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Ramón Zurita Sahagún miércoles 26, Ago 2015De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
La contienda electoral del 2016, donde estarán en juego 12 gubernaturas, será nuevamente entre dos partidos (PRI y PAN), con un tercero distante (PRD) y otro más (Morena), en busca de ganar algo.
Serán dos de los ocho partidos, los que verdaderamente disputen los triunfos y padezcan las derrotas, con uno más mostrando que no va en picada y otro que deberá mostrar que se encuentra listo para contender en serio. De los ocho partidos que mantuvieron su registro después de junio, dos sostienen márgenes adecuados de militancia o simpatizantes y los otros cuatro son, simplemente, partidos rémoras.
Por eso, priistas y panistas buscarán los acuerdos necesarios para ir en coaliciones o alianzas en la mayor parte de los 12 estados en disputa.
Cada uno de los tres principales partidos con representación en el Congreso de la Unión, PRI, PAN y PRD, llegarán a los comicios del año próximo estrenando dirigentes nacionales.
Priístas y panistas ya decidieron, mientras que los perredistas sabrán en los próximos días el nombre de quien conducirá los destinos del partido e intentará frenar la caída libre del partido.
Los priístas saben que para triunfar en el mayor número de estados en juego, necesitarán de ir en alianza con su incondicional Partido Verde y, tal vez, con Nueva Alianza y alguno otro que se les una.
El panismo sabe que requiere de alianzas como hace seis años, sin importar que les sean criticadas y que sean consideras contranatura como las calificó el hoy dirigente nacional del partido tricolor, Manlio Fabio Beltrones.
La disputa será por el respaldo de un partido menor, sin mayor representación, pero que negocia bien sus apoyos y que puede inclinar la balanza a favor de uno u otro partido de los grandes. Nueva Alianza con los pocos votos que aporta resultó fundamental para los panistas en Puebla y estuvo a punto de inclinar la balanza a favor de ellos en Veracruz, durante los comicios de 2010. Ahora sabedores de que pueden obtener grandes beneficios electorales con su respaldo adecuado, Nueva Alianza venderá caro su amor.
De la mano del PRI en la mayor parte de los gobiernos ganados por este partido en junio pasado, el Panal prefirió en Michoacán aliarse con el PRD en lo estatal, a cambio de la alianza establecida en el Distrito Federal, que les resultó ventajosa. Por eso, este partido podrá negociar con cuál de los tres partidos considerados grandes va en cada uno de los 12 estados del país.
El PVEM ya dejó en claro que su negociación será de altos vuelos y que en juego estará la posibilidad de una candidatura a un gobierno estatal, en alianza con el PRI, a cambio de respaldar al tricolor en el resto de los estados. Los verdes fueron solos en algunos estados del país en la pasada contienda electoral y lograron sonados triunfos. Su membresía creció en los estados del sureste como Tabasco y Chiapas.
Ellos buscarán que la candidatura de Zacatecas o Quintana Roo recaiga en sus militantes, con el apoyo del PRI y alguno otro de los partidos minoritarios.
Por eso, para priístas y panistas será de suma importancia establecer las alianzas necesarias, ya que, por el momento, las posibilidades de candidaturas independientes no inquietan a ninguno de esos partidos.
Los tricolores tienen puesta la mira en la recuperación de los tres estados que no gobiernan actualmente: Oaxaca, Puebla y Sinaloa, además de evitar que el fenómeno producido en esas entidades pueda repetirse y los lleve a ser derrotados en alguna de las entidades que gobierna.
Hasta donde se aprecia los pronósticos apuntan para que el PRI enfrente problemas en Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Tamaulipas, Tlaxcala y Veracruz, además de los tres estados (Oaxaca, Puebla y Sinaloa) que mantienen en su poder la alianza PAN-PRD.
En los otros tres, todo parece enfocarse a la victoria priísta: Quintana Roo, Hidalgo y Zacatecas, donde solamente que surja una fractura de la militancia, un mal candidato o una sorpresa, podrían entrar en crisis.
Los panistas apuestan por mantener la hegemonía en Puebla y anexarse los estados de Aguascalientes, Durango, Veracruz, Chihuahua, Tamaulipas y Tlaxcala. El partido blanquiazul ya gobernó Aguascalientes, Chihuahua y Tlaxcala, mientras que en Veracruz han estado muy cerca del triunfo en las dos más recientes elecciones estatales.
El PRD no desea quedarse marginado del reparto de los gobiernos estatales y busca mantenerse en el poder en Oaxaca y tal vez disputar Tlaxcala que alguna vez gobernó. En los demás se encuentra alejado de la posibilidad y se espera que entre en alianza con Acción Nacional.
Morena tendrá su segunda participación como partido en contiendas estatales. La primera participación no fue del todo agradable, ya que quedó demasiado alejado de los ganadores.
Oaxaca, Puebla y Tlaxcala serían sus objetivos y de cierta manera Quintana Roo, aunque se duda que en alguno de ellos pueda ganar, sí podría obtener una buena cantidad de sufragios que le permitan integrarse a los congresos locales y triunfar en algunos ayuntamientos.
Movimiento Ciudadano y Encuentro Social se advierten como partidos testimoniales, a no ser que encuentren alianzas con los partidos considerados como favoritos en los 12 estados.
DISPUTA
El posible relevo del director de Pemex, Emilio Lozoya Austin, constituiría un bálsamo para el gobernador electo de Campeche, Alejandro Moreno Cárdenas, con quien mantiene una añeja disputa.
Las razones del enojo no son por cuestiones políticas, ideológicas o de los recursos o inversiones que realiza la paraestatal en la tierra que próximamente gobernará “Alito”. Pero siendo Campeche un estado netamente petrolero, no deben existir ese tipo de rencillas entre los dos personajes públicos.