Peña ve hoy un México dolido
Roberto Vizcaíno viernes 21, Nov 2014Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- “Atentar contra las instituciones es atentar contra los mexicanos”, afirma
- Lo que demandan hoy los ciudadanos es cumplir la ley y hacer prevalecer el orden, agregó
- Cárdenas va a fondo en su batalla contra Carlos Navarrete, con quien debatirá el martes
Luego de hacer un amplio reconocimiento a las fuerzas armadas y calificarlas como el eje esencial de la democracia mexicana, el presidente Enrique Peña Nieto reconoció ayer que los acontecimientos de Iguala dejaron un México dolido, cuyo único camino, agregó, está en la vía de la paz y la justicia.
“Lo que los mexicanos demandan es que la ley se cumpla, que prevalezca el orden y que avancemos juntos hacia mayores condiciones de prosperidad.
“La gran responsabilidad que tenemos es construir un México en el que sus familias sigan progresando y cuenten con mejores oportunidades para desarrollarse plenamente.
“Hemos emprendido cambios de fondo para que todo mexicano, independientemente de su lugar de origen o condición social, pueda llegar tan lejos como se lo proponga.
“El proyecto de transformación nacional avanza en esa dirección. Concretarlo requiere de la participación de todos.
“En la construcción de un mejor país, todos los esfuerzos suman. Todos son importantes”, precisó.
En este contexto y desde el Campo Marte, donde encabezó la celebración del 104 aniversario del inicio de la Revolución Mexicana, el mandatario mexicano consideró que gracias a la labor constructiva de varias generaciones de mexicanos, “hoy tenemos instituciones que son nuestra principal fortaleza para superar cualquier desafío”.
Desde este punto de vista, agregó, “atentar contra las instituciones, es atentar contra los mexicanos”.
“En un Estado democrático, como el nuestro, es inaceptable la violencia, cualquiera que sea su origen.
“Los mexicanos decimos: No a la violencia. Sociedad y gobierno rechazamos categóricamente cualquier intento por provocarla o alentarla.
“México, es cierto, está dolido, pero el único camino para aliviar este dolor, es el de la paz y la justicia”, insistió.
El mensaje lo emitió hacia el mediodía y cuando un grupo de anarquistas, encapuchados, arremetía contra los granaderos en las cercanías al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, con bombas “Molotov” y cohetones lanzados contra los policías a través de tubos.
En ese momento, estudiantes del Politécnico cercaban el edificio central de la Secretaría de Educación Pública, donde luego levantarían una barda con cemento y ladrillos, para cerrar el acceso principal a esta dependencia.
CÁRDENAS VA A LA GUERRA
Desde 1987 en que encabezó la revuelta interna en el PRI junto a un numeroso grupo de militantes para formar la Corriente Democrática y luego romper con el partido oficial y lanzar su candidatura a la Presidencia de la República al año siguiente contra el candidato Carlos Salinas de Gortari y el presidente Miguel de la Madrid, el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas no había lanzado una ofensiva política como la que lidera ahora.
Acostumbrado a imponer, no a debatir ni negociar, el hijo del general sólo ha participado en un par de debates públicos —de los cuales salió muy mal parado-, en las contiendas presidenciales de 1994 y en la de 2000.
Así a lo largo de estos 24 años desde que fundó el PRD luego de la controvertida elección de 1988, en que quedó la percepción generalizada de que De la Madrid, el PRI y Carlos Salinas le robaron la victoria, el ingeniero Cárdenas pasó como presidente de su partido y dos veces más como candidato a la Presidencia, y un corto ejercicio como primer jefe de gobierno del Distrito Federal, prácticamente sin arriesgar nada.
En ese tiempo los debates en que participó sólo sirvieron para reiterar que era un personaje adusto al extremo, ajeno al humor y a las sonrisas y duro en sus comentarios.
