Golpes, no, mentadas, sí
¬ Salvador Estrada jueves 27, Oct 2016Folclor urbano
Salvador Estrada
La violencia verbal llegó a la Asamblea Legislativa y por una presunta invasión de un predio en la delegación de Coyoacán se incendiaron las pasiones y los dimes y diretes.
El semicírculo del recinto parlamentario no se convirtió en un ring para cambio de golpes entre dos legisladores, sino fue “un pleito oral entre un •moreno y un perredista”.
Y aunque se supone que los legisladores representan a los ciudadanos, en este caso no fue así, se representaban a sí mismos, porque su lenguaje y sus acciones demostraron sus orígenes.
¡En esta curul, el perredista Mauricio Toledo! y frente a él ¡Luciano Tlacomulco, un digno luchador de Morena!
Luciano llegó hasta Toledo y después del saludo cordial, Toledo lo cotorreó y le echó en cara “no estés invadiendo predios y terrenos en la delegación Coyoacán”. Eso caló fuerte al púgil Tlacomulco que respondió: “yo puedo invadir los terrenos que se me hinchen…y creyendo que era broma Toledo le dijo: ¡pinche diputado cómo crees!.. pero Luciano se calentó y le contestó: “a mí me vale madres, y ya sabes que yo no hago chingaderas como tú” y ¡zaz!, cabezazo de una parte y escupitajo por la otra.
Y mientras en la tribuna los legisladores explicaban sus iniciativas, en esa curul los legisladores intercambiaban sus “mejores deseos para la familia”. Mentadas de madre de una parte y otra y se llevó el conteo ¡seis!, ¡seis! recordatorios familiares.
El predio que causó “el enfrentamiento oral” lo compró una prima de Luciano Tlacomulco y aunque dice estar en regla ese terreno, la delegación de Coyoacán le ha negado permiso de construcción. A eso se refería el perredista Toledo, que también “tiene su historial en Coyoacán”, por lo que Luciano le recordó “lo de las chingaderas”.
Y al reconocer “su actuación”, Luciano declaró: “tal vez soy ignorante, pero él (Toledo) fue el que empezó y me lanzó un escupitajo. Yo sólo respondí”.
Por su parte, Mauricio Toledo declaró: “podemos debatir fuerte y contundente, hay antecedentes de ello, pero por respeto no se puede permitir en el recinto este tipo de situaciones”.
Toledo se serenó y dijo: “le vamos a poner al diputado Tlacomulco el sobrenombre de “Caretas”, porque piensa que jugar beisbol es andar con el bat golpeando a los diputados”.
La moraleja de este “pleito legislativo” es no bromear con terrenos que no sean tuyos, porque duelen más las mentadas de madre que los madrazos”.