Voló el avión presidencial
Freddy Sánchez martes 11, Feb 2020Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Dos cuestiones incitan a la desconfianza social en los sorteos de la Lotería Nacional y de Pronósticos Deportivos. La certeza de que se puede hacer trampa, como sucedió en un sorteo de “Melate” años atrás y la falta de claridad sobre el destino concreto de los dineros para la asistencia pública.
Lo que viene a cuento, justo después de haberse tomado la decisión de realizar la famosa rifa del avión presidencial, que en realidad es un singular sorteo de la Lotería Nacional. Eso sí, posiblemente, el más grande en monto de lo sorteado con respecto a todos los anteriores, incluido el más conocido: el “Gordo de Navidad”.
En el que con un “cachito” alguien puede ganar más de dos y medio millones de pesos, una cantidad que el llamado sorteo del “Avión Presidencial”, superará con creces, en cuanto a premios se refiere, puesto que por cada billete de 500 pesos, se recibirá un pago de veinte millones de pesos. Y habrá cien ganadores. Nada parecido que se recuerde, en materia de sorteos de la lotería, con bolsas de esa magnitud.
Así que se trata de algo novedoso, por partida doble, en relación con los sorteos anteriores. Porque, además del fabuloso premio individual por billete, esta vez los que participen en el sorteo y la sociedad en general, no tendrán dudas acerca de que lo recaudado pudiera tener un destino ajeno a la asistencia pública.
Saber que parte de lo que se logre obtener con la venta de los billetes se destinará a dar financiamiento para los servicios médicos institucionales, lógicamente, inspirará la buena voluntad de aportar su ayuda, entre los interesados en la lotería del 15 de septiembre.
Y no importa que eso de rifar el avión presidencial, haya terminado por convertirse en algo ficticio, puesto que más bien se podría decir que el preámbulo para esta lotería fue el cuento de la rifa del avión presidencial, porque el premio al número ganador, será dinero y no la aeronave mencionada.
Así y todo, lo deseable ahora es que se estimule el ánimo social para que mucha gente ponga su “granito de arena” comprando billetes, a manera de que el inusual sorteo de la Lotería Nacional se traduzca en remediar un mal económico ocasionado por una compra institucional que ha traído más perjuicios que beneficios para las arcas públicas.
Es por ello, doblemente satisfactorio, haber encontrado solución al problema del avión presidencial, y de paso incentivar la confianza ciudadana en los sorteos para la asistencia pública. Un concepto, éste último, a la vez “oscuro”, que valdría la pena dejar en claro a la sociedad el destino concreto de los ingresos que provengan de los juegos y sorteos en México.
En ese aspecto, es necesario eliminar malas prácticas cerrando toda posibilidad de desviaciones. Y por lo mismo, hay que dejar plena constancia de que lo recaudado por la Lotería Nacional y Pronósticos Deportivos tendrá un etiquetado específico de su destino, a fin de que la sociedad sepa de antemano el uso que se dará a su dinero, evitando que persista aquella antigua sospecha social de que los sorteos para la asistencia pública suelen convertirse en la “caja chica” de políticos corruptos.
Así que en un afán auténtico de hacer certámenes oficiales que sean más atractivos y confiables para incrementar los ingresos en apoyo a una asistencia pública sin embustes, es menester que las autoridades pongan “en vuelo” sus ideas procurando encontrar mejores estrategias para estos eventos.
Y así poder afirmar que la rifa del avión presidencial, dio la pauta a un gran cambio en beneficio de la sociedad mexicana, al ir más allá de poner punto final una compra ruinosa para la nación, derivada de la adquisición de la aeronave “tristemente célebre”, y por todos, ampliamente conocida.
En resumidas cuentas, los mexicanos podríamos sentirnos doblemente satisfechos cuando se pueda decir, logramos tener absoluta trasparencia en la Lotería Nacional y Pronósticos Deportivos, aparte de que, metafóricamente, al fin voló el avión presidencial.