El IMSS atiende a niños con trastornos de lenguaje
Elsa Rodríguez Osorio, Salud lunes 2, Abr 2018Cápsulas de la salud
Elsa Rodríguez Osorio
- Se recomienda cuidarse los ojos ante la radiación solar
Especialistas en Comunicación Humana, Neurología, Psiquiatría, Psicología y Otorrinolaringología del IMSS brindan atención a niños que presentan trastornos del lenguaje, con el objetivo de rehabilitarlos y que puedan desarrollar su capacidad para hablar.
La doctora Sara Isabel López Tejeda, médico especialista en Comunicación, Audiología y Foniatría del IMSS, recomienda a los padres de familia estar atentos a las alteraciones del lenguaje que puedan presentar sus hijos y acudir a consulta médica para iniciar su tratamiento de manera oportuna, en caso necesario.
La evaluación consiste en una serie de estudios mediante pruebas neuropsicológicas, para detectar qué tipo de problema tiene el niño, pues el lenguaje es una función que hace el cerebro y ejecuta la boca. En caso de necesitar estudios complementarios, se remite al menor con el especialista correspondiente y de acuerdo con los resultados, se establece un plan de manejo para la rehabilitación, que realiza un fonoaudiólogo o terapeuta del lenguaje.
También se realizan pruebas para verificar si el desarrollo de lenguaje está de acuerdo con su edad; mediante una serie de preguntas se valora la comprensión del lenguaje verbal y su capacidad de aprendizaje.
Durante la consulta, es importante la interacción entre el médico y el niño, para favorecer en el menor la confianza necesaria y valorar su lenguaje al preguntarle qué hizo en el día, qué comió, con quién juega o qué hizo en la escuela, puesto que la manera espontánea en como el niño se expresa, refleja lo que piensa, si tiene un diálogo coherente, si contesta de acuerdo con la pregunta o dice cosas que nada tienen que ver con el diálogo.
El niño empieza a comunicarse desde que nace, llora para manifestar dolor o hambre y su llanto es diferente en cada caso. Su forma de comunicarse avanza conforme madura su cerebro y va creciendo, pues el desarrollo del lenguaje y de la marcha van de la mano.
Sus primeras palabras inician alrededor del año, cuando empieza a caminar; al año y medio es capaz de pronunciar más de 15 palabras intencionadas y dirigidas en su vocabulario; a los dos años empieza a juntar palabras.
A los dos años y medio comienza a hacer frases y alrededor de los tres años, cuando ingresa a preescolar, puede hacer una oración más o menos estructurada, entendible, aunque tenga fallas en el lenguaje.
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El Instituto Mexicano del Seguro Social recomienda a sus derechohabientes proteger sus ojos ante las altas temperaturas, radiación solar y contaminación que se presentan durante la temporada de calor Diana González Guajardo, oftalmóloga de la Coordinación de Atención Integral en Segundo Nivel, dijo que en caso de visitar centros recreativos donde haya piscinas y albercas, o realizar actividades al aire libre, se deben utilizar gafas, gorra o sombrero, lentes o goggles protectores para evitar la entrada de algún cuerpo extraño, agua o cualquier partícula a los ojos.
El uso de lentes con filtro solar, lágrimas artificiales, así como evitar la exposición prolongada a los rayos solares y aire acondicionado, ayudan a prevenir malestares y enfermedades que afectan la salud visual. Si se presentan síntomas como ojo rojo, lagrimeo, resequedad ocular, comezón, secreción verdosa, se debe acudir a consulta con el oftalmólogo para determinar el padecimiento y el tratamiento médico a seguir.
Con la finalidad de evitar contagios, el medicamento que utilice el paciente para mejorar la vista, no debe compartirse, y una vez que termine la dosis recetada, desecharlo, sugirió la especialista.
La exposición al sol, al aire acondicionado y a la contaminación por tiempo prolongado, ocasionan irritación continua en los ojos, favorece la aparición de conjuntivitis, carnosidad y síndrome de ojo seco. Posterior a actividades recreativas de natación se pueden presentar desde simple irritación ocular, hasta conjuntivitis infecciosas, todo ello derivado de la exposición a los químicos que se utilizan para el mantenimiento de albercas.
Se deben tomar precauciones y hacer caso de las recomendaciones, para evitar molestias que pueden ser pasajeras o incluso desencadenar padecimientos que requieren atención médica especializada.