Dos años
Ramón Zurita Sahagún martes 2, Dic 2014De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Establece el extraordinario compositor chileno Julio Numhauser en sus versos:
Cambia lo superficial
/Cambia también lo profundo
/Cambia el modo de pensar/
Cambia todo en este mundo/
Cambia el clima con los años/
Cambia el pastor su rebaño.
Y así como todo cambia/
Que yo cambie no es extraño
/Cambia el más fino brillante/
De mano en mano su brillo/
Cambia el nido el pajarillo/
Cambia el sentir un amante/
Cambia el rumbo el caminante/
Aunque esto le cause daño.
Y así como todo cambia/
Que yo cambie no es extraño.
La anterior reflexión viene a mostrarnos parte de lo que está sucediendo en México, donde todo parece estar cambiando a ritmo acelerado, aunque hay situaciones que se mantienen.
Cuando asumió la Presidencia de la República Enrique Peña Nieto (1 de diciembre de 2012), grupos radicales realizaron movilizaciones y marchas de protesta y reaparecieron vándalos y anarquistas.
Hoy varios de esos grupos se mantienen vigentes y al cumplirse dos años de esa fecha se manifiestan nuevamente.
Las movilizaciones ya no tienen el mismo propósito, hoy están más radicalizadas que entonces y se encuentra avivada por la llama de Ayotzinapa.
Y es que en poco tiempo, la percepción general sobre la administración presidencial de Enrique Peña Nieto parece haber cambiado radicalmente y no son escasos los que cuestionan el rumbo del país.
Hace unas cuantas semanas, menos de diez, todo parecía caminar sobre ruedas, las reformas estructurales habían sido aprobadas, se aproximaban los comicios federales, previstos para junio del año próximo y se contaba con nuevos árbitros electorales.
Los partidos de oposición se preparaban para la lucha electoral, manteniendo buena relación entre ellos, producto del ya concluido Pacto por México.
Se abría un nuevo horizonte para el país, los inversionistas extranjeros veían atractivo el mercado mexicano, especialmente en el rubro recién abierto de participación en la industria petrolera.La economía caminaba, lento, pero caminaba, la moneda mexicana se encontraba en una fluctuación semiestable.
En materia de seguridad se seguía padeciendo, pero las medidas adoptadas en estados sumamente afectados por la delincuencia como Michoacán y Tamaulipas, las estrategias daban resultados parciales.
Parecía que el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto había encontrado el rumbo adecuado por el que se podría transitar hacia la modernización del país.
El regreso del priísmo al gobierno federal parecía haber sido un acierto de la población que pugnó por ello en las urnas y el Presidente, con todo y las críticas de algunos sectores, caminaba conforme a lo esperado por sus votantes.
Sin embargo, en los dos meses recientes esa perspectiva cambió y hoy al iniciar el tercer año de su gobierno, las cosas han cambiado radicalmente.
El Ejecutivo federal y su gobierno sufren el asedio de grandes sectores inconformes por la forma en que se está gobernando. La tragedia de Ayotzinapa y los acontecimientos de Iguala, sumado a lo sucedido en Tlatlaya, la poca transparencia con que han manejado los casos de la concesión y cancelación del tren rápido a Querétaro y la llamada Casa Blanca, son temas que han revolucionado al país y creado un ambiente diferente al de hace diez semanas.
Hasta las fiestas patrias, el país se desenvolvía en un clima de tranquilidad, con algunos sinsabores, pero todo transcurría dentro de los parámetros esperados. El gobernador de Guerrero, Ángel Heladio Aguirre Rivero, atendía sus asuntos y desatendía los de los ciudadanos. José Luis Abarca mantenía el control del ayuntamiento de Iguala y los grupos delincuenciales operaban en esa zona y las demás regiones de Guerrero, sin problemas de ninguna índole.
Luego de las fiestas patrias se produjo la tragedia que enlutó a familias de esa región y provocó la desaparición, hasta hoy, de 43 estudiantes normalistas y despertó a diversos sectores que mantienen en jaque al gobierno.
En poco tiempo cambia, todo cambia y el color de rosa subió de intensidad y hoy se convirtió en rojo, luego de pasar por la preventiva amarilla.
La situación del país no es tan caótica como algunos suponen, pero tampoco vivimos en una etapa de transición o reacomodo. El cheque en blanco que se entregan a los mandatarios cuando los gobiernos son de alternancia caducó ya, en el caso del gobierno federal, pues dos años son demasiado para realizar los cambios necesarios, adecuar los programas y rediseñar las estrategias en los sitios en los que se requiere hacerlo.
Al iniciar el segundo tercio del gobierno del presidente Enrique Peña se espera que el tránsito del país sea distinto al anterior, ya que se cuenta con las herramientas necesarias para ello, aunque también se necesita de respuestas en algunos puntos de las interrogantes que se mantienen sobre temas de poca transparencia.
CAMBIOS EN SEDENA
Por instrucciones del presidente Enrique Peña Nieto varios generales asumieron nuevos encargos dentro de la Secretaría de la Defensa Nacional.
Noé Sandoval Alcázar es el nuevo subsecretario; Gilberto Hernández Andreu asume la oficialía mayor de la dependencia y Daniel Velasco Ramírez es el nuevo inspector y contralor general del Ejército y la Fuerza Aérea Mexicana. Los tres generales cuentan con una amplia hoja de servicio y vasta experiencia en diversas áreas.
JAIME RUIZ SACRISTÁN
Finalmente, Jaime Ruiz Sacristán ocupará la presidencia de la Bolsa Mexicana de Valores.
Hermano gemelo de Carlos, quien fungió como secretario de Comunicaciones y Transportes en la administración presidencial de Ernesto Zedillo. Jaime cuenta con amplia experiencia en el sector bancario y financiero.
Ocupará la presidencia del Consejo de Administración de la BMV, luego de la salida de Luis Téllez, a partir del 1 de enero del 2015.