Nada nuevo
Armando Ríos Ruiz miércoles 2, Sep 2020Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
El lunes, mucha gente se preguntaba: “¿qué irá a decir el Presidente en su informe?” La respuesta la encontraban en ellos mismos: “Seguramente nada nuevo”. No se necesitaba ser adivino para atinar con una precisión de francotirador. Al día siguiente, cada quién comprobó que no había una sola noticia qué apreciar.
Resumió en unos minutos lo que ha dicho en dos años. En realidad no resumió. Dijo lo mismo que ha repetido todos los días, desde las conferencias mañaneras hasta cuando saluda a alguien. Habló, desde luego, del combate a la corrupción, hasta de los problemas de inseguridad que ya fueron erradicados.
Como animales de costumbres, ya nos acostumbramos a las mentiras. No nos sorprenden, como no nos sorprendieron los temas abordados en el mensaje a la nación, que bien pudo ahorrarse, igual que las invitaciones a los presentes en Palacio Nacional, en donde escucharon aburridos los temas que ayer, anteayer, la semana pasada, el mes pasado, ha machacado con el mismo verbo monótono, como el maestro que habla a un grupo de alumnos que no entiende nada.
Habló de la crisis económica que se avecina, que, afirmó, no será prolongada, aun cuando su secretario de Hacienda, Arturo Herrera, dijo alarmado y como jugándose el puesto, que nos espera un 2021 terrible en esa materia. El peor desde 1932. Que se nos acabó el “cochinito” y que ya nada hay que romper.
Vaticinó que aunque no se contraiga deuda, ésta crecerá de todas formas entre 10 y 17 puntos del PIB, por efecto del tipo de cambio. Sus palabras fueron de alarma. Pero como siempre, el primer mandatario minimizó el problema, en lugar de allegarse información de los expertos en el tema, para vislumbrar alguna posible solución o por lo menos la atenuación de la crisis y aprovechar el informe para exponerla.
Lo que ha dicho durante dos años, cada día, desde el primero de su gobierno hasta anteayer sobre la corrupción, volvió a repetirlo ayer, por si fuera poco: que los conservadores están enojados porque perdieron sus privilegios. ¿A qué conservadores se refiere? Que sepamos, existieron el siglo antepasado durante los días que gobernó Benito Juárez. Su mente quedó anclada en ese pasaje. ¡Vivimos en 2020!
Sobre la criminalidad, ¡qué encanto! Habitamos un país privilegiado, en donde por arte de magia, sin necesidad de mover un dedo, con el prodigio de una mente ultrapoderosa que dice como con el amuleto: “¡criminales, deténganse!” y aunque no nos demos cuenta, se ha reducido para consuelo de los mexicanos.
Dijo que ya hay menos secuestros, menos homicidios, menos robos a transeúntes, menos robos a casas habitación. No mencionó cómo se ha hecho posible este milagro. Sin embargo, las cifras oficiales dicen lo contrario. Los homicidios se han mantenido y otros ilícitos se han incrementado.
Volvió a quejarse de que, desde Madero, ningún Presidente ha sido tan atacado como ahora. Será porque ningún Presidente antes ha dado tanto qué decir en su contra. No hay ocasión que anuncie una iniciativa de ley, que no sea para alarmar seriamente a los mexicanos. Los legisladores de Morena parecen instruidos para inventar lo que más preocupe.
Sólo hubo una mentira nueva: “No es por presumir, pero en el peor momento contamos con el mejor gobierno”. Dice el refrán que alabanza en boca propia es vituperio. Lo que un servidor observó en las redes sociales, fueron denuestos por doquier. Más condenas que alabanzas.
En fin. El informe fue una lamentable pérdida de tiempo. Bien pudo aprovecharlo, junto con la mañanera, para reunirse con sus expertos en materia económica -en donde él personalmente nada tiene qué hacer- para comenzar a buscar el remedio más eficaz y contrarrestar la tremenda catástrofe en esa materia, que ya está encima.