PRI va con voto duro y la fuerza de su estructura
Roberto Vizcaíno lunes 30, May 2016Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- Al concluir la contienda electoral más sucia, vienen los saldos derivados del voto
- Beltrones pide a opositores y ciudadanos civilidad y aceptación de resultados
- AMLO enloquece de intolerancia ante su hermano Arturo
No hay plazo que no se cumpla y este ya se cumplió. Se acabó la quizá más sucia contienda electoral que hayamos vivido.
Ahora sólo queda ver cuáles son, el ánimo de participación que les queda después de todo esto a los ciudadanos, y sus preferencias.
De ahí saldrán el próximo domingo los 12 nuevos gobernadores para Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Sinaloa, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas así como 547 alcaldías y 398 diputaciones locales.
Los sondeos y percepciones, comentarios de operadores y analistas, las reacciones y respuestas de los ciudadanos advierten conflictos y encontronazos en al menos la tercera parte de estos estados.
Sin duda la pelea estará muy fuerte en Tamaulipas, Veracruz, Quintana Roo y Oaxaca y de lo más tranquila en Hidalgo y Sinaloa. Bueno eso hasta donde hoy se ve.
Ya las decisiones están tomadas. Según los expertos y la historia electoral, cada uno de los mexicanos que ha decidido ir a las urnas el próximo domingo, de entre los 29 millones de ciudadanos que tienen credencial de elector en esas 12 entidades, será muy difícil que cambien de opinión en este lapso.
Necesitaría que ocurriera un verdadero terremoto para que modificaran su decisión de apoyar a tal o cual candidato y partido.
Un segmento muy pequeño será realmente motivado o conmovido por lo que se diga o haga de aquí al domingo próximo.
Los cierres que comenzaron a partir de ayer son mera formalidad. Ya todos los que debemos saberlo, sabemos quién es por ejemplo Alejandro Murat, el Juanito de su papá el ex gobernador José Murat Casab para volver a gobernar Oaxaca; o Miguel Ángel Yunes Linares en Veracruz, con las riquezas de sus hijos más que explicables luego de su paso por el ISSSTE; o David Monreal en Zacateas, o Tony Gali —el Juanito de Rafael Moreno Valle- en Puebla; o Enrique Serrano —el Juanito de César Duarte- en Chihuahua, y así…
Por supuesto que todos sabemos quiénes son los Juanitos de Andrés Manuel López Obrador —por cierto, él creador de esta figura para manipular no tan tras bambalinas el poder y el dinero público en una delegación o estado-, en esta contienda, a saber: David Monreal en Zacatecas; Salomón Jara en Oaxaca; Cuitláhuac García en Veracruz y otros.
Tan confía AMLO en su método del Juanito al poder para gobernar yo, que ya hasta le prometió a los de la CNTE que va a revertir la reforma educativa en aquellos estados “donde ganemos”.
¿Ganaremos Kimo Sabi, podrían pensar esos candidatos.
O podría ser lo mismo que la teoría de la “democracia perfecta es aquella en la que sólo mando yo”.
En fin, que todos sabemos hoy quien es quién.
Con las cosas así es interesante conocer los límites que se impondrán los partidos y sus candidatos.
PRI VA POR LA MAYORÍA
Decir que el PRI es el partido a vencer en todos los casos no es incurrir en propaganda. Simplemente es una realidad. Como el partido más antiguo, con mayor estructura e historia, con los cuadros más experimentados, el tricolor marca hoy como ayer la vara a superar.
El escenario más desastroso indica que de los 12 estados podría perder Tamaulipas, Veracruz, Quintana Roo, Aguascalientes, Tlaxcala y Chihuahua si en estos últimos días el independiente José Luis “El Chacho” Barraza finalmente se decide sumarse a la candidatura del panista Javier Corral.
El mejor escenario para el PRI de Manlio Fabio Beltrones sería el de retener Chihuahua, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo, Sinaloa, Tamaulipas, Veracruz y Zacatecas y perder Tlaxcala, Aguascalientes y Puebla.
