Después de la muerte de Bantú, capitalinos solicitan mayor atención al zoológico
Sin categoría lunes 25, Jul 2016Como veo, doy
Jorg Palacios
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Hace un par de semanas escribimos que el enojo expresado por la mayoría de los habitantes de la Ciudad de México respecto a la muerte de Bantú es de menos proporciones a la de hace dos años contra (Miguel Ángel) Mancera por el invento del “nuevo” Programa Hoy No Circula, ni tampoco similar a la del reciente “doble” Hoy No Circula, pero de que la gente quiere una explicación puntual y transparente de lo que pasó en el fallecimiento del gorila, ni dudarlo y no hacerlo a tiempo el enojo social iría creciendo contra el Jefe de gobierno capitalino.
En esa ocasión comentamos que Bantú era un gorila que por su tamaño imponía como habitante animal en el Zoológico de Chapultepec, pesaba 220 kilos, medía un metro con 75 centímetros y era el único ejemplar de su especie nacido en cautiverio hace casi 25 años en las referidas instalaciones del bosque de Chapultepec.
¿Qué pasó? es la pregunta que a la fecha sigue sin respuesta, porque lo único que se sabe es que el gorila sería trasladado a un zoológico de Guadalajara, Jalisco, con fines de reproducción, donde se ubican dos gorilas hembras de la misma especie, pero (al ser anestesiado para iniciar su viaje) el singular ejemplar sufrió un paro respiratorio y falleció al menos eso dijeron los responsables de su cuidado y traslado, pero nadie les creyó y aunque al respecto se han ventilado de manera pública diversas acciones, en ningún caso éstas han sido concluyentes.
Si bien la secretaria del Medio Ambiente local, Tanya Müller, prometió una investigación para esclarecer el caso, su gestión al frente de la dependencia del gobierno capitalino, ha sido tan cuestionada en diversos rubros de su responsabilidad que incluso no hay certeza en la efectividad de su trabajo, por lo que los capitalinos pidieron la intervención de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente y fue por eso que en este asunto se descubrió que hubo irregularidades en las dosis de anestesia, por el traslado de Bantú y se comprobaron en la necropsia.
La Profepa, al intervenir en este penoso hecho, dijo que los resultados de sus investigaciones se darían a conocer en 30 días, es decir entre dos o tres semanas más, pero gracias a su intervención se logró saber que, además de las aparentes causas de negligencia médica en la muerte, el cuerpo del gorila fue desmembrado sin la presencia de especialistas en la materia, lo cual generó muchas dudas respecto al profesionalismo de los trabajadores encargados de alimentar, cuidar y dar atención veterinaria a todos los animales de los zoológicos administrados por el gobierno de la Ciudad de México, tales son los casos de Chapultepec, Aragón y “Los Coyotes”.
Total que al clima adverso por la muerte de Bantú, hoy el jefe de gobierno en la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, ya enfrenta otra ola de comentarios negativos en su administración, por lo que en ese marco han surgido algunas voces vecinales y de representantes de organizaciones civiles que piden que los zoológicos de la CDMX sean administrados por el gobierno federal, para que en un nuevo proyecto esos espacios tengan más recursos, mayor capacitación de sus trabajadores y mejores médicos veterinarios.
Es cierto, no es la primera vez que la muerte de un animal en cautiverio causa un debate ante la opinión pública y malestar social en general, es cierto, pero ante la lamentable muerte de Bantú, no estaría mal que las autoridades respectivas, más allá de quién los administre, vean con mayor detenimiento estos hechos y pongan mayor cuidado en el funcionamiento de estos atractivos turísticos que en temporada vacacional son de los lugares preferidos de los niños
No hay que olvidar que tampoco es la primera vez que el tema está en el debate ciudadano, al contrario, los medios informativos y organizaciones civiles han dado cuenta que los zoológicos funcionan con carencias, tanto en espacios adecuados para los animales como en recursos para su manutención y atención médica, lo cual es muy lamentable.
“Se están muriendo”, han denunciado muchas veces las organizaciones protectoras de animales, y tal vez no sea el caso de los tres espacios que hemos mencionado, al menos no por lo que se ve, pero de que algo funciona mal de eso no hay duda, y Bantú fue el vaso que derramó agua respecto a las condiciones en que operan estos espacios que sirven para el conocimiento y el entretenimiento familiar.
Ojalá que lo que haya pasado en la muerte del gorila, negligencia o no, sirva para que las autoridades volteen a ver el funcionamiento integral de los zoológicos de la CDMX y de todo el país, porque si en algo hay un acuerdo social es que estos no mueran ni cierren sus puertas, como algunas veces se ha sugerido por ahí, pero eso sí piden que sus habitantes animales cuenten con condiciones óptimas para vivir.
Por lo pronto, estaremos pendientes del resultado que arrojó la necropsia que se le realizó a Bantú, y si se confirma que hubo negligencia en su atención, pues la aplicación de la norma administrativa es lo que sigue, así de simple.