Así, desde que fue derrotado por tercera ocasión en la presidencial de 2000, Cárdenas prácticamente se retiró a su Fundación por la Democracia, para transitar como un ícono del movimiento progresista de México a través de ciertas y muy selectivas apariciones.
En un movimiento que causó confusión entre sus simpatizantes y ajeno a su pasado, aceptó encabezar los festejos del 200 aniversario de la Independencia y los 100 años de la Revolución en el gobierno del panista Felipe Calderón, pero pronto reculó y se alejó de eso que luego resultó un soberano fracaso.
Hoy y desde la llegada de Miguel Ángel Mancera a la jefatura del gobierno capitalina, se ha hecho cargo del área de Relaciones Internacionales de esta administración.
Su principal encargo dentro de esta función fue deshacerse de la estatua incómoda de un tirano de Azerbaiyán, que fue colocada en una zona muy comprometida del Paseo de la Reforma y el Bosque de Chapultepec.
Por cierto, en la colocación de esta estatua —acuerdo que hay quienes dicen se hizo bajo el traslado de muchos pero muchos dólares-, participó muy centralmente Carlos Navarrete, quien en ese momento era senador y coordinador de la fracción del PRD.
Condescendiente con los anteriores dirigentes del partido que él creó, a quienes prácticamente no criticó nunca; obsequioso con Andrés Manuel López Obrador quien como dirigente nacional del PRD y luego como Jefe de Gobierno y después como candidato presidencial siempre lo repudió y combatió casi al grado de echarlo fuera del sol azteca, Cárdenas ha desenvainado ahora la espada para lanzarse de frente contra Carlos Navarrete a quien acusa de estar a punto de sepultar a este partido.
Con 80 años cumplidos, el ingeniero ha recobrado el vigor del político juvenil que fue, y ha aceptado medirse el próximo martes con Navarrete en un debate público a realizarse en la sede nacional del PRD que él fundó.
Al hacerlo, abre un capítulo inédito en el Partido de la Revolución Democrática cuyas consecuencias están por verse.
Puede que no le gane a Navarrete, quien es muy habilidoso en esas lides, pero seguramente lo dejará tocado para el resto de su mandato.
Y para que no haya sorpresas ni dudas de que está a la cabeza de una guerra a muerte (políticamente hablando) contra la actual dirigencia bajo el control de Los Chuchos, así como contra los modos de gobierno prevalecientes en el PRD, Cárdenas ha comenzado a recorrer las estaciones de radio y los diarios impresos en una campaña en la que va sembrando sus enojos e inquietudes, reclamos y advertencias.
Como en todos esos sitios se repite, retomamos aquí lo que dijo a los reporteros de “El Universal” apenas ayer para dejar claro que cree que Navarrete es un dirigente político incapaz de sacar adelante a su partido.
De entrada denuncia que Navarrete, rodeado de corrientes como un método como de dirección, un método basado en el reparto de recursos, sólo ha deteriorado al partido hasta llevarlo a su parálisis.
No duda en calificar la actual situación del PRD como un cisma. Un deterioro que se ha profundizado por las pésimas decisiones asumidas luego de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
El ingeniero considera que tal como va, el PRD se sumirá en el peor de sus fracasos en las elecciones del 2015 y llegará casi muerto a las del 2018.
Niega que haya pensado en irse del PRD como consecuencia de esta nueva campaña suya contra Navarrete, a quien le exige no escudarse en los órganos burocráticos de su partido para evitar hacer un examen personal de su capacidad y gestión para decidir su renuncia.
“En ningún momento cuestiono la forma cómo se eligió al nuevo consejo, nuevos consejos estatales, o cómo se decidió la integración del Comité Ejecutivo Nacional, se hizo de acuerdo a las normas estatutarias. Veo errores de conducción, y en un esquema del partido, muy similar a lo parlamentario, cuando se equivoca la dirección simplemente se plantea el relevo”, indica.
Le recuerda a Navarrete que lo que él le pide es que tome la decisión personal de irse y dejar que el PRD viva su refundación. Así de simple.