Quedaría tablas… y listo para ir por la Presidencia en 2018.
Lo que sea que vaya a ser, Beltrones advirtió ayer que su partido va este 5 de junio por votaciones mayoritarias “que aseguren triunfos contundentes a favor de nuestros candidatos y un claro mandato de gobierno. Cada voto responsable por el PRI, es un voto por la gobernabilidad”.
Por ello mañana y pasado mañana, acudirá a la mayoría de los estados en disputa para encabezar los cierres de sus candidatos y para mostrar “la fuerza de nuestra organización partidista, el liderazgo de nuestros abanderados y un gran entusiasmo popular”.
Afirmó que, contra lo que aseguran analistas, columnistas y la oposición, quienes ven desaliento y desorientación en los electores, “la sociedad tiene grandes expectativas en que la democracia se consolide en las próximas elecciones, por lo que seremos los primeros en demostrar un desempeño limpio y transparente, de modo que no dejemos lugar a dudas de nuestro interés en que la jornada electoral transmita confianza a la población”.
Cierra Beltrones con un llamado a las dirigencias de los otros partidos, así como a los electores, a conducirse en civilidad.
Y advierte:
“Nuestra estrategia no es la judicialización de la elección, pero sí defenderemos nuestros votos y denunciaremos las irregularidades de nuestros adversarios.
“Atrás quedó la rispidez de la competencia electoral, es hora de razonar el voto y de favorecer a nuestros candidatos y sus propuestas, finalizó el líder nacional del PRI”, precisa.
Fin de campaña.
AMLO PROVOCA REFLEXIONES
Como el famoso perro de Pavlov, o su consecuente Ley del Reflejo Condicionado, Andrés Manuel López Obrador reaccionó sin poder evitarlo al engaño que le tendió de nuevo la semana pasada su hermano Arturo López Obrador.
Arturo apareció en un spot en que da su apoyo y convoca a votar por el priísta Héctor Yunes Landa para gobernador de Veracruz.
No era la primera vez que lo hacía. Ya a fines de febrero pasado lo hizo por primera vez provocando una fuerte reacción en contra de AMLO.
Por ello en esta ocasión —al igual que el perro de Pavlov, que babeaba sin pudor alguno cuando le mostraban su comida-, estaba cantado que AMLO recogería el pañuelo del agravio fraterno como una verdadera mentada.
Tanto le dolió el agravio de Arturo a AMLO que no sólo rompió con él, sino con el resto de los hermanos a quienes ubicó en el espacio de los infieles y ladrones de su paraíso.
Fuera de lo anecdótico del caso, el encontronazo familiar de los López Obrador deja varias reflexiones.
1) Nos reitera con toda su crudeza el grado de intolerancia de Andrés Manuel. Simplemente no soporta ni concibe que ninguno de sus cercanos pueda ir por un camino distinto al de él. Ni qué decir que si no respeta diferencias de sus familiares, menos de quienes no lo son. Huy, es difícil no pensar que en el muy, pero muy improbable caso de llegar a la Presidencia de la República (ese cargo tan ambicionado por él), si pudiera mandaría a sus contrarios a la Siberia mexicana (hay Usted imagínese dónde podría quedar esta Siberia de AMLO: quizá en el desierto de Altar, o en las Islas Revillagigedo rodeadas de enormes tiburones blancos, los más temibles asesinos de los océanos; o…)
2) Que su obsesión por la Presidencia sin duda es mesiánica. No hay que darle vueltas, sólo leer lo que dijo para entenderlo: “Yo tengo aquí en mi cabeza la responsabilidad tan grande de transformar al país, esa es mi misión…”
¿Responsabilidad… misión?
Ahí queda de su propia boca lo dicho por él. Algo similar lo señalaron en su tiempo otros oscuros personajes de la historia. Tanto o más carismáticos que AMLO. Y países enteros, millones de personas, sufrieron las consecuencias. No pongo nombres. Sé que Usted los sabe.
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