De México a Barcelona
José Antonio López Sosa lunes 4, Abr 2016Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Vall de Boí, España.- Salimos la noche del último día de marzo a bordo del vuelo 6402 de Iberia, antes que nada debo comentar que me sorprendió que el cambio que a finales del año pasado esta empresa anunció en una presentación en México, está consolidándose.
Un Airbus 340-500 modernizado, con sistemas de entretenimiento personalizado y sobre todo, con un mejor servicio por parte del personal, cosa que en el pasado fue un punto de quiebre para Iberia.
Este cambio hizo más amable y cómodo -por mucho- las 9 horas y 45 minutos de vuelo que nos llevaron hasta Madrid. Ahí tomamos una conexión para llegar un par de horas más tarde a Barcelona, la segunda ciudad más poblada de España y el corazón político y económico de Cataluña.
A lo lejos, en México, cuando escuchamos Cataluña quizás nos viene a la mente la intención independentista de algunos sectores, el referéndum y la guerra de declaraciones entre el gobierno de Madrid y los políticos catalanes que quieren la separación de España. Pareciera que es el tema central del día a día pero no es así, hay quien efectivamente está a favor y en contra de la independencia, más -por mucho- en contra, quedó demostrado en el último referendo pero es un tema que no necesariamente ocupa la vida entera del catalán promedio, no hay un nivel de polarización que se note en las calles.
Para Barcelona y Cataluña en general, el turismo se ha venido consolidando como una de las más importantes fuentes de ingreso de divisas, ello ha generado toda una vocación de sectores importantes de servicios que se dedican en lo particular a recibir gente no solo de otras regiones de España sino de distintos países y continentes. En turismo ha sido en gran medida uno de los catalizadores de la crisis que azotó a España en general hace unos cuantos años.
La historia de Barcelona y Cataluña está llena de herencias pluriculturales, de guerras y alianzas, de religiosidad y paganismo. Es bastante curioso comenzar a deshilar las distintas influencias culturales, desde los primeros iberos -como les llamaran los griegos-, de la península, hasta los romanos que conquistaron estas tierras, los árabes que dominaron más de 8 siglos y finalmente, la Cataluña contemporánea que no sólo aquilata la herencia de estos grandes imperios, sino la influencia genética y cultural de América, por el dominio español sobre prácticamente todo Latinoamérica durante más de 300 años.
Con ello, nos podemos dar una idea de la riqueza en todo sentido que se encuentra en las ciudades y pueblos catalanes.
Comenzamos ayer por Lleida, un pintoresco pueblo catalán que está cargado de historia cristiana, de aquel cristianismo primitivo que llegó en el siglo XII a la península y comenzó a forjar el espíritu medieval donde la religión ahogó la creatividad y la vida de millones de personas. En los siguientes días recorreremos parte de esta herencia románica y cristiana aquí en Cataluña.
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