El gobierno del azar
¬ Edgar Gómez Flores martes 17, Mar 2020Con mi mano izquierda…
Edgar Gómez Flores
La creación de grandes civilizaciones transformaron los patriarcados y matriarcados empíricos en verdaderos emporios sociales y políticos. Aglutinar a una población, en un territorio confinado, hizo que los antiguos gobiernos se allegaran de la ciencia para dar certidumbre a sus gobernados. Desde los sistemas militares de protección, hasta la seguridad alimentaria de los pueblos hizo que los antiguos emperadores desarrollaran una ciencia política basada en la experimentación y acumulación de conocimiento.
Las grandes civilizaciones, como el Imperio Egipcio que alcanzó en su cúspide una población de 5–6 millones de habitantes o, el Imperio Romano, que acumuló un monto cercano a los 60 millones, con énfasis en Roma, que contó con una población de un millón de habitantes en siglo II; se dieron a la tarea de desarrollar infraestructura propicia para la recepción de mercancías, el amurallamiento de las ciudades y la solución de problemas especiales, como plagas e inundaciones. Así, desde esas épocas, gobernantes y científicos, encontraron puntos medios para mantener el poder y a su vez la satisfacción de los pueblos.
La ciencia, en búsqueda de la verdad, y el gobernante, en búsqueda de su perpetuación, han caminado de la mano, algunas veces para dar satisfactores sociales y otras para mantener el poder o incrementarlo, en algunos casos, hasta en otros territorios. Sin embargo, se escuchan mutuamente, porque no podrían vivir uno sin el otro. Dejar que las cosas se consigan por la convicción personal, por el destino fatídico o simplemente por cuestiones de azar es una irresponsabilidad para los gobernados, más si se cuenta con información recopilada de la experiencia previa, propia o ajena.
En este tenor, actúa el presidente Andrés Manuel López Obrador en diversos aspectos; sin embargo resaltaré el tema mundial que nos atañe, la pandemia del Covid–19. El presidente, dentro de sus ideas inamovibles, que destacan su terquedad, se encuentra el reconocimiento de la pandemia; de su inicio en México y de sus consecuencias, sanitarias y económicas. La epidemiología tiene algoritmos matemáticos que deben ser evaluados y controlados. Pero, al parecer, el primer mandatario considera que con su sola convicción de control, el virus no tomará tierras mexicanas y sólo lo hará como turista. AMLO somete a la ciencia de manera vil y patética al forzar, mañana a mañana, al subsecretario de Salud, el doctor Hugo López–Gatell, a dar cifras y datos que satisfacen a su jefe más que a la gente. El doctor López – Gatell muestra molestia por las preguntas de los reporteros quienes piden información sobre la prueba de coronavirus del presidente. Su miedo refleja temor y el temor, en una contingencia, permite perder el control de las decisiones.
La 4T, hasta en un tema tan serio y tan científico, muestra su estilo, “como dice una cosa dice otra”. Por un lado se juegan partidos de futbol a puerta cerrada y por otro, se realizan eventos masivos musicales como el Vive Latino (41 mil personas asistieron), en la Ciudad de México. Por un lado se programa un mes de vacaciones, mientras por el otro se incentiva una ocupación del 90% de ocupación en las playas mexicana. Esto, sin mencionar la tontería (aunque haya quedado en el discurso) de evaluar la posibilidad de recibir vuelos de Europa imposibilitados para tocar territorio de Estados Unidos de América, después de la declaración de emergencia nacional dictada por el presidente Trump.
Creo que, como el caso del movimiento feminista, el presidente siente que su agenda es arrebatada por la realidad y trata, a través de la fantasía, de regresar a escribir el guión nacional. El presidente Andrés Manuel ha promovido la lectura de su galardonado compañero de lucha social, el escritor colombiano (radicado y fallecido en Coyoacán, México) Gabriel García Márquez. Específicamente “El Amor en los Tiempos del Cólera”. Sin embargo, de esa historia de amor platónico consolidada, en las últimas páginas, por el protagonista Florentino Ariza; recordaremos las escrita por él mañana a mañana… “Los Feminicidios en los Tiempos del Coronavirus”. Para pasar de amor a suspenso y de intentar hacer un homenaje a los ancianos a exponerlos de forma irresponsable. Empero, como el presidente es un hombre de juegos azar (como prueba, la rifa del avión presidencial) tiene la moneda en el aire y casi siempre juega con la moneda calada de “los otros datos”.