El Ejército, humillado, mientras escala la violencia en el país
Nacional sábado 1, Jun 2019- Grupos delictivos imponen su ley
- Impunidad total: irrupción de convoyes del crimen organizado siembra el terror entre la población
Además de la humillación que sufrieron elementos del Ejército Mexicano, tras ser sometidos la semana pasada por habitantes de la comunidad de La Huacana, en Michoacán, el miedo y sobre todo el repudio hacia las autoridades municipales, estatales y federales son sentimientos generalizados por la ola de violencia que se ha desatado en los últimos días en varios estados, específicamente en Michoacán, ante la pasividad de las fuerzas armadas.
La indignación de todos los sectores de la población se dio tras los hechos en La Huacana, donde un grupo de personas, que incluía hombres, mujeres y menores, se organizó para someter y desarmar a casi 20 militares para que se les regresaran armas de grueso calibre, que poco antes los uniformados les habían decomisado, entre las que destacaba un fusil Barret calibre 50, de los que usa la delincuencia organizada en sus enfrentamientos contra policías y fuerzas federales.
Los lamentables hechos quedaron registrados en un video difundido en redes sociales, luego que el Ejército realizara un operativo, donde se enfrentó a civiles y decomisó un arsenal.
Debido a ello, la gente se enojó porque, según los civiles armados, ciudadanos inocentes resultaron heridos y culparon al Ejército de lo sucedido, por lo que realizaron bloqueos carreteros en entrada y salidas de La Huacana, así como en las poblaciones de Zicuirán y El Chauz.
“Somos el pueblo”
En los videos que se compartieron se observa cómo los civiles encaran a los militares, los desarman y los amenazan.
En una grabación aparece un soldado con un teléfono en mano, reportándole aparentemente a su superior que los pobladores exigían el armamento y una camioneta que presuntamente les fueron confiscadas poco antes. Después, uno de los civiles toma la llamada y ordena al mando castrense:
“Quiero todas las armas, quiero que me las mandes en un carro particular a La Huacana. Somos el pueblo, no somos gente armada. Tú sabes cuáles son las armas (…) Aquí están todos tus muchachos y no se van a ir hasta que traigan las armas… No están en cuestión de pedir nada, aquí están los muchachos y vieras las caras que tienen (…) No estamos jugando, quiero las armas”, advierte.
El personal militar se observa amedrentado por el grupo de pobladores que en todo momento les insulta y reclama.
Luego de varias horas retenidos los militares, el grupo de uniformados fue liberado, pero no sin antes ser devueltas a los civiles las armas decomisadas previamente.
El CJNG en Michoacán
La retención de militares en La Huacana se dio luego de que, durante la madrugada del pasado domingo, supuestos integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) realizaran dos ataques contra policías municipales de Zamora.
Según publicaciones, esto se debe a un supuesto rompimiento entre el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y La Nueva Empresa, grupo delictivo conformado por ex integrantes de La Familia Michoacana, cuyas operaciones han alcanzado al Estado de México.
La Familia Michoacana tiene bajo su mando al menos tres grupos en varios estados de la República: Guerreros Unidos, La Nueva Empresa y La Empresa, cuyas operaciones se centran en Morelos, Guerrero y el Estado de México. Tras la ruptura, el CJNG vería en sus ex aliados una nueva rivalidad.
A la supuesta ruptura se suma una serie de graves sucesos: el reciente enfrentamiento entre miembros del CJNG y Los Viagras, en Uruapan, Michoacán, el asesinato de siete integrantes de una familia en Guerrero y la ejecución de dos agentes de la Policía de Investigación de Jalisco. Además, se dio a conocer la entrada de camionetas y automóviles del CJNG en Zamora, Michoacán, el pasado 26 de mayo.
El principal objetivo de Nemesio Oseguera Cervantes “El Mencho”, líder del CJNG, es el control de las plazas para sus actividades. Para esto, mantiene una feroz disputa en contra de Los Viagras, quienes supuestamente tienen el control de los municipios de Buenavista Tomatlán, Gabriel Zamora, Múgica, La Piedad, Jiquilpan, Aguililla y Tepalcatepec.
Aquellas zonas de Michoacán, detallan publicaciones, son puntos estratégicos para la producción y trasiego de droga sintética hacia Estados Unidos y Europa, la cual es trasladada a dichos lugares desde el puerto de Lázaro Cárdenas.
En Jalisco, los integrantes del Cártel de Santa Rosa de Lima se encuentran disputando las plazas al CJNG.
