Negocio medicinal
¬ Salvador Estrada jueves 4, Abr 2019Folclor urbano
Salvador Estrada
La proliferación de farmacias en la Ciudad de México no significa que los capitalinos sean enfermizos, sino que las medicinas son el gran negocio de la salud.
Existen en casi todas las alcaldías Farmacias del Ahorro, San Pablo y Doctor Simi y en algunas colonias Farmacias Guadalajara, que vende hasta golosinas y refrescos.
El origen de las farmacias en la ciudad, que se inició en la calle de Plateros a principios del siglo pasado como ”droguería” es la actual tienda, restaurant, farmacia y hasta bar”, conocida por su emblema de los tecolotitos. Aquí, las medicinas no son su negocio, sino todo lo demás. A propósito ¿Por qué cerraron los establecimientos de Paseo del Reforma, Lafragua y Avenida Cuauhtémoc?
Pero las otras cadenas sí ganan mucho dinero con las medicinas, porque dos de ellas cuentan con sus propios laboratorios y además sus dueños son primos que compiten entre sí.
Además de esas farmacias, se encuentran otras chiquitas. Entre ellas Farmacia Popular, Farmatodo y las que venden medicinas genéricas, que venden productos cuya patente ya caducó y abarató su venta.
Las medicinas tienen un precio distinto en cada una de las farmacias y si un producto medicinal les cuesta cinco pesos, por ejemplo, la producción en los laboratorios, la venta aumenta hasta cien pesos, y de ahí que anuncien grandes descuentos y pese a ellos siguen ganando.
Los laboratorios que venden al Seguro Social y al ISSSTE ganan un dineral y precisamente el gobierno ya va a organizar esas ventas para que no sean tan costosas.
Y para estar en paz con “Dios y con el diablo”, la Asociación Nacional de Farmacias busca entre sus agremiados que la “variación del precios al máximo de las medicinas sea de un cinco por ciento.
Ante este gran negocio que representa la venta de los medicamentos, los senadores morenos ya le van entrar al quite, a fin de que se acabe con el abuso.
La bancada de Morena presentó una propuesta para modificar la Ley General de Salud en materia de regulación de precios a los medicamentos, pero hasta ahora no ha pasado y está ahí, en espera de que entre en la discusión.
Los legisladores deberían de “entrarle al toro” y pedir medicinas más baratas para el pueblo.