¿Se debe usar tapabocas?
¬ Salvador Estrada martes 12, Abr 2016Folclor urbano
Salvador Estrada
Los políticos que gobiernan deben usar tapabocas para evitar decir mentiras a los ciudadanos que les dan su voto y que después quedan decepcionados por sus engaños, por lo cual “les cobrarán su mal proceder”, negándoles el sufragio.
Marcelo Ebrard, en su tiempo de jefe capitalino, anunció con bombo y platillo que ya no habría pago de tenencia vehicular. Y para seguir de “cobrón” inventó “refrendo de placas” cada año. Luego, no satisfecho con su mentira, ideó el pago, cada tres años, de “tarjeta de circulación inteligente”. La tarjeta no se cobraba y era permanente y los autos a los diez años dejarían de pagar tenencia. Hoy pagan “otra vez la tenencia” todos los modelos.
La ambición de Marcelo, una vez terminada su administración, era ser diputado y presidente del PRD y para ello quería cerrar su gestión con broche de oro y desbocado inauguró la Línea 12 del Metro, a la que presumió como la mejor de América Latina y la llamó Línea Dorada. Ese Metro resultó la “línea robada” que mal construida puso en peligro la vida de los usuarios, porque los vagones estaban a punto de salirse de las vías.
Marcelo no fue ni presidente del PRD ni diputado y se fue al exilio a París para evitar ser acusado de todas las anomalías de la Línea 12, que incluía millones de pesos. “El tapabocas” le hubiera evitado quedar repudiado por la ciudadanía.
Ahora que estamos viviendo la contingencia de la contaminación los políticos deben ponerse “tapabocas” y si llegan a subir los “imecas” toda la población los tendrá que usar para proteger su salud. Así sucedió en el gobierno de Felipe Calderón cuando la epidemia de influenza ponía en peligro a toda la población, por lo cual se usó “tapabocas”.
Claro que la polución es un mero pretexto para que los políticos se coloquen el “tapabocas” y aprendan a usarlo con propiedad, aunque les cueste trabajo respirar, a fin de que no digan una cosa y hagan otra. Recuerden como las autoridades capitalinas, por la contingencia ambiental, anunciaron que los taxis sí circularían de cinco a diez de la mañana y que siempre no y surgieron muchas confusiones de los autos que deberían de circular y los que lo tenían prohibido.
Otro caso por no ponerse el “tapabocas” es el de los antagónicos PRD y PAN. Decían los perredistas que no se podían llevar el agua y el aceite. Y ahora, el interés tiene pies, están en alianza, “agarraditos de la mano” con candidatos a gobernador. El “tapabocas” les impediría a los dos partidos caer en las mentiras de la demagogia. Y también evitaría que los políticos no queden como “hocicones”, “lengua larga” o “falsarios”.
Parece que el prurito de hablar de los políticos y de las agrupaciones los lleva a cometer sus pifias y dejan a la ciudadanía, confundida, con sus declaraciones, como es el ejemplo del basurero de Cocula, que se investiga y se investiga, pero no hay una sola declaración oficial científica, creíble, porque todos “los estudiosos” quieren la gloria, pero no saben usar “tapabocas”, que de usarlo a tiempo el caso ya estaría cerrado. Bueno, son muy claros los refranes: “el pez por su boca muere” y “en boca cerrada no entran moscas”. El “tapabocas” sintetiza estas máximas populares. Y se podría idear otro. “El que usa tapabocas no respira bien, pero no se asfixia”.