Impasse peligroso
¬ Juan Manuel Magaña miércoles 15, Oct 2014Política Spot
Juan Manuel Magaña
El escenario guerrerense volvió a complicarse. Las nuevas revelaciones del caso de los normalistas desaparecidos indican que vamos para largo, mientras en aquella entidad hay barruntos de rebelión.
El procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, informó ayer que los 28 cuerpos exhumados de las primeras fosas clandestinas en Iguala, Guerrero, no pertenecen a los normalistas desaparecidos, de acuerdo a las pruebas de ADN.
Mientras, miembros de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (Upoeg), quienes coadyuvan en las investigaciones para dar con el paradero de los 43 normalistas desaparecidos en Iguala, reportaron el hallazgo de cuatro fosas clandestinas más en el Cerro de la Parota, cerca de los anteriores entierros que localizó la PGR.
Las fosas fueron localizadas el lunes por la tarde y presuntamente contienen restos humanos. La ubicación se logró a partir de testimonios de habitantes del municipio de Iguala, quienes informaron a los policías comunitarios la ubicación de sitios en los que el crimen organizado local acostumbra dejar cadáveres.
Los comuneros dijeron incluso que tienen conocimiento de más depósitos clandestinos de cuerpos humanos, por lo que continuarán la búsqueda.
¿Alguien entiende?
Por su parte, el titular de la Agencia de Investigación Criminal, Tomás Zerón de Lucio, dijo que catorce policías municipales de Cocula fueron detenidos y confesaron a las autoridades su participación en la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Zerón de Lucio dijo que los implicados recibieron a los estudiantes y los entregaron entre Iguala y Cocula al grupo delincuencial Guerreros Unidos. Agregó que las autoridades realizan labores de investigación para detener a otros implicados en el caso.
Murillo Karam explicó que, en efecto, los 14 detenidos realizaron funciones de halconeo, otros participaron en el momento de la detención de los jóvenes y al entregarlos entre Iguala y Cocula a miembros del crimen organizado.
¿Y entonces como embona en todo la participación de los policías de Iguala anteriormente detenidos? ¿Y la de las autoridades de Iguala y Cocula?
En tanto, un presunto líder de la organización criminal Guerreros Unidos, Benjamín Mondragón Pereda, alias El Benjamón, murió o se suicidó en Jiutepec, Morelos, cuando estuvo a punto de ser capturado por fuerzas policiales. Ayer circularon las dos versiones oficiales del mismo asunto. La cuestión es, ¿este pequeño capo tuvo algo que ver?
En Guerrero, integrantes de la Federación de Estudiantes Campesinos Sociales de México tomaron tres radiodifusoras como acciones de protesta para exigir la salida del gobernador Ángel Aguirre, la presentación de los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala, y la aprehensión del alcalde con licencia, José Luis Abarca.
A su vez, los senadores del PAN demandaron la destitución del procurador Murillo Karam, “por omisiones en su cargo”, pues la desaparición de estudiantes se pudo haber evitado si se hubiera investigado desde hace un año cuando el PRD denunció vinculación del alcalde al crimen organizado y asesinatos. También demandó la desaparición de poderes en el estado de Guerrero argumentando que no hay gobernabilidad.
Ha pasado un tiempo y habría que preguntarse en beneficio o perjuicio de quién. Al gobernador le ha llegado la lumbre a los aparejos. El procurador ha tropezado. Y la ola de inconformidad e indignación crece. Puede ser peligroso este impasse.