Abucheos
Armando Ríos Ruiz miércoles 4, Mar 2020Perfiles de México
Armando Ríos Ruiz
Cuando AMLO inició su ejercicio presidencial, los actos públicos a los que asistía eran una especie de regalo divino, por el comportamiento de sus asistentes, siempre con vítores y gritos de júbilo.
El gusto no duró mucho. Su comportamiento, muy lejano al que corresponde a un jefe de Estado, fue dejando qué desear. Las palabras y las frases, como “fifí”, “neoliberal”, “conservador”, “camaján” y otras, así como “me canso ganso”, “va porque va”, etc., comenzaron a dejar un mal sabor.
Su inclinación por denominar todo lo que le molesta con palabras ofensivas, como “hampa del periodismo”, -entre otros calificativos para el gremio-, “minoría rapaz”. “fuchi, huácala”, “pequeño faraón acomplejado”, “reaccionario de abolengo” y una cauda interminable de denuestos, dibujaron poco a poco y paso a paso, su verdadera personalidad.
No son pocos los que creen que sus actitudes conciliadoras con la delincuencia, son posturas que adopta por razones que sólo él conoce y que muchos imaginan. Que esas prédicas de perdón, de abrazos, son para disfrazar el verdadero por qué de las no acciones contundentes en contra de los criminales.
Sus conferencias matutinas despertaron interés al principio. Después, se notó el agotamiento de los temas y nada interesante en los nuevos. Los paleros fueron descubiertos. Él mismo se encargó de eso, al prestar demasiada atención a preguntas intrascendentes, a las que dedicaba respuestas de media hora.
Así, allá por marzo del año pasado comenzaron los abucheos en los actos a los que asistía. En el aeropuerto de Acapulco, cuando acudió a la Convención Bancaria, un grupo de mujeres le reclamaron el recorte al presupuesto del programa de estancias infantiles, con gritos: “!fuera… fuera!”
Durante la inauguración del estadio de los Diablos Rojos en la Ciudad de México, la porra del equipo fifí, como él mismo la llamó, le lanzó rechiflas, palabras altisonantes y gritos de “¡fuera, fuera!”
Al paso de los días de su cuestionado mandato, ha habido muchos otros eventos en los que la gente ha adoptado posturas similares, que se han hecho más repetitivas, comunes, necesarias tal vez. Hoy su popularidad se esfuma.
La última, el lunes, en su tierra natal, Macuspana, en donde inclusive amenazó con suspender su discurso. Le criticaron no haber bajado el precio de la luz, ni condonado ciertos adeudos, según su compromiso. AMLO mostró su verdadero rostro, descompuesto, furioso, fuera de sí.