Recuperando al PRI
Ramón Zurita Sahagún jueves 23, Jul 2015De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Dotar de dignidad, respeto y autoridad a la presidencia del PRI es una tarea urgente que la militancia de ese partido exige.
En las administraciones federales encabezadas por el PRI eso no sucede, ya que el Presidente de la República está catalogado como el primer priísta del país y en función de eso el partido se ajusta a sus necesidades.
Los recientes comicios para la renovación de la Cámara de Diputados y nueve gubernaturas mostraron de nueva cuenta que los presidentes del partido tricolor fungen como figuras decorativas.
Los nueve candidatos postulados por ese partido a igual número de estados (Baja California Sur, Campeche, Colima, Guerrero, Michoacán, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí y Sonora) cumplían con un ritual en campaña: pasaban por la oficina presidencial, después visitaban en el Senado de la República a Emilio Gamboa y a lo último pasaban por la oficina de César Camacho. Esa pequeñez política del ex gobernador mexiquense, resulta preocupante para su encargo como coordinador de la bancada en San Lázaro.
En anteriores gobiernos priístas, el sistema era distinto, ya que visitaban la oficina presidencial y después la del dirigente priísta en turno. Claro que eso ocurría cuando el PRI era partido dominante, manteniendo la totalidad o mayoría de los gobiernos estatales y el control del Congreso de la Unión.
Eran tiempos en que los presidentes de la República cambiaban a placer a los dirigentes del partido mayoritario y los insertaban en su gabinete, los reacomodaban en otras áreas o simplemente los despedían.
Ahora se avecina el cambio de dirigente, toda vez que César Camacho se encuentra apuntado para coordinar a los diputados federales de su partido en la LXIII Legislatura.
Para la renovación de la dirigencia nacional, ya anunciada, se mencionan, hasta el momento, tres nombres: Manlio Fabio Beltrones, César Horacio Duarte y Enrique Martínez y Martínez.
El primero es ajonjolí de todos los moles, ya que se le menciona para la Secretaría de Gobernación, la presidencia del PRI y cuanto cargo público esté o vaya a estar vacante.
Manlio Fabio ha desarrollado amplia carrera política, siempre ubicado en los primeros planos.
Fue gobernador de su estado (Sonora), subsecretario de Gobernación y coordinador de los senadores y diputados del PRI, además de presidente de la Cámara de Diputados, entre los cargos más relevantes.
Duarte es actualmente gobernador de Chihuahua y sus voceros aseguran que se encuentra listo para participar en la sucesión presidencial, aunque arrastra demasiados lastres, ya que ha sido acusado de corrupción y otras lindezas en su ejercicio de gobierno.
Como Manlio, también fue presidente de la Cámara de Diputados, su mayor logro, además del gobierno estatal y dejó estampadas sus huellas en la ley “antibronco” aprobada por el Congreso de su estado.
Martínez y Martínez es secretario de Agricultura, cargo al que llegó luego de desempeñarse como delegado del PRI en el Estado de México, durante la administración estatal de Enrique Peña Nieto.
Ya fue gobernador de Coahuila y un par de veces diputado federal, además de ser uno de los principales empresarios de su estado natal. Los tres cuentan con personal que tratan de vender las bondades del proyecto de uno y otros, aunque es sabido que la decisión no parte de la militancia, ni siquiera de los consejeros del partido, sino del llamado primer priísta del país.
El trío de personajes han mostrado que son cuadros valiosos para su partido y que podrían, ellos u otros, encabezar el proyecto que tiene como destino pavimentar el camino para los comicios presidenciales del 2018, con una escala de 12 candidaturas a gobernadores en 2016 y tres más en 2017.
Para el año próximo los priístas presentarán candidatos a gobernadores en Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Sinaloa, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas.
En 2017 solamente irán a las urnas los ciudadanos de Coahuila, Estado de México y Nayarit, para la renovación de los gobiernos estatales. De los 12 estados que elegirán a sus gobernantes el año próximo, tres se encuentran en poder de gobernantes ajenos al PRI, aunque antes de eso fueron militantes del tricolor.
Y aunque se esperan comicios tranquilos, con la posibilidad de que el PRI recupere un par de esas entidades y conserve la mayoría de las que gobierna, el fantasma de los independientes amenaza la tranquilidad tricolor.
De ahí, que en un par de estados con comicios el año próximo se endurecieron los requisitos para contender bajo la sombra de independientes.
Uno de ellos es Chihuahua, cuyo promotor es César Horacio Duarte, uno de los prospectos que se vienen mencionando para presidir el partido tricolor, con lo que se mandaría un mensaje a futuro a los que pretendan romper con su partido para buscar horizontes como candidatos independientes.
La principal regla aplicada en la nueva legislación de Chihuahua en torno al tema es que los aspirantes a una candidatura independientes deberán tener tres años de abstinencia partidista.
El otro estado es Veracruz, donde las reglas son menos rígidas en ese sentido, aunque los aspirantes a contender con la bandera de independientes deberán reunir el tres por ciento de firmas de los electores y un importante número en municipios y distritos, algo sumamente difícil de conseguir, pero que ya anda buscando el ex panista y ex secretario estatal de Gobierno, Gerardo Buganza Salmerón. De ahí que la figura del nuevo presidente del partido deberá proyectar dignidad, respeto y autoridad.
DÓLAR VOLÁTIL
La paridad dólar-peso no parece tener freno y la moneda estadounidense continúa al alza, rebasando por varios centavos la barrera de los 16 pesos.
Los mercados se mantienen, aparentemente, normales, pero la inquietud es mucha entre los ahorradores y vacacionistas.