De los sucesos referentes al narcotráfico que han paralizado Michoacán, es uno que ocurrió el pasado domingo, pues oficiales de la Policía Municipal de Zamora, Michoacán, fueron atacados por integrantes del CJNG.
Terror entre la población
La irrupción en Zamora, a sólo 159 kilómetros de la capital de Michoacán, sembró el terror entre la población.
El enfrentamiento entre el CJNG y elementos de la Policía Municipal dejó cuatro oficiales muertos y otros siete lesionados.
Desde esos ataques, la psicosis ha invadido el municipio. Los ciudadanos creen ver vehículos con un ejército de criminales por todos lados, aunque no sea realidad.
En las noches, las calles lucen vacías y las tiendas cierran sus cortinas para resguardarse de alguna eventualidad. Cualquier golpe fuerte genera sobresalto en los habitantes.
Aunque a sus espaldas se encuentra un ostentoso operativo militar y enfrente hay uno policial, una ama de casa de Zamora dice que se siente insegura: “Hay mucha violencia y ya no podemos salir a la calle a gusto, ya no podemos andar con los niños a cierta hora de la noche, por miedo”.
Las calles, negocios y edificios en los puntos donde se registraron los ataques, quedaron marcados con los impactos de las balas, pero también por las escenas aterradoras que dejó esa afrenta a las autoridades.
El desafío del CJNG continúa: “Están agazapados en la comunidad de Ario, armados hasta los dientes y vestidos de militares”, se escucha en las radiofrecuencias de la policía.
El operativo estatal y federal continúa en las calles y, a decir de las autoridades, se extenderá a los 11 municipios de la región. Los habitantes ven pasar los convoyes con la duda de si serán efectivos.
En Hidalgo, pobladores impiden decomiso
Otro grupo de militares también fue retenido por pobladores, ahora de la comunidad de Ulapa, en el estado de Hidalgo, para evitar el decomiso de dos camionetas cargadas con combustible.
Unos 200 habitantes de Ulapa replegaron esta semana a elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) que llegaron a la zona ante la fuga de un ducto de Petróleos Mexicanos (Pemex).
En el lugar ya había dos camionetas con contenedores abastecidos de combustible, las cuales iban a ser resguardadas por los uniformados cuando los pobladores comenzaron a lanzarles piedras.
Los civiles causaron daños a las unidades de las fuerzas armadas y mantuvieron retenidos a los militares, quienes tuvieron que solicitar apoyo de la Policía Federal.
Violencia aumenta en 22 estados de México, según Índice de Paz
La violencia aumentó en 22 estados de México, según el Índice de Paz 2019, que presenta el Instituto para la Economía y la Paz (IEP). Unos 93 millones de mexicanos, 75% del total de la población del país, vieron cómo empeoraban las condiciones de paz en su estado de residencia durante 2018.
El director del Instituto para la Economía y la Paz (IEP) en México -entidad encargada del estudio- Carlos Juárez, afirmó que “22 estados del país empeoraron sus niveles de paz” y sólo en 10 se vio una mejora el pasado año.
Yucatán es el estado con mayores niveles de paz, seguido de Campeche, Tlaxcala, Chiapas e Hidalgo. Del otro lado, con unos niveles de violencia más altos, se sitúan Baja California, seguido de Guerrero, Colima, Quintana Roo y Chihuahua.
El índice se elabora tomando en cuenta distintos factores, como los homicidios, los delitos con violencia, los ilícitos que se cometen con armas de fuego, la cárcel sin sentencia y los crímenes relacionados con la delincuencia organizada.
Teniendo esto en cuenta, “el nivel de paz en el país se deterioró 4.9% en 2018, registrando un retroceso en 22 estados y mejorando sólo en 10”, señala el informe. Además, hubo un incremento de los homicidios del 14%.
Si se hace un promedio de todos los años en los que se ha hecho el estudio, se observa una caída de la paz del 21% desde el año 2015. De acuerdo con Carlos Juárez, maestro en gestión pública aplicada, esta caída progresiva se refleja de distintas formas en el país. Una de ellas es la tasa de homicidios, que desde 2015 creció un 80.5% de acuerdo con el estudio. Asimismo, los asesinatos se recrudecieron en 30 de las 32 entidades federativas en 2018.
Un problema concomitante a esto, es el uso de armas de fuego, “de muy fácil acceso en el país”. De 2015 a 2018, los delitos cometidos con armas de fuego se duplicaron, pasando de 13.5 delitos por cada 100 mil habitantes a 28.6 por cada 100 mil personas.
Tenemos un problema con el fácil acceso a las armas de fuego, esta cantidad de homicidios no sucedería si no fuera tan sencillo acceder a ellas”, aseguró el especialista.