El negocio del agua
¬ Salvador Estrada martes 13, Mar 2018Folclor urbano
Salvador Estrada
Los candidatos a gobernar la Ciudad de México son coincidentes en decir que van a luchar para acabar con la corrupción, como parte de su programa de gobierno, pero no toman en cuenta las necesidades de la gente y se la pasan echándose bravatas.
Y sus futuros electores por más que claman que tienen sed, los candidatos creen que son colosistas, seguidores de Luis Donaldo, que tenía “hambre y sed de justicia”.
Pero no es así, su sed es física y real y urge que el vital líquido llegue a sus colonias, porque en Iztapalapa, por ejemplo, una de las delegaciones más pobladas de la ciudad, el agua es una necesidad vital y un “gran negocio”.
Las autoridades capitalinas ante el reclamo ciudadano decidieron enviar a las colonias sedientas “pipas de agua” para que por el momento se acallaran las protestas y como es tanta la demanda y todos quieren agua y no alcanza para todos, “los piperos” hacen negocio “abajo del agua”, cobrando cien pesos por llenar tambos y tinacos.
Y esta es una corrupción a la que no pueden acabar de inmediato, mientras no arreglen tuberías, limpien drenajes y se evite el desperdicio del agua así como aplicar un programa hidráulico para cada delegación, que ahora serán municipios de acuerdo a la Constitución de la Ciudad de México.
Los candidatos nunca han padecido sed y la escasez del líquido nunca la han vivido y si quieren tener la victoria electoral deben ser solidarios con “los sedientos” y exigir desde ahora al gobierno de la ciudad que lleve el agua, sin corrupción, y en abundancia, para que la gente pueda beberla, bañarse y usarla para sus necesidades.
Antes la gente bebía agua de la llave y los chicos de entonces jugaban en los jardines públicos y le pedían al jardinero que les permitiera beber de la manguera y ¡que refrescante! ¡ahhhh!
Pero ahora, la gente se gasta un buen porcentaje de sus ingresos en la compra de agua embotellada. Se calcula que el 80 por ciento de la población la consume. Y se gastan en comprarla entre el cinco y el diez por ciento de su salario, porque la mayoría no confía en la calidad del agua que llega a sus hogares. En algunas colonias el agua entubada que envía el gobierno, tiene sabor a cloro y es terrosa. Y prefieren comprar garrafones.
Las botellas, fabricadas de plástico, son arrojadas a la basura y muchísimas van a parar al mar y en la profundidad de los océanos sus habitantes se las tragan y mueren y se contaminan las aguas y los arrecifes se están convirtiendo en basureros.
Nuestro país es el principal consumidor de agua embotellada en el mundo, de acuerdo a la consultoría Euromonitor International. Dos empresas estadunidenses y una francesa manejan las aguas embotelladas. La venta de ese producto alcanzó el año pasado 13 mil millones de dólares, según la revista Forbes.
Así es este asunto hídrico, por lo cual candidatas y candidato, deben de ocuparse en sus campañas de estar al lado “del sediento” y ser solidarios con ellos y preparar un plan maestro para que en la Ciudad de México no falte el agua nunca jamás.