Los “grillos” oportunistas
Augusto Corro martes 24, Mar 2020Punto por punto
Augusto Corro
No es ninguna sorpresa que en una crisis surjan elementos negativos que traten de llevar agua para su molino.
Es lo que pasa ahora con la invasión del coronavirus (Covid-19).
Dos sujetos de extracción panistas decidieron aparecer en la vida pública para reprobar la política del gobierno en la lucha contra la pandemia del coronavirus.
Nos referimos al ex presidente Felipe Calderón y a Ricardo Anaya. El primero se encuentra en una campaña, junto con su mujer, en una campaña para fundar su propio partido político: México Libre.
El segundo, ya asomó la cabeza el domingo. El perdedor en las elecciones presidenciales dijo que ya se encuentra maduro para seguir en la lucha política.
El derrotado estuvo ausente varios meses, tiempo que utilizó para curarse las heridas. En su discurso de reaparición se inclinó por la unidad de los mexicanos para enfrentar la pandemia. Se escuchó falso.
Calderón y Anaya no tienen ninguna autoridad moral para sus pronunciamientos a favor o en contra de las autoridades que enfrentan al coronavirus.
Sin embargo, sus actitudes demuestran sus ambiciones para recuperar el poder político que perdieron.
Calderón todos los días en las redes sociales se empecina en descalificar al presidente López Obrador con razón o sin ella. El hecho es que se siente el hombre fuerte de la oposición sin serlo.
Como se sabe, el ex presidente michoacano y su esposa Margarita Zavala pugnan por la creación de un nuevo partido político: México Libre, que les permita volver a las andadas en la vida política.
Una vez probado el poder político difícilmente lo dejarán. No importa lo que suceda.
La historia de Calderón no tiene algo de ejemplar. Su partido de origen, Acción Nacional, que lo llevó a la presidencia de la República, no le mereció ningún agradecimiento.
En su ambición, una vez en la Ppresidencia de la República, quiso apropiarse de ese instituto político, sin conseguirlo. Lo que sí logró fue dividirlo.
Acción Nacional se fracturó y el principal responsable de la división fue Calderón. Quiso imponer a su candidato presidencial y no tuvo el apoyo suficiente.
Josefina Vázquez Mota fue la representante panista en la contienda electoral, en vez Ernesto Cordero, el favorito del michoacano.
Una vez que dejó la presidencia de la República, Calderón encontró más obstáculos en su partido que le impidieron satisfacer sus ambiciones personales. Obligado por el divisionismo, el michoacano abandonó Acción Nacional.
Su esposa, Margarita Zavala, también decepcionada por el rechazo de los blanquiazules decidió participar en las elecciones presidenciales, como candidata independiente.
El resultado fue el esperado. Ante su nula convocatoria, solo encontró el apoyo de algunos desorientados. Por cierto, a la aspirante presidencial no le importó falsificar la documentación para conseguir la candidatura a la que renunció.
El ex presidente Calderón su ambición por el poder no le permitió reflexionar sobre su pésima administración, que se distinguió por la guerra contra la delincuencia organizada.
¿El resultado? miles de muertos y desaparecidos. Además, le heredó a México una espiral de violencia sin fin. Decidió enfrentar, sin estrategia alguna, a los cárteles de la droga.
Su mano derecha en materia de seguridad fue Genaro García Luna, quien se encuentra preso en Estados Unidos, acusado de recibir sobornos millonarios del Cártel de Sinaloa.
El ex funcionario será juzgado en una Corte de Nueva York. Se espera que cite nombres de presuntos cómplices. ¿Sabía Calderón de las maniobras turbias de su subordinado? ¿Qué le parece estimado lector?
Hace varios días se le ocurrió Calderón criticar, en su cuenta de Twitter, la política del presidente Trump. Inmediatamente hubo respuesta del embajador de EU en México, Cristopher Landau.
Dijo el diplomático al exmandatario “que en tiempos de crisis, un ex presidente no tiene porque meterse en la política doméstica de otros países. Ahora más que nunca nos toca trabajar juntos. No politicemos todo por gracias a Dios (sic)”.
Ricardo Anaya, el ex candidato presidencial panista, sí sigue en Acción Nacional, al partido que dejó en vías de extinción. Y la pregunta obligada: ¿Algún día el PAN volverá ser el partido que representaba dignamente a la oposición?
Es posible que no vuelva a tener la fuerza política de hace varios años. Con Vicente Fox los azules ganaron la Presidencia de la República limpiamente. Fue el guanajuatense, quien no supo que hacer con esa victoria democrática.
Fox no cumplió con el cambio esperado por los mexicanos que fue promesa de campaña. Luego maniobró para dejarle la presidencia a Calderón, en unas elecciones que fueron calificadas de fraudulentas.
Anaya ya se dio cuenta que el actual dirigente de Acción Nacional, Marko Cortés Mendoza, no ata ni desata. En tiempos que debía demostrar el poder de la oposición partidista, el dirigente se encuentra perdido.
Los dos grillos: Calderón y Anaya no podrán borrar esa imagen de políticos corruptos. El michoacano por su relación con García Luna; y Anaya por el presunto delito de defraudación fiscal.
Recalcamos: los dos “grillos” carecen de autoridad moral para presentarse como “salvadores de la patria”.