Dos de octubre (y lo que falta)
¬ Juan Manuel Magaña jueves 2, Oct 2014Política Spot
Juan Manuel Magaña
Para este 2 de octubre, la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal dispondrá de un operativo especial en el que participarán 3 mil policías. Con ellos tratará de vigilar y resguardar las movilizaciones que realizarán organizaciones y grupos estudiantes que llegarán a la plancha del Zócalo, luego de que al menos en dos años se les ha impedido arribar a este punto.
Jesús Rodríguez Almeida, titular de la SSPDF, ha confirmado un gran dato: que los contingentes que partan de la Plaza de las Tres Culturas arribarán a la plancha del Zócalo.
Dijo: “Evidentemente sabemos que el trayecto es de la Plaza de las Tres Culturas, el contingente recorre un tramo del Eje Central Lázaro Cárdenas, y ahora irán directamente hacia el Zócalo capitalino; no tendremos lo que el año pasado, que iban sobre Reforma, se dirigían hacia el Ángel y luego arribaban a la Plaza de la Constitución.
El jefe de la policía hizo votos al cielo. Estimó que a pesar de los conflictos estudiantiles del Instituto Politécnico Nacional, la marcha del 2 de octubre para conmemorar el movimiento estudiantil de 1968 será pacífica.
“Esperamos que también sea una marcha pacífica y que la gente se manifieste libremente, sin violencia”, comentó y en ese momento una joven que pasaba por el lugar comenzó a gritar que si se manifestaban libremente eran reprimidos.
Pero admitió que “hay alertas por posibles actos de violencia”. La policía tiene datos de sus áreas de inteligencia que anticipan hechos violentos por parte de “organizaciones” en la víspera de la marcha conmemorativa del movimiento estudiantil de 1968.
Por eso, la policía estará atenta a las estaciones del Metro y las sucursales bancarias, los famosos cajeros automáticos, ante posibles atentados como ha ocurrido en otras movilizaciones de este tipo.
En días como éste, de gran manifestación, suelen cruzarse dos lenguajes bastante poderosos. Uno es el de la protesta que, a la luz de los cambios que se tratan de operar en México, tiene bastante materia para la inconformidad o resistencia.
Otro es el de una impresionante violencia anónima, de corte vandálica, con la que algo con mucho poder contesta a la protesta, la enreda, la distorsiona y la frustra. Ese lenguaje ya comenzó a hablar desde antier con bombas molotov y disparos en las inmediaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Por eso, con su salida al templete, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, dio la impresión de querer frenar algo que viene creciendo exponencialmente. Nomás basta con ver cómo está el país como para tener idea de cuántos fuegos podrían encenderse no sé en cuántos lugares. Anteayer, Osorio era el bombero que estaba tratando de apagar un primer fuego que se encendía en la UNAM.
Subido en aquel templete, Osorio tenía a decenas de miles de estudiantes del Instituto Politécnico Nacional, acompañados por contingentes de otros centros públicos de educación superior, maestros y padres de familia, han salido a las calles. La primera ola de fuego del 2 de octubre había llegado a su puerta. La extinguió como pudo, quizá con ello ganó tiempo y librar la fecha traumática. Pero jugar con fuego es complicado.
La brasa suele seguir ahí abajo a la espera de oxígeno. Y este oxígeno puede provenir de las llamadas reformas estructurales. De hecho, en la manifestación politécnica, la reforma educativa ha sido la primera de las grandes en ser llamada a cuentas. Vamos a ver en qué se cede o qué se concede. Por eso, fuera del 2 de octubre cabe esperar presiones y movilizaciones más fuertes. Este es el umbral del 2015.