El otoño mexicano
¬ Juan Manuel Magaña martes 14, Oct 2014Política Spot
Juan Manuel Magaña
Lo que dijimos. En el otoño mexicano la irritación y la inconformidad estudiantil crece y reclama cabezas.
En Guerrero, a falta del alcalde de Iguala, José Luis Abarca, es el propio gobernador Ángel Heladio Aguirre Rivero el que queda expuesto en la primera línea de fuego de sus múltiples frentes de guerra abiertos. Eso, antes de que el asunto escale siga escalando hacia la esfera federal.
En el caso del Politécnico, y a falta de la depuesta directora Yoloxóchitl Bustamante, es la cabeza del mismísimo secretario de Educación Pública la que está más cerca de la leña verde. Está visto que el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, no expondrá por ahora su capital ganado en esa efervescencia, y mejor decidió dejar el clavo ardiente en las manos de Emilio Chuayffet, en horas en que los estudiantes ya piden la autonomía de su casa de estudios.
Los acontecimientos de ayer y los últimos días en el ámbito estudiantil presentaron un cariz bastante preocupante para los gobiernos de Guerrero y federal. Un paro de labores académicas de 48 horas en apoyo a los normalistas desaparecidos en Ayotzinapa, anunciaron colectivos de diversos planteles de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Detallaron que será suspendidas las actividades de CCH’s, preparatorias, facultades y FES, el 14 y 15 de octubre.
Como parte de las actividades de los próximos días, los jóvenes realizarán un mitin al exterior de la Procuraduría General de la República (PGR) el próximo miércoles a las 16:00 horas. Además se prevé una segunda jornada de paro de actividades para los días 22 y 23 de este mes, a la vez que acudirían a la manifestación nocturna que se tiene programada para el miércoles 22, en apoyo a los desaparecidos de Ayotzinapa, que irá del Ángel de la Independencia al Zócalo capitalino.
El plantel Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) se unirá también a la interrupción de actividades académicas de 48 horas. Y hasta el gobierno de Michoacán tuvo que tomar medidas de seguridad para resguardar con la Secretaría de Seguridad Pública estatal y la Policía Federal a estudiantes normalistas que se propusieron viajar a Guerrero en 21 autobuses que tomaron por la fuerza.
En tanto, en Guerrero estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa rodearon las instalaciones del Palacio de Gobierno y dejaron encerrados a los trabajadores y funcionarios que ahí se encontraban. Están a un tris de tomar dicho lugar a menos que ahí ocurra una lamentable represión.
Eso fue en la mañana y al filo de las 14:40, los estudiantes permitieron que mujeres, niños, adultos mayores y personas con discapacidad abandonaran las instalaciones del Palacio de Gobierno, si bien en el inmueble debieron permanecer los secretarios de Finanzas y Seguridad Pública.
Paralelamente, un contingente de maestros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero arribó a las inmediaciones del Congreso local y también acordonó el inmueble, lo que propició un despliegue de personal de la Policía Antimotines.
Los maestros derribaron con una camioneta la puerta principal del Congreso y prendieron fuego a algunas mantas de una carpa que ahí desmantelaron, y entonces las fuerzas del estado evitaron con sus escudos el ingreso al recinto. Los disidentes lanzaron piedras y recibieron respuesta de parte de los antimotines, quienes lanzaron el polvo de los extintores para controlarlos. Bueno, hasta en Italia, el mismísimo el escritor Umberto Eco, quien dijo haber leído en la prensa italiana lo ocurrido en Guerrero, se unió al clamor de un grupo de mexicanos que se reunieron en Milán para manifestarse por el caso Ayotzinapa.
Para colmo, la Policía Ministerial de Guerrero baleó una camioneta con alumnos del Tec campus DF, hiriendo a uno de ellos, de origen alemán. La noticia rebota en el orbe al grado de que las embajadas de Francia y Alemania en México, y la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), indicaron que mantienen comunicación con autoridades consulares y del estado de Guerrero para esclarecer esos ataques.
¿Llegó ya el país a un callejón sin salida? ¿Será suficiente con arrojar algunas víctimas expiatorias a la hoguera?