Reuniones de unidad
Ramón Zurita Sahagún jueves 4, Sep 2014De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Durante el gobierno de José López Portillo se hizo común la convocatoria a lo que se llamó Reunión de la República, en la que participaban todos los actores políticos de peso. No faltaba nadie, ya que la convocatoria era vertical y procedía del propio Ejecutivo federal.
Acudían los secretarios del gabinete y los directores de paraestatales y descentralizadas, senadores, diputado, gobernadores y alcaldes.
Eran los llamados momentos de unidad en que se festejaba la bonanza del país y lo promisorio que se avizoraba el futuro.
Veracruz y Hermosillo fueron dos sedes de esas reuniones sumamente productivas para los entonces integrantes del partido único, que ganaba todas las elecciones importantes y que, ocasionalmente, perdía algún ayuntamiento remoto y casi nunca una capital estatal.
La República se hacía presente en este que era un respaldo al Presidente de la República, el entonces poderoso José López Portillo.
El pasado martes, con sus diferencias, pero la convocatoria presidencial a Palacio Nacional recordó aquellos míticos momentos en que se cerraba filas alrededor del Ejecutivo federal en turno.
Miembros del gabinete, legisladores, gobernadores, personalidades del ámbito empresarial, bancario y de los medios de comunicación, entre otros, asistieron al magno evento, donde el Presidente de la República envió su mensaje político, sobre el presente y futuro de la nación y donde se dieron algunos anuncios no tan sorpresivos.
Y aunque los tiempos son distintos, ya que en el pasado se vivían los tiempos del monolítico partido único y hoy, el país disfruta de una democracia, donde varios partidos se reparten los espacios del Congreso de la Unión, los gobiernos estatales y las principales presidencias municipales.
Claro que en cuestión de gobierno federal falta mucho para llegar al lado óptimo, ya que el partido ganador de la Presidencia de la República, sigue disfrutando para sus militantes los principales cargos de la administración pública.
Alguna vez se intentó incorporar a miembros de la oposición al gobierno federal, en cargos relevantes, pero la mayor parte de esos ensayos resultaron desastrosos.
Fue en 1994, cuando Ernesto Zedillo Ponce de León designó como Procurador General de la República a Antonio Lozano Gracia, un destacado abogado panista que había coordinado a los diputados de ese partido.
Su actuación fue terrible, se recuerda que su fiscal Pablo Chapa Bezanilla lo metió en tantos líos que fue urgente removerlo.
Eran momentos difíciles para el partido en el poder (PRI), donde se buscó que con un procurador ajeno al partido se avanzara en las investigaciones en torno a los crímenes de Luis Donaldo Colosio y José Francisco Ruiz Massieu.
No se consiguió nada, más que entrampar lo ya enredado del asunto y hasta se recurrió a situaciones chuscas y vergonzosas como la actuación de una vidente y la complicidad establecida entre autoridades y testigos comprados.
Como siempre nada sucedió, los orquestadores de la patraña, simplemente fueron despedidos y hasta ahí quedaron las cosas.
Vicente Fox Quesada decidió experimentar con un miembro de la oposición dentro de su gabinete con un cargo relevante.
Francisco Gil Díaz, secretario de Hacienda desarrolló un trabajo eficiente, manteniéndose los seis años en el cargo, sin grandes complicaciones.
Luis Téllez fue la apuesta de Felipe Calderón por situar en su gabinete a un militante de otro partido político, pero le resultó igual que a Zedillo, los resultados fueron terribles y el entonces secretario de Comunicaciones y Transportes fue relevado en medio del escándalo de grabaciones y acusaciones al por mayor.
Claro que dentro del gabinete se ha experimentado con algunos personajes que son considerados como independientes como son los casos de Jorge G. Castañeda Gutman, en la secretaría de Relaciones Exteriores y los actuales José Antonio Meade en el mismo cargo y Rosario Robles Berlanga, secretaria de Desarrollo Social.
Castañeda tuvo sus bemoles en su actuación y dejó el cargo ante su desatada ambición por ser nominado candidato a la Presidencia de la República, condición que nunca alcanzó.
Meade se mantuvo en su calidad de independiente en la administración de Felipe Calderón, repartiendo su tiempo como secretario de Energía, un tramo y de Hacienda otro más.
En la actualidad se mueve como pez en el agua como secretario de Relaciones Exteriores, sorteando todas las dificultades que se le presentan.
Rosario Robles es un ave de tempestades desde su paso por el PRD y ahora en su calidad de independiente se mantiene firme.
AEROPUERTO
El solo anuncio de la construcción del nuevo aeropuerto motivó que ya hay quienes intentan revivir episodios del pasado no tan lejano.
El nuevo aeropuerto estará contiguo al actual y para su construcción se requerirá de una inversión de 120 mil millones de pesos.
La nueva terminal aérea tendrá seis pistas y capacidad para transportar cuatro veces más de lo que actualmente se hace, es decir 120 millones de pasajeros al año.