Violencia electoral
Ramón Zurita Sahagún lunes 18, May 2015De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Los procesos electorales mexicanos se han distinguido desde hace varias décadas por la serie de hechos violentos que se ejecutan en su desarrollo.
Por oleadas, los acontecimientos se suceden, en unos más que en otros, pero dejando siempre el mismo mal sabor y el escaso esclarecimientos de los mismos.
Los hechos son variados, desde el asesinato de candidatos, pasando por la masacre de simpatizantes o militantes, dejando en el menor de los casos una serie de lesionados y cuantiosas pérdidas económicas.
Desde que iniciaron los períodos sexenales, las elecciones presidenciales han provocado decenas y hasta centenares de muertos, según la época, aunque los comicios intermedios no se quedan rezagados en ese sentido.
Es cierto que los procesos electorales en que resultaron electos Manuel Ávila Camacho, Miguel Alemán Valdés, Adolfo Ruiz Cortines y Carlos Salinas de Gortari, dejaron un saldo rojo como recuerdo de comicios sumamente disputados, nebulosos y considerados por sus adversarios y seguidores como fraudulentos en sus resultados, pero en los demás también sucedieron hechos lamentables que son recordados dentro de la historia de sangre.
Luis Donaldo Colosio Murrieta era el candidato del PRI a la Presidencia de la República y favorito para ganar en las urnas, cuando fue asesinado.
Seguidores y colaboradores de Juan Andrew Almazán, Ezequiel Padilla, Miguel Henríquez Guzmán y Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, entre otros, pagaron con su vida enfrentarse al poder en turno. La principal cuota de sangre fue la ocurrida el día siguiente (7 de julio de 1952) de los comicios en que resultó electo Adolfo Ruiz Cortines, cuando centenares de seguidores de Henríquez Guzmán fueron acribillados en la Alameda y otras partes de la ciudad de México.
De acuerdo con los henriquistas fueron 200 muertos, todos ellos con nombre y apellido, los primeros partes gubernamentales hablaban de 7 personas fallecidas, aunque la cifra oficial descendió a uno.
En la campaña presidencial de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano en 1988, unos días antes de los comicios federales en que se incluía la elección de Ejecutivo, el 2 de julio, Xavier Ovando y Román Gil, responsables del cómputo electoral del FDN, fueron asesinados en la ciudad de México.
Desde entonces y antes de ello también, la cuota de sangre que se paga cada proceso electoral es sumamente preocupante.
Los actuales comicios no están exentos de ellos, ya que apenas hace unos días, dos candidatos, uno a alcalde y otro a regidor fueron asesinados en dos distintos estados, Michoacán, el primero y Tabasco, el segundo. Antes de ello, otro candidato a alcalde, solamente que en Guerrero, también fue asesinado a mansalva.
Pero no solamente se actúa en contra de candidatos, aprovechando la efervescencia electoral, ya que con alcalde de distintas parte del país ha sucedido lo mismo, en esta y en otras elecciones, donde la política es el pretexto ideal para cobrar cuentas del pasado o del presente. Un recuento de “El Universal” pone cifras de siete muertos y 34 heridos, relacionados todos ellos con las campañas electorales. Carlos Martínez Villavicencio, precandidato a una diputación federal en Oaxaca, fue asesinado, durante un recorrido por la zona triqui.
Cecilia Izaguirre, dirigente partidista fue asesinada en San Luis Potosí. Alfonso Ordaz, operador electoral, fue sacrificado en la misma entidad, San Luis Potosí.
En Guerrero, una precandidata a alcaldesa, Aidé Nava González, fue asesinada.
Fue también en Guerrero, donde otra persona fue acribillada, en esta ocasión, se trató de un candidato, Ulises Fabián Quiroz.
La semana pasada (jueves), dos candidatos más cayeron abatidos, uno en pleno mitin y el otro llegando a su casa, en estados distantes uno del otro, Michoacán, el primero y Tabasco, el segundo.
El michoacano Enrique Hernández era candidato a alcalde, y en Tabasco, a regidor, Héctor Cruz López.
Como se advierte los crímenes han ocurridos en Guerrero, San Luis Potosí, Oaxaca, Michoacán y Tabasco y las víctimas han sido panistas, perredistas, priístas y morenos.
Dentro de las cifras que maneja el diario mencionado se encuentra que en 2009 fueron reportados seis homicidios relacionados con el proceso electoral, en 2010 (elecciones estatales en una docena de entidades) se registraron tres asesinatos, en 2012 (en ocasión de los comicios presidenciales) cinco más y en 2013 (procesos locales) tres crímenes.
También han habido otro tipo de agresiones, que van desde la simple amenaza verbal o telefónica, pasando por el amedrentamiento violento o represalias que van desde balear vehículos, casas, secuestros, golpes y otra serie de artimañas.
La realidad es que los procesos electorales en México son violentos, aumentado ese grado la propia inseguridad que priva en el país y la presencia de grupos del crimen organizado que penetran más a los partidos políticos y a los propios candidatos, los que sufren presiones por parte de éstos o simplemente, en algunos casos, se encuentran en contubernio con ellos.
INDEPENDIENTES
Los candidatos independientes más representativos que compiten por diversos cargos de elección popular se reunirán en la ciudad de México para dar a conocer sus posicionamientos sobre la jornada electoral del 7 de junio próximo.
Estarán desde el candidato al gobierno de Nuevo León, Jaime Rodríguez; el candidato a diputado federal por Sinaloa, Manuel Clouthier Carrillo, el aspirante a jefe delegacional en Miguel Hidalgo, Arne Aus den Ruthen Haag, entre otros.
Cada uno de ellos ya fue electo en alguna ocasión, aunque en ese entonces militan en distintos partidos políticos: Jaime Rodríguez fue priísta y alcalde García, Nuevo León; Clouthier Carrillo y Ruthen Haag, fueron como panistas, respectivamente, diputado federal y Jefe delegacional en Miguel Hidalgo, cargos que pretenden nuevamente. Veremos en esta elección que tanto funciona el sistema de independiente y si se convierte en una buena opción para el ciudadano.