ya que antes de él existen otros nombres de compañeros de partido mejor posicionados.
Salvador Vega Casillas, Luisa María Calderón y Marko Cortés, son catalogados como mejores prospectos que González Morfín para competir como candidatos panistas al gobierno de Michoacán.
Pero quien presidió los trabajos de la Cámara de Diputados en la presentación del Primer Informe de Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto fue Ricardo Anaya, quien sí se encuentra en franca competencia por la candidatura panista al gobierno de Querétaro.
Anaya está situado en la actualidad como secretario general del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Acción Nacional, es decir el segundo en el mando del organismo político, después del presidente Gustavo E. Madero Muñoz.
Sin embargo, fue el priísta Francisco Arroyo el primer presidente de la LXII legislatura de la Cámara de Diputados y si acaso quiere competir por el gobierno de su estado (Guanajuato) tendrá que aguantar otros tres años.
QUERÉTARO
Querétaro, municipio gobernado por el priísta Roberto Loyola Vera (rescatado después de varias administraciones panistas), se encuentra ubicado como uno de los cinco primeros a nivel nacional en lo referente a mejora regulatoria, gobernabilidad y buen gobierno.
De acuerdo a una encuesta del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado, ha dado buen resultado la decisión del presidente municipal de aliarse con la sociedad, lo que redunda en buenos resultados.