Abuso en cine y tele
¬ Salvador Estrada jueves 19, Nov 2015Folclor urbano
Salvador Estrada
Las dos cadenas de cines de esta ciudad de México y las televisoras comerciales están abusando con tanto anuncio que transmiten, porque creen que todos los mexicanos somos consumidores compulsivos y se olvidan que México tiene 50 millones de pobres que no tienen ”Buen Fin”.
Los cines en esta capital son un gran negocio, no sólo por las películas que exhiben, sino por la venta de golosinas, cuyos precios son excesivos y que los cinéfilos pagan sin protestar, aunque saben de antemano que es un abuso.
Casi todos los empresarios —por eso son ricos— se han vueltos abusivos en sus negocios y no se tientan el corazón para cobrar altos precios, como son los dulces, refrescos, agua y palomitas, etc., que venden en las dulcerías de las dos cadenas de cines que sustituyeron a los grandes y decorados cines capitalinos, que fueron abandonados por el gobierno capitalino para dejarlos en ruinas.
Empero, aunque sea caro el boleto del cine, los cinéfilos aguantan el precio y para soportar los comerciales que pasan antes de la película, acuden a la dulcería a comprar su ¡charola de chucherías! Cubeta de palomitas, refrescos, dulces, chocolates y hot- dogs. Más de cien pesos pagan por ella.
Antes de ver la película, en las diez pequeñas salas de exhibición que tienen los cines en un solo inmueble pasan ¡Media hora de comerciales! Pagas un boleto por ver la película de estreno y no por ver anuncios, que a los dueños de los cines les deja un gran ganancia y a los cinéfilos los deja exacerbados. No reclaman porque en nuestra capital no tenemos el hábito de reclamar cuando algo no es de tu parecer o lo crees injusto o abusivo. Bueno, ni siquiera un “chiflidito” para protestar como era antes, cuando el cine de estreno costaba ¡cuatro pesos! y en el “de piojito” pasaban dos películas y también el paletero con su pregón: “papas, muéganos, paletas”. Ante el abuso de precios y de comerciales, la Procuraduría del Consumidor debería de salir en defensa de los cinéfilos, pero se hace de la vista gorda.
Pero no solamente el abuso de comerciales se da en las cadenas cinematográficas, también en las televisoras comerciales. Exhiben películas tarde y noche y a los diez minutos de iniciada la cinta, te pasan ¡veinte comerciales! Y así, cada diez minutos. Y la película que dura hora y media, dura tres y este abuso irrita, enoja al televidente. La Secretaría de Gobernación, de la que depende radio, televisión y cinematografía, también se hace de la vista gorda y la ley de radio y televisión la ignora por completo porque las multas para la tele son ridículas. Tan es así, que a “Brozo” no le preocupa en lo más mínimo una sanción económica por ser alburero y “jugar con la reata”.