País sin límites
José Antonio López Sosa miércoles 25, Oct 2017Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Eso somos tristemente, un país donde no hay límites. No hay límites para la corrupción e impunidad, tampoco para los escándalos y menos aún, para la clase política que puede robar con impunidad —con la debida presunción de inocencia que la ley establece—, sin que un proceso legal haga verdadera justicia o peor aún, sin que los implicados en un escándalo de esta envergadura dejen siquiera su puesto de trabajo.
El caso de Lozoya es uno más, de las decenas que se han dado a conocer durante la presente administración, pero ¿qué ha pasado?, nada, absolutamente nada.
Nadie pierde su empleo, nadie enfrenta la justicia, desde el Presidente hasta el mando medio, la impunidad es la constante y como sociedad vamos de escándalo en escándalo.
Es sencillo desde la cúpula del poder culpar a los medios y no a las formas burdas de saquear un estado. Pedir que no se hable más de corrupción en lugar de evitar fomentarla, vaya, el mundo al revés.
Vamos en el quinto año de esta administración y no hay límites aún, ni siquiera se vislumbran verlos en algún momento, nos quedan 13 largos meses para que sigan sorprendiéndonos con casas, terrenos, sobornos y no sabemos cuántas cosas más.
Y aún así, quieren que la gente siga confiando en ellos, quieren que confiemos en que el modelo funciona.
Me parece que incluso, en la época dorada del viejo sistema, los políticos de las décadas de los sesenta y setenta se avergonzarían de las formas, aunque los fondos son básicamente los mismos.
Así es esta nueva generación de políticos, así es el nuevo PRI.
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