Muchas equivocaciones en Oaxaca
¬ Mario San Martí miércoles 22, Jun 2016Consensos y disensos
Mario San Martí
- Erraron, quienes en lugar de contener una manifestación le echaron más leña al fuego
Lamentable, muy lamentable lo sucedido este fin de semana en Nochixtlán, Oaxaca. Nunca hemos compartido las formas y acciones de violencia que hasta ahora se han registrado en el entorno del movimiento magisterial que en contra de la reforma educativa encabeza la Sección XXII de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y no lo hemos estado porque ni el método ni el lenguaje utilizado por estos liderazgos son a partir de la reforma constitucional, no, las protestas vienen de hace muchos años y no es la primera vez que una manifestación de este tipo deviene en un enfrentamiento con los cuerpos policiacos encargados de poner orden en este tipo de situaciones con nefastos resultados.
Hoy se habla de 10 muertos, y tal vez pudieran ser más.
Hay varios heridos entre civiles y uniformados que luchan entre la vida y la muerte, situaciones que a todas luces es reprobable desde cualquier ángulo que se quiera mirar al conflicto, ya que el resultado no es más que una confirmación de que ninguna de las partes ha mediado para que sea el diálogo el único instrumento para dirimir diferencias.
Por muy irracionales que sean las peticiones de unos o las posturas de otros, hay muchos calificativos que la opinión pública ha otorgado a tan absurdo acontecimiento.
Penoso, indignante, horrible, absurdo, ilógico, irracional, insensato, insoportable, demente, espantoso, terrible, injustificable, inconcebible, inexplicable, irritante, imperdonable, intolerable, y sí, en este espacio compartimos ese sentir, palabra por palabra, y si algo pudiéramos agregar es el termino “equivocados” y todas sus derivaciones según el tiempo verbal que le quieran dar, palabra que utilizaremos para nuestra reflexión de hoy.
Cuan equivocados están quienes siguen pensando que la violencia “purifica”, es mentira ya que lo único que logra es hacer mas profundo el desgarre del tejido social.
Se equivocan quienes a nombre de la paz, el diálogo y la educación buscan soluciones mediante actos violentos, actos que en cualquiera de sus manifestaciones son repudiados por la sociedad en su mayoría.
Se equivocan quienes en tan delicada situación, una vez más han salido con sus banderas políticas para sacar raja o tratar de llevar agua a su molino.
Equivocados están, quienes en tan triste acto con olor a muerte y muchos heridos hoy festinan el operativo fallido y ya vislumbran escenarios de mayor violencia vendiendo el clásico lenguaje de guerra, “hay que estar preparados”.
Se equivocaron las autoridades que, desde la comodidad de un escritorio, han puesto oídos sordos a las peticiones del magisterio por muy irracionales que éstas sean. Hay que escucharlos.
Otra vez se equivocaron los líderes que sin escrúpulos pusieron a mujeres y niños por delante de las barricadas que exprofesamente habían instalado para bloquear un tramo carretero de la comunidad de Nochixtlán.
Se equivocaron quienes utilizaron como carne de cañón a los maestros para enfrentar a las fuerzas policiacas que acudieron a tratar de restablecer la vialidad en la zona de conflicto.
Se equivocaron quienes protegidos en el uniforme de “soy la autoridad” acudieron a apaciguar las cosas con más agresión y en lugar de apagar el fuego le echaron más leña a la hoguera utilizando sus armas de cargo.
Se equivocaron los mandos policiales que dieron la orden de cambiar los protocolos para contener una manifestación, lo cual no sólo habla de improvisación sino de incapacidad para enfrentar este tipo de situaciones.
Se equivocaron quienes con fines político-electorales han utilizado al movimiento magisterial y desde esa trinchera buscaron el enfrentamiento para llamar la atención y hacerse las victimas gritando que hay “represión de Estado”.
Se seguirán equivocando quienes con palos, petardos, bombas molotov, cohetones, insistan en querer ser escuchados, ya que es muy comprensible la desesperación de muchos ante diversas problemáticas pero sus métodos no.
Se equivocan quienes en este movimiento nada tienen que hacer y con fines aviesos son pagados en la oscuridad para seguir paralizando el libre tránsito en perjuicio de comerciantes y en general a la población de los lugares donde se dan este tipo de manifestaciones.
Se equivocan quienes sin escrúpulo alguno, sin vergüenza, insisten en querer desestabilizar al país para que luego “los financiadores” aparezcan en la tribuna pública bajo el signo de “salvadores de la patria”.
Son muchas las equivocaciones de todos los interlocutores en este conflicto que no se ve para cuando llegue a su fin, pero en medio de la tragedia alguien debe poner la cordura, la razón, el diálogo, lo cual no es lo mismo que dar a torcer el brazo.
Alguien dijo por ahí, no nos acostumbremos a la guerra, ni a su lógica, ni a su lenguaje, y en ello hay mucho de razón, ojalá las partes en conflicto, entre ellos las autoridades federales y los maestros de la CNTE, nos den pronto una lección y nos sorprendan con un “ya nos pusimos de acuerdo”, eso en lugar de que la población en general siga tolerando situaciones como lo ocurrido en Oaxaca.