Fin al viejo Informe Presidencial
Roberto Vizcaíno viernes 26, Ago 2016Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
El presidente Enrique Peña Nieto dio ayer el paso para finalmente desechar lo que quedaba del viejo formato del Informe Presidencial.
A fines de la semana entrante, el mexiquense cumplirá con el Artículo 69 de la Constitución, que obliga al Presidente de la República a rendir un informe del estado que guarda la nación, a través de un encuentro interactivo con 300 jóvenes, en su mayoría universitarios, provenientes de los 32 estados del país.
En este encuentro, en el cual Peña Nieto dialogará y explicará a sus invitados de las acciones de su gobierno realizadas no sólo durante los últimos 12 meses sino en los 4 años anteriores, los jóvenes podrán preguntarle lo que sea de su interés, e incluso cuestionar al mandatario.
El encuentro será transmitido en streaming, en périscope, a través de YouTube, Facebook y todas las nuevas herramientas de redes sociales, además de algunos canales de la televisión de paga y abierta.
La decisión de desechar el viejo y rígido formato en el que el Presidente hablaba durante horas a un auditorio lleno de invitados, muchos de los cuales acudían sólo para cumplir con un compromiso, no porque les importara nada del Informe, se tomó no sólo por el papel predominante que han tomado las redes sociales en la vida de los mexicanos, sino porque hoy un 65 por ciento de los habitantes cuentan con menos de 40 años.
Por eso mismo Peña Nieto tomó la decisión de “subir” a las redes, una serie de 30 promocionales en los que él mismo explica a los mexicanos los avances alcanzados por su administración.
En el primero de ellos que ya corre desde ayer, se ve al mandatario sin corbata en el que explica justamente su decisión de acabar con el viejo y acartonado formato del Informe Presidencial…
“En los próximos días conocerás las historias de algunos mexicanos con quienes he tenido el honor de convivir.
Son historias que inspiran y que quiero que conozcas; porque las cosas buenas, casi no se cuentan, pero cuentan mucho”, se indica en un texto que da entrada a un video en Facebook.
Previamente Peña Nieto se había lamentado de que “nos quieren inundar de malas noticias”.
“Un mejor México se construye cada día, en equipo, a partir de lo mucho que hacemos bien los mexicanos #4toInformehttps://t.co/1Q5tvfB8l5…
En sus videos acepta que en México “enfrentamos retos complejos”.
Y dice que eso llama a todos a atender las necesidades y seguir siendo críticos.
Pide de igual manera reconocer que los mexicanos “somos alegres, unidos y luchones”, y para nada “derrotistas”.
Así, bajo el encabezado de: “Lo bueno cuenta y cuenta mucho”, se advierte que el Presidente comienza una nueva campaña para allegarse directamente a los jóvenes, sector donde se encuentran las mayores resistencias hacia su mandato.
FIN A UN LARGO RITUAL
Así, pues, llega a su fin uno de los más trascendentes rituales del poder. Un ritual que sirvió para acercar al Presidente en turno con amplios sectores del país.
Durante casi 200 años, para ser precisos desde 1825 en que por primera vez lo rindió ante la nación el mismísimo general Guadalupe Victoria, el Informe Presidencial marcó un momento clave dentro del manejo del poder en México.
Tocado de muerte por Porfirio Muñoz Ledo al interpelar a Miguel de la Madrid el 1 de septiembre de 1988, la ceremonia de los informes presidenciales subsecuentes se diluyó en medio de enfrentamientos verbales y físicos entre legisladores hasta casi desaparecer el 1 de septiembre de 2006 cuando diputados perredistas tomaron la tribuna e impidieron a Vicente Fox rendir su sexto y último Informe de Gobierno.
A últimas fechas el informe presidencial se realizaba fuera del Congreso y servía, igual que todos los anteriores, para el lucimiento personal del mandatario
Ayer al parecer fue finalmente sepultado con la decisión de Peña Nieto de transformarlo radicalmente.
ANAYA, EL INGRATO
Cuando parecía que habían transitado hacia el cierre de su más reciente encuentro sin mayores conflictos, de allá atrás, donde Ricardo Anaya ha colocado a su padre político, el chihuahuense Gustavo Madero, salió la voz que se escuchó más allá de aquel recinto:
“¡TRAIDOR!”
Sí, era la voz fuerte y clara de Madero quien señalaba sin duda alguna a su hijo político, el presidente del PAN, el queretano Ricardo Anaya.
Ni para a dónde hacerse. Lo peor es que todos ahí y más allá sabían por qué Madero calificaba de traidor a Anaya.
Hace un año, allá por agosto de 2015 el queretano le prometió al chihuahuense que lo designaría coordinador de la bancada del PAN en San Lázaro y no lo cumplió.
“Yo no se lo pedí… él me lo prometió”, afirma Madero quien agrega: “ahora me dijo que yo iba a ser Presidente de la Cámara de Diputados… y tampoco lo cumplió”.
“¡TRAIDOR ¡”, repite el sobrino-nieto del prócer.
En verdad en su denuncia rencorosa hay mucho más fondo. Está el hecho de que Madero fue quien hizo de Anaya lo que hoy es, él lo designó presidente de la Cámara de Diputados en la legislatura anterior, luego lo jaló y lo hizo secretario general del PAN para que se quedara en su lugar cuando él, Madero, se fue a buscar la candidatura a diputado y luego de eso, lo empujó y apoyó, trabajó para que Anaya fuese postulado y elegido presidente del PAN, cargo que hoy ocupa.
El acuerdo era que mientras Anaya era Presidente de Acción Nacional, Madero sería coordinador de la bancada en San Lázaro.
Pero hace un año, en agosto de 2015, Anaya lo traicionó por primera vez… y como el que traiciona una vez traiciona siempre, el martes pasado Anaya volvió a traicionar a Madero.
Detrás de esta traición está la candidatura presidencial del PAN en 2018.
Y POR SI HICIERA FALTA
En medio de este nuevo encontronazo interno, por redes sociales corrió una conversación entre la diputada suplente Brenda Fabiola Ruiz Aguilar y el diputado federal Jorge Triana en que se narran dichos de otros prominentes panistas vertidos durante una fiesta de cumpleaños de la senadora Mariana Gómez del Campo, sobrina de Margarita Zavala.
De acuerdo al relato de la desenvuelta Brenda, el diputado Federico Döring había bebido de más y ya pasado de copas, despotricó contra Ricardo Anaya, presidente del PAN; contra Gustavo Madero, Santiago Creel, Roberto Gil y el mismo Triana.
De la bancada blanquiazul opinaron que “todos son corruptos y ladrones” y consideraron que el coordinador de todos ellos, el michoacano Marko Cortés era simplemente un “Pobre Diablo”.
En términos generales advirtieron que dentro del PAN existe una fractura irremediable, de la cual saldrán mal parados todos.
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