Alfonso Esparza Ortiz, rector de la BUAP, en problemas
Jorge Luis Galicia Palacios lunes 8, Jul 2019Como veo, doy
Jorge Luis Galicia Palacios
- Lobos juega tiempo extra… ahora en el campo jurídico
- No al juego sucio, sí al “Fair play”
A días de que inicie la temporada de futbol, conocida como Liga MX, la justa deportiva va que vuela para que la pasión vaya más allá de sus habituales aficionados, pasando por aspectos de tipo judicial y de rendición de cuentas en el manejo de recursos públicos.
A principios del mes pasado, el 11 de junio, entre la opinión pública circuló un comunicado donde, en el marco de una reunión de directivos del soccer mexicano, realizada en Cancún, Quintana Roo, y encabezada por el presidente de la Liga MX, Enrique Bonilla, se informó sobre el acuerdo de “La Sustitución del Certificado de Afiliación del Club Lobos BUAP al Club FC Juárez. Por tal motivo, el Club FC Juárez participará en la Temporada 2019-2020 de la Liga MX, manteniendo el mismo cociente del Club Lobos BUAP”.
Qué significa lo anterior, pues simple y sencillamente que se desafilió de dicha asociación al equipo de Lobos y ese espacio será ocupado por otro club con sede en Ciudad Juárez, Chihuahua, sin embargo, todo indica que el trámite no sólo no ha concluido, sino que ha entrado a una especie de tiempo extra, en un terreno de juego, que no es de césped y mucho menos el árbitro será de pantalón corto.
Resulta que la venta de la franquicia, adquirida por los llamados Bravos de Juárez, fue impugnada por una de las partes vendedoras, que en este caso es la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), donde su rector, Alfonso Esparza Ortiz, lejos de quedar bien con la afición poblana, se ha ubicado en el ojo de huracán mediático y ahora no sólo es la afición quien le pide cuentas al respecto, sino que la comunidad universitaria y la población en general han empezado a exigir rendición de cuentas de los recursos de esta institución, ya que hay sospechas de posibles desvíos para fines que por supuesto nada tienen que ver con las actividades académicas de esa institución de educación superior.
Es cierto, la mayoría de los poblanos tenían conocimiento de la participación de la BUAP en el futbol, pero ahora hay una inconformidad por el hecho de que no se les haya tomado en cuenta en la decisión de vender al popular equipo, como tampoco se les consultó sobre el hecho de que la hija del rector haya estado al frente de la administración de los Lobos, proceso último que en términos jurídicos habla de un conflicto de intereses.
Según información que públicamente se ha hecho en diferentes medios noticiosos, el proceso de venta inició en abril de 2018, fecha en que la BUAP cedió los derechos a una empresa privada y el alegato de esta última es que nunca tuvieron la administración del equipo, a pesar de que habían dado cumplimiento a lo acordado para la liquidación y haber obtenido por ese hecho la cesión de derechos sobre el equipo y su control administrativo.
Qué hay detrás de todo este intríngulis jurídico, solo el rector de la BUAP y la empresa que obtuvo los derechos de los Lobos lo saben. Si hay juego sucio o no, si estamos ante un caso de reventa o si uno de los jugadores quiere engañar al árbitro, eso pronto lo definirán las autoridades competentes, pero por lo pronto el rector Esparza Ortiz tendrá que ir preparando una bitácora muy minuciosa del juego que le tocó jugar en este negocio de las patadas, porque hay un legítimo interés de los aficionados al balompié querer saber lo que está pasando, eso si no quiere que pronto la vox populi lo vea como un asunto de “expulsación”. Y que conste, en este tema nadie quiere que se repita la incógnita de aquella polémica jugada del mundial de 2014, donde jugaron la selección mexicana contra los holandeses: ¿Fue o no penal?
VA MI RESTO.- Antes de que inicie la temporada de apertura de la Liga MX será obligación de la Federación Mexicana de Futbol fijar claramente su posición en esta trama de la conversión de Lobos a Bravos y diga si la afición ya puede gritar “Fair play”.
En fin, no se sabe si hay certeza en las voces que acusan al rector de la BUAP de posibles desvíos de recursos, triangulaciones de dinero y daño al erario universitario, pero mientras no se esclarezca la cuestión futbolera los rumores seguirán alrededor de esa gestión.
En tanto eso sucede en el marco deportivo, en lo político y social muchos poblanos se preguntan si el tema ya está en el radar del ahora gobernador electo, Miguel Barbosa Huerta, quien por cierto asumirá oficialmente el cargo de titular del Ejecutivo estatal el próximo 1 de agosto del año, y seguramente la pregunta surge porque es muy común que la gente en general se entere de apoyos federales y estatales a las universidades, pero luego no se sabe a ciencia cierta en que se invierten, aunque queda claro que en la BUAP la prioridad no ha sido la educación, sino ver como rueda el balón.
Ojalá que pronto se resuelva el lío judicial en torno a la venta de Lobos BUAP, pero por lo pronto lo único que está logrando es empañar la imagen del prestigioso centro universitario y opacar también la fiesta del popular futbol, y hasta ahí porque como veo doy.