Que den la cara
Freddy Sánchez martes 12, Jul 2016Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Dónde están los que aprobaron la reforma educativa. Los que propusieron su instrumentación, los que se obligaron a hacerla efectiva, los que apoyaron los cambios, los que votaron en las cámaras legislativas las nuevas normas, los que venían con buenos ojos el cambio en materia educativa.
Dónde están pues, todos los que dieron su aval para dicha reforma. Dónde se metieron, dónde se escondieron, dónde permanecen sin hacer ni decir nada ante los que se oponen a que las medidas legales se apliquen.
Porque, los que no aceptan los cambios, los que los reprueban y repudian, los que se han declarado en virtual “pie de guerra” para combatir y tratar de anular la reforma educativa, ahí están.
En varias partes del país, y particularmente en la Ciudad de México, podemos ver a los opositores a los cambios en materia educativa, aprobados por el Congreso, dando cabal muestra de su indignación y desacuerdo con la reforma educativa.
Ahí están muy activos en calles y escuelas interrumpiendo el tránsito vehicular, induciendo a comerciantes y banqueros a cerrar sus establecimientos, afectando la normalidad económica y colocando pegotes en muros y puertas de planteles escolares y bardas con leyendas que hablan de su rechazo a lo que catalogan de una dictadura de estado, abusos de autoridad e incluso declarándose en estado de luto porque según afirman la reforma destruyó su profesión, sus ilusiones y derechos laborales.
Cierto o falso, lo que denuncian los que se oponen a los cambios educativos, nadie desde casi ninguna instancia de poder público o privado, se ha decidido a salir en defensa de lo que se aprobó en el Congreso.
Esos legisladores que tanto festejaron sus votos al aprobar la reforma educativa, aparentemente se han escondido. Como si los avergonzara haber dado su voto a una ley supuestamente impopular, se niegan a salir a las calles a defender lo que legislaron.
Y es que si bien los opositores, están en todo su derecho de organizar marchas de protesta (aunque estás no deberían afectar a terceros como lo establece la Constitución de la República), el mismo derecho e incluso obligación de hacerlo tendrían los que en las cámaras legislativas e instancias públicas y privadas, promovieron y apoyaron los cambios legales que tanto alboroto social han causado en detrimento de la estabilidad y la paz social.
Dónde están pues los que están de acuerdo con la reforma tal como fue aprobada, los que fueron consultados para la redacción de sus distintos artículos, los que consideraron que lo plasmado en una nueva ley era indispensable para cambiarle el rostro al sistema educativo nacional, los que juzgaron justo y correcto obligar a los maestros a evaluarse y capacitarse, los que pusieron coto a los excesos del sindicalismo magisterial, los que se dijeron partidarios de impulsar un cambio de fondo en las actividades educativas, los políticos, los empresarios, los intelectuales, los funcionarios y ciudadanos que apoyan la reforma educativa y no se les ve hacer ni decir nada para hacerla realidad.
Ante la activa presencia social de los opositores, justo será que los que quieren cambios en la educación (los que ya fueron hechos y deben hacerse todavía), lo manifiesten con el mismo denuedo de los que están en contra y para eso es menester que den la cara.