Aumenta mortalidad por contaminación atmosférica
AAPAUNAM, Opinión jueves 30, Jun 2016AAPAUNAM INFORMA
Jorge Delfín Pando
Cada 10 microgramos por metro cúbico de partículas respirables PM10 (de 10 micras) por encima de la norma establecida por la Organización Mundial de la Salud –OMS-, que es de 20 microgramos por metro cúbico, aumentan 4 por ciento la mortalidad en general. En la Ciudad de México el promedio anual es de 50 y en los días de contingencia 60, es decir, tres veces más. Esta cifra podría afectar el número de fallecimientos en la megalópolis. La mayor parte de estas muertes ocurre en adultos mayores que ya tienen un padecimiento previo que se les complica, como enfermedades pulmonares, cardiacas, y en menor proporción, cerebrovasculares.
El material menor a 10 micras se queda en las vías respiratorias superiores, que el menor a 2.5 micras el cual tiene pase hasta los alvéolos y partículas de menos de una micra llegan con facilidad hasta la sangre y viajan a diferentes órganos, como el cerebro y el hígado.
Según la académica Ana Rosa Moreno Sánchez, de la Facultad de Medicina de la UNAM, hay evidencia convincente de una asociación entre la contaminación del aire y la isquemia cardiaca e infarto, arritmia ventricular, exacerbación de insuficiencia cardiaca y ataque fulminante, así como con daño significativo a las pequeñas vías respiratorias de pulmones, incluso, se ha asociado a la epilepsia.
La exposición a la contaminación ambiental (Partículas PM2.5 y PM10 y dióxido de nitrógeno), aumenta significativamente el parto prematuro, bajo peso al nacer, mortalidad infantil, síndrome de muerte temprana y efectos de salud en grupos vulnerables, como asmáticos.
Por otra parte, en octubre del 2013, la Agencia Internacional de Investigación de Cáncer de la OMS, clasificó a la contaminación atmosférica como carcinógeno humano, pues existe suficiente evidencia científica de que la exposición puede causar cáncer de pulmón, ya que no hay duda que las personas que vivimos en zonas contaminadas, tenemos más riesgo de padecer esa enfermedad a largo plazo.
Según estudio realizado por el Instituto Nacional de Salud Pública, para dos contaminantes criterio (PM10 y ozono), las reducciones de sus niveles podría disminuir cientos de muertes y hospitalizaciones. Además, a la exposición crónica de contaminantes hay que sumar la fase aguda, la que se registra en días de contingencia, que puede causar tos, dolor de pecho, irritación de garganta y ojos, dolor de cabeza, mareo, náuseas y cansancio.
Las poblaciones más vulnerables son niños, personas de la tercera edad e individuos con enfermedades respiratorias crónicas, como enfisema o asma, junto con quienes trabajan en la calle porque todo el día respiran aire contaminado, están expuestos al calor y mala alimentación, aunque la población en general también se ve afectada. En ancianos, hay que sumar otro riesgo importante que es el golpe de calor. La deshidratación en ellos es muy rápida y pueden tener consecuencias fatales.
Por lo tanto, hay que evitar zona de fumadores, al igual que la combinación de calor, humedad y contaminación. Por lo mismo a todos los sectores nos corresponde asumir responsabilidad para lograr éxito a largo plazo.
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