INE e IFE, el comal y la olla
¬ Juan Manuel Magaña viernes 3, Oct 2014Política Spot
Juan Manuel Magaña
Dice un dicho vulgar que una tamalera no puede ver a otra. Y como si al México caótico le hiciera falta, Lorenzo Córdova y Luis Carlos Ugalde dieron rienda suelta en forma pública a su odio mutuo.
Bueno, el cruce de invectivas. Pero nada útil. Resulta que el presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova, aseguró que la desconfianza ciudadana hacia los procesos electorales es responsabilidad del Instituto Federal Electoral (IFE) del 2006, el de tiempos de Ugalde.
Expuso Córdova: “Una institución, particularmente una institución electoral que se queda callada, que no responde a las acusaciones y no se trata de convertir en una contraparte de los actores políticos; una institución que no explica sus procesos, es una institución que no contribuye a la lógica y una política de transparencia”. ¡Zaz!
Agregó: “Es más, creo que parte de los problemas en el año 2006, y no pretendo abrir aquí una polémica respecto a esa controvertida elección, buena parte de los problemas se derivaron a que cuando el IFE, en su momento, tenía que explicar, no explicó. Cuando el IFE tenía que aclarar, se quedó callado. Cuando el IFE tenía que guardar cautela, se adelantó y se precipitó”.
¿Me estás oyendo, Carlos?, nomás le faltó decir a Lorenzo.
Y como si tuviera enfrente a su antecesor, Córdova resaltó que “cuando la autoridad electoral aclara; cuando la autoridad electoral resuelve dudas; cuando la autoridad electoral es oportuna en la difusión de la información, la autoridad electoral no sólo resuelve problemas, sino contribuye a ese proceso”.
Obviamente, Córdova se refería a dos momentos: uno, cuando Ugalde se quedó sin anunciar ganador en la noche de aquella elección; otro, cuando Ugalde, antes que nadie y sin que legalmente le correspondiera, se apresuró a levantarle la mano a Calderón.
También como si estuviera oyendo el regaño, Ugalde, ex consejero presidente del desaparecido IFE, respondió sólo a una observación. Dijo que la noche del 2 de julio de 2006 omitió dar el nombre del ganador de la elección presidencial “por responsabilidad política”, ya que si hubiera hecho público el nombre de Felipe Calderón como el candidato que llevaba mínima ventaja, “se habría agravado y acelerado el proceso de conflicto que hubo ese año”.
Carlos le dijo a Lorenzo, como si lo tuviera enfrente: “La pregunta que habría que hacer es: ¿Si el IFE hubiera dicho la noche de la elección que Felipe Calderón iba marginalmente arriba en el conteo rápido, eso significa que López Obrador hubiera dicho ‘muchas gracias IFE, gracias por la información completa que me acabas de dar, acepto el resultado y felicito a Felipe Calderón?’”
Ugalde, ya saben, con su voz engolada y actitud afectada, remató: “Me parecería irresponsable, incorrecto e injusto decir que la culpa de que López Obrador haya desconocido la elección de 2006 fue por a la forma en que el IFE dio a conocer los resultados”.
Vaya, vaya. El asunto nomás ilustra cómo, efectivamente, nuestras instituciones se han ido al diablo y por irresponsabilidad o perversión de quienes las han dirigido. De Lorenzo se puede decir ¿por qué hasta ahora se le ocurrió hablar de ese modo de aquél fraude electoral? De Ugalde, ni hablar, desde aquel tiempo el propio tribunal electoral se encargó de exhibirlo en su forma de hacerse de la vista gorda frente al inmoral e ilegal papel que jugaron Vicente Fox y la televisión en favor de su futuro “espurio”.
Pero lo más reprochable a Lorenzo es que haga que tengamos que escuchar a estas alturas las idioteces de Carlos.