“¿Qué vamos a hacer?”, preocupación de Josefina Vázquez Mota
Jorge Luis Galicia Palacios lunes 10, Oct 2016Como veo, doy
Jorg Palacios
- Baraja amplia entre los aspirantes priístas ¿cartas marcadas?
“Mi Agus… ¡Vamos a ganar! Y, luego, ¿qué vamos a hacer?”, con esas palabras se afligía la entonces precandidata presidencial por el PAN, Josefina Vázquez Mota, durante una conversación con uno de sus colaboradores en el marco de la contienda previa al proceso electoral de 2012, misma que al final le ganó a sus correligionarios Ernesto Cordero y Santiago Creel, y también efectivamente “no supo qué hacer” para ganar la silla presidencial.
Lo anterior nos viene a la mente porque a estas fechas las palabras del ¿Qué vamos a hacer? han de estar acompañando nuevamente a la panista luego de que entre la opinión pública circuló información de que la fundación “Juntos Podemos”, que ella encabeza, habría recibido del gobierno federal la cantidad de 900 mdp.
Lo anterior se da a conocer en el contexto de las definiciones que algunos partidos políticos tendrán en los próximos días con la mira a la sucesión por la gubernatura del Estado de México, donde la ex candidata presidencial es señalada como una fuerte aspirante por el lado de los blanquiazules.
Así, aunque desde diversos foros informativos Vázquez Mota ha acusado que se trata de una guerra sucia; que en ningún momento “Juntos Podemos” ha recibido dinero y aclarado que ella coordina los esfuerzos de la sociedad a favor de mexicanos en EU, lo cierto es que ha dejado muchas dudas al respecto y también pocas posibilidades para construir una candidatura que le dé posibilidades reales de ganar en la entidad mexiquense, pero si ese fuera el caso es probable que aun sigan con ella las cuatro palabras que en el terreno político le angustian ¿qué vamos a hacer? o bien que esté pensando igual toda vez que el panismo local acordó que la definición del nombre se hará mediante consulta a la militancia.
Terrible preocupación para JVM, sin duda.
PASO SIN VER.- La lucha por las candidaturas en los partidos políticos rumbo al proceso electoral por la gubernatura constitucional del Estado de México está a todo lo que da.
En el caso del PRI la baraja de aspirantes es muy amplia, ahí están los nombres de los diputados federales Carolina Monroy y Alfredo del Mazo, quienes desde el lado del parentesco y aparente apoyo del mandatario nacional, Enrique Peña Nieto, han puesto sus nombres en la puja de la contienda que se avecina.
También ha levantado la mano Ernesto Nemer, actual Procurador Federal del Consumidor, quien no se aleja ni un segundo de las noticias de su terruño pero a ese interés hay que decir que su trabajo no ha convencido en las carteras ocupadas de la presente administración federal, gris como titular de la Profeco y gris como subsecretario de Desarrollo Social.
El cuarto aspirante priísta es Carlos Iriarte, quien nada menos ni nada más despacha al frente del priismo local y con esa cercanía a la gente, y a la estructura de la administración estatal, no hay día que en corto externe sus aspiraciones y así también en corto recibe guiños y señales de apoyo.
Pero al igual que éste último, también da la pelea desde su terreno la actual Secretaría de Educación mexiquense, Ana Lilia Herrera, a quien el gobernador Eruviel Ávila recién integró a su equipo, invitación que todos leyeron como una forma para equilibrar fuerzas y fortalecer alianzas en aras de encontrar una fórmula ganadora para el partido tricolor.
En general todos los partidos políticos con registro, tanto a nivel nacional como locales, saben que la elección en el Estado de México del próximo año es algo así como el prólogo que da pauta al inicio de la madre de todas las elecciones: La presidencial, de ahí su interés y el cuidado con que procesan en cada trinchera las candidaturas, porque si algunas características deben tener los elegidos es que sean carismáticos, que tengan arraigo, trayectoria política-administrativa intachable, y (sobre todo) sean factor de unidad ante su militancia, donde también al final de la contienda interna los aspirantes tengan la capacidad de sumar a quienes se queden en el camino en sus legítimas aspiraciones.
Como sabemos, la entidad que actualmente gobierna el PRI, tiene un atractivo adicional al ser ésta la de mayor peso electoral en todo el país, con más de 10 millones de empadronados, y esa cifra puede hacer que la balanza en una contienda como la de 2018 se incline hacia un lado u otro.
Seguramente en el camino habrá rupturas o distanciamientos entre los ahora candidateables, ¿Quiénes serán y eso a quién favorecerá?
Son preguntas donde sus respuestas ya se anticipan a manera de rumor, de golpe bajo o fuego amigo, pero conforme avancen los días y se venzan los tiempos legales veremos si estás se confirman o fueron simples “borregos” para distraer la atención de los jugadores y equipos contrarios.
VA MI RESTO.- Para el priísmo hay quienes opinan que la final del juego será resuelto entre quienes tengan las cartas marcadas, una con la letra “A” y la otra con una “C”, lo cual ha generado más confusión entre los jugadores, porque en esa posición están los nombres de Alfredo o Ana Lilia, Carolina o Carlos.
A ver si no se repite la misma historia en la que estuvo involucrado el mexiquense Alfredo del Mazo González, papá de Alfredo, quien en la sucesión presidencial del sexenio de Miguel De La Madrid, le confiaron las letras “SG” lo cual interpretó como Sergio García y se fue a felicitar al entonces titular de la PGR, el final de la historia ya se la saben, el candidato fue Salinas de Gortari, pero el dato quedó para el anecdotario político y hasta ahí porque como veo, doy.