Castigo a culpables
Freddy Sánchez martes 12, Feb 2019Precios y desprecios
Freddy Sánchez
“Haya sido como haya sido”, el bloqueo magisterial ferroviario, (que en un momento se quita y luego se pone de nueva cuenta), ha dejado dos pendientes para la justicia.
Por una parte, determinar exactamente de qué instancia oficial provino la responsabilidad de haber suspendido arbitrariamente el pago de salarios a los maestros inconformes, a efecto de sancionar las omisiones o conductas de quienes en el sector público, estatal o federal e incluso legislativo, por la razón que sea, deba atribuírseles la causa que dio origen al conflicto magisterial.
Y es que caramba hasta el más iluso de los servidores públicos tendría que haber calculado una reacción colérica como la que en los pasados treinta días llevó a los mentores a tomar las vías del ferrocarril en distintos puntos de Michoacán para llamar la atención y lograr con ello que se les pagaran sus sueldos.
De modo que cualquiera que haya sido el motivo, que propició la suspensión de pagos al magisterio agremiado en la disidencia magisterial, es justo que se proceda a castigar a los funcionarios, que por negligencia, omisión o ineptitud no actuaron con inteligencia y visión para prevenir y evitar este conflicto y después no lo hicieron tampoco con oportunidad para resolver la carencia de fondos que impidió pagar en tiempo y forma a los maestros sus respectivos salarios.
Hayan sido quienes hayan sido, los que provocaron la reacción de protesta de los maestros, es indispensable que se los obligue a responder de sus actos, por lo menos con la destitución inmediata de sus cargos.
Y en contraparte, no puede dejarse sin sanción el comportamiento de aquellos que asumiendo el liderazgo de los educadores, incurrieron en conductas fuera de la ley.
Porque ha resultado evidente que las intenciones de una parte de los maestros en este conflicto, hubo afanes distintos a los de reclamar el pago de los salarios no devengados.
Desde que el gobierno federal asumió el compromiso de responder por el pago, se esperaba una actitud distinta de los bloqueadores del paso de los trenes, levantado de inmediato el bloqueo, pero no fue así.
Y eso de liberar las vías y después volver a tomarlas, de plano se antoja una maquinación con propósitos diferentes y una burla a los compromisos adquiridos al acordarse el pago de los salarios no cubiertos. Lo que quizá no se procedió a realizar con mayor agilidad.
Probablemente con demora en ciertos casos, incumplimiento en algunos más y con fallas de otra índole si se quiere, aunque eso no justifica que quienes están atrás de las protestas magisteriales, mantengan bajo cualquier pretexto una actitud intimidante y chantajista para satisfacer hasta el más mínimo de sus reclamos.
Menos aun cuando el bloqueo ferroviario, a acusa de su larga prolongación, en un mes tuvo una consecuencia funesta contra los intereses económicos de diversos distribuidores y comerciantes de mercancías y los propios dueños de los trenes impedidos de circular.
Así que atendiendo a la recomendación que hizo la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, a petición del gobierno de Andrés Manuel, es imperativo actuar en contra de los saboteadores ferroviarios que habiéndose extralimitado en el ejercicio de sus derechos de manifestación y de protesta causaron daños al patrimonio de particulares.
La CNDH aseguró que la omisión de las autoridades en el cumplimiento de sus obligaciones, puede constituir una conducta que vulnere los derechos fundamentales, máxime cuando se esté en presencia de actos ilegales que atentan contra la integridad física y el patrimonio de las personas.
Dicho de una manera más clara: los que causaron un daño salarial a los maestros y los daños que los mentores causaron, no pueden quedar impunes y hacen necesario un ejemplar castigo a los culpables.