Ángel Aguirre, ave de tempestades
Guillermina Gómora Ordóñez martes 9, Ene 2018Caleidoscopio
Guillermina Gómora Ordóñez
Vaya bomba de tiempo que le cayó a la coalición “Por México al Frente”, luego de la postulación y posterior retiro del ex gobernador de Guerrero, Ángel Heladio Aguirre Rivero, que buscaba ser su candidato para diputado federal por el distrito 8, con sede en la ciudad de Ayutla de los Libres, Guerrero.
El guerrerense se quedó con las ganas del indulto político, luego que desapareció de la escena política y pública cuando fue obligado a renunciar al cargo de gobernador en octubre de 2014, tras la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, en Iguala, Guerrero.
Aunque afirme vía Twitter: “¡Estoy en paz!”, haberse bajado de la candidatura, traerá sus consecuencias para la coalición en Guerrero. Su retorno estuvo precedido por varios acuerdos con los dirigentes estatales del PAN, PRD y Movimiento Ciudadano.
Además, Aguirre Rivero cuenta con el apoyo de la ex secretaria general del CEN del PRD, Beatriz Mojica, que durante su mandato fue secretaria de Desarrollo Social y quien por cierto buscará un escaño para el Senado de la República, por la coalición.
Al oriundo de Ometepec, no le son ajenos los vaivenes políticos, su ascenso al poder estatal fue posible tras la matanza de Aguas Blancas, en Coyuca de Benítez, el 12 de marzo de 1996. A la salida del gobierno de Rubén Figueroa Alcocer, Aguirre, entonces priísta, fue designado gobernador sustituto.
En 2010 buscó la candidatura del PRI a la gubernatura de Guerrero, al no obtenerla renunció al partido y fue nominado por la coalición “Guerrero Nos Une” (PRD, PT y Convergencia). En 2011 ya era mandatario de la entidad.
Sin embargo, durante su breve mandato, la situación de inseguridad y violencia en el estado se complicaron a grado tal, que Guerrero fue considerado como un tema de seguridad nacional. Los grupos del narcotráfico sentaron sus reales en el puerto de Acapulco y la zona de La Montaña.
El aval de Aguirre a los grupos denominados “policía comunitaria”, ubicados en la zonas de la Costa Chica y La Montaña, a quienes les dijo: “Qué bueno que me ayuden a brindar seguridad”, sólo sirvió para generar enfrentamientos entre las comunidades y que estos grupos armados hoy estén al servicio del crimen organizado.
El crecimiento exponencial del narco y la pobreza en Guerrero, durante el gobierno aliancista de Ángel Heladio Aguirre, registró su peor momento el 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero, cuando desaparecieron 43 alumnos de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa.
Una tragedia que enfrentó tres días después del hecho, luego de que se dieran a la fuga el ex edil perredista, José Luis Abarca y su esposa, María de los Ángeles Pineda. Un infortunio del que tres años después, ante los padres de familia de los alumnos, que boicotearon su arranque de campaña, Aguirre Rivero dijo: “no tengo nada de qué avergonzarme”.
Seguramente no, en su expediente figuran más muertos, como los del 7 de junio de 1998, en El Charco, en Ayutla de los Libres, en donde 11 campesinos fueron acribillados por elementos del Ejército. También los del 12 de diciembre de 2011, cuando los normalistas de Ayotzinapa realizaron un bloqueo por el aumento de la matrícula escolar. Dos jóvenes murieron por las balas de las fuerzas de seguridad.
¡Ah!, y los de septiembre de 2013, cuando el gobernador Ángel Aguirre, brindaba por las fiestas patrias, y se le olvidó alertar a los habitantes de la sierra de Guerrero, sobre la presencia de los huracanes “Ingrid” y “Manuel”, que finalmente dejaron un saldo de 101 muertos en el estado.
Del quebranto financiero a Guerrero, esa es… oootra historia con números púrpura.
Por lo pronto, la polémica se acabó, Ángel Heladio Aguirre Rivero, una vez más está fuera del escenario político, su presunta implicación en el caso de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, se convirtió en su karma y estigma.
VERICUENTOS
¿Bancada ciudadana?
En el último año de la LXIII Legistura, en pleno proceso electoral, la senadora, Martha Tagle Martínez, suplente de Alejandra Barrales, se puso creativa y se presentó como la “Bancada ciudadana” en el Senado de la República. Vaya ocurrencia. ¡Ups!
Civilidad electoral
El jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, propuso a los partidos un pacto de civilidad política durante el proceso electoral. Morena se negó a firmarlo. Ahora, lucra con la muerte de Martha Patricia Reyes, que falleció a consecuencia de un derrame cerebral y no de una agresión, durante el mitin de Morena. Ignoran a su familia que pide acabar con las mentiras y que agradece el apoyo de Luis Serna, secretario particular del mandatario capitalino, quien estuvo al pendiente del caso, a diferencia de los morenos oportunistas. ¡Órale!