Tramposo ahorro
Alberto Vieyra G. jueves 3, Jun 2021De pe a pa
Alberto Vieyra G.
¿Es real el supuesto ahorro en lo que el Presidente llama la “austeridad republicana”? ¿A dónde va a dar el dinero público de los mexicanos de ese falso o tramposo ahorro? ¿Se roba ese dinero AMLO o se va a la compra de votos para perpetuarse en el poder?
Estas y muchas otras preguntas me hacen casi a diario mis tres lectores y radioescuchas.
Falso de toda falsedad es la “austeridad republicana” que según él es al más puro estilo de Benito Juárez. No, la austeridad en tiempos de Benito Juárez era real, pues sólo 8 de 21 estados de la república tributaban a las arcas de la nación. El país había sufrido la llamada Guerra de los 3 años entre 1858 y 1860 y de pilón, había sido invadido por el ejército francés de Napoleón III y para echarlos de México, Juárez tuvo que fusilar a Maximiliano, el segundo emperador de México. Así que el país estaba en bancarrota eran tiempos de vacas flacas en la administración pública y en todo México.
¿Y la “austeridad republicana” de AMLO, dónde está?
Esa es puro choro, puro cuento vaquero. Y es que mire usted; Ni el Presidente gana 108 mil pesos, como pregona, sino más de 150 mil como sueldo base y lo demás es por debajo del agua y eso no aparece en su declaración patrimonial, en los últimos 12 meses recibió poco más de 1 millón 500 mil pesos oficialmente. ¿Y el ahorro en las dependencias gubernamentales dónde está?
También es puro choro, puritita palabrería barata. Estamos ante un tramposo ahorro y le explico por qué. El presupuesto asignado a todas las dependencias gubernamentales, no se gasta sin el permiso de AMLO, pobre de aquel funcionario que se gaste un peso más de lo que le permite el falso “mesías tropical”. Lo que no se gaste, tiene que ser devuelto a la Secretaría de Hacienda y está a su vez hace una reasignación del gasto al Ramo 23 y de ahí, a la llamada partida secreta, que no es otra cosa que una bolsa millonario o un cochinito porque es la caja chica o grande del Presidente de la República y el dinero que llega a la partida secreta, el Presidente nos la parte porque ese dinero se puede gastar discrecionalmente sin que AMLO le tenga que pedir permiso a la Cámara de Diputados y menos al Senado de la República. Como usted puede ver, el Presidente reasigna perversamente el gasto público, disfrazado de “austeridad republicana”. ¿Y entonces a dónde demonios va a dar ese cochinito?
Pues bien cochino y en secreto, AMLO lo canaliza para comprar votos de sus adictos, se cree que compra alrededor de 23 millones de votos cautivos, en lugar de destinar esos dineros públicos a programas científicos, de apoyo al deporte, a la cultura, la tecnología, la educación, la producción del campo o para comprar medicamentos que eviten la mortandad de niños con cáncer. Eso no importa, lo realmente importante de la tramposa austeridad de AMLO es el clientelismo electoral para concentrar el poder en un solo hombre.
¿Austeridad real o robo del presupuesto? ¿Austeridad renunciar a una pequeña casa presidencial llamada Los Pinos para vivir en un Palacio Nacional con todos los lujos históricos y cuidado, ya no por el Estado Mayor Presidencial, sino por el ejército? ¿Austeridad en un gobierno que crea un Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado y se vuelve a robar lo que debería devolver? Eso no es ningún invento. El año pasado, renunció su titular de ese instituto don Jaime Cárdenas, un hombre de probada honestidad, pues al retirarse dijo que lo hacía porque el gobierno de AMLO se estaba robando lo robado.
¿En dónde está entonces la tramposa “austeridad republicana” que pregona AMLO? ¿Debe seguir la maldita partida secreta, con la cual el Presidente se la parte a todos los mexicanos o hay que legislar para poner fin a esa tramposa austeridad?