Migrantes, en riesgo permanente
Luis Muñoz miércoles 20, Abr 2011Segunda vuelta
Luis Muñoz
No hay la menor duda de que el problema de los migrantes es, aparte de complejo, preocupante, pues de acuerdo a un informe especial de la CNDH sobre el secuestro de migrantes en México, en prácticamente la mitad del país hay puntos rojos que significan un riesgo para quienes transitan por nuestro territorio con destino a Estados Unidos
Veamos lo que dice la CNDH al respecto, y que constituye una voz de alarma para las autoridades de los tres niveles de gobierno, por enésima vez.
Los puntos principales de mayor riesgo para que los migrantes sean víctima de la delincuencia se ubican en Baja California, Chiapas, Coahuila, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Michoacán, Nuevo León, Oaxaca, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sonora, Tabasco, Tamaulipas y Veracruz. Por fortuna, el Distrito Federal no aparece en este reporte. Ante esta situación, pide a las autoridades realizar, lo más pronto posible, un mapa donde se señalen las rutas más inseguras para quienes buscan transitar de México hacia la Unión Americana.
El organismo especifica que son 71 municipios con tramos carreteros y ferroviarios donde en algunas zonas se han documentado secuestros, maltratos, extorsiones, robos y ataques sexuales a migrantes.
La mayoría de estos lugares se relaciona directamente con la ruta del tren que utilizan los indocumentados en su tránsito por el país.
Según explica la CNDH, la ubicación de los puntos de conflicto se realizó a partir de testimonios de víctimas, diagnósticos y datos proporcionados por autoridades a la CNDH, por lo que hace un llamado a las autoridades mexicanas para garantizar de manera eficaz el derecho a la seguridad pública en puntos de reunión y tránsito de migrantes mexicanos y extranjeros, a fin de evitar hechos como los ocurridos en San Fernando, Tamaulipas.
Del mismo modo, exhorta a elaborar un mapa que señale las áreas y rutas que representan un peligro para niños, mujeres y hombres que buscan mejorar su condición de vida.
Este problema, cabe señalar, no es nuevo. En un informe anterior sobre el tema, la CNDH destacaba que la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran los migrantes es extrema, sobre todo ante casos de secuestro en los que se viola su dignidad personal y los derechos inherentes a ésta.
Es evidente que el hecho afecta no sólo a las víctimas, sino también a sus familias y comunidades. Para decirlo rápido: se trata de un delito que atenta directamente contra el derecho a la seguridad pública. Vulnera, además, los derechos humanos de los migrantes a la libertad, a la legalidad, a la seguridad jurídica, a la integridad, a la seguridad personal y, en algunos casos incluso, el derecho a la vida.
Los informes que elabora la CNDH tienen como propósito advertir sobre la dimensión actual del secuestro de migrantes y evaluar las acciones implementadas para su atención y combate. La intención, también, es sensibilizar a las autoridades competentes sobre la urgencia de atender este delito, para lo cual se han propuesto acciones para su prevención, así como para la atención integral a las víctimas. Sin embargo, pasa el tiempo y el problema ahí sigue, agravándose cada día más.
CIFRAS SOBRE MIGRACIÓN EN MÉXICO Y EL MUNDO
La CNDH ha dejado en claro que la migración es un fenómeno que se ha convertido en parte fundamental de la agenda internacional, pues su presencia cada vez mayor obliga a los Estados a abordarlo no sólo desde la política interior, sino también desde las relaciones bilaterales y regionales e incluirlo en las agendas de seguridad nacional.
El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) calcula en 214 millones de personas el flujo de migrantes internacionales a nivel mundial, de los cuales 40 millones son migrantes indocumentados.
Según el Banco Mundial, los principales países de destino son Estados Unidos, Rusia y Alemania, mientras que los países con mayor proporción de emigrantes son México, India y China. El principal corredor migratorio es el de México-Estados Unidos.
México se caracteriza por ser un país de origen, tránsito, destino y retorno de migrantes. Su posición geopolítica respecto de los Estados Unidos constituye uno de los factores que más influyen en su política migratoria. Según la Subsecretaría de Población, Migración y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación, al año ingresan a México aproximadamente 150 mil migrantes indocumentados, la mayoría provenientes de Centroamérica. De acuerdo con organismos de la sociedad civil esta cifra asciende a 400 mil.
Es indudable que el aumento de la pobreza, la disparidad de salarios, el desempleo, los diferenciales en expectativas de vida y la brecha educativa, que es cada vez mayor, están directamente relacionados con la migración, ya que muchas personas quedan marginadas de la oportunidad de ejercer plenamente sus derechos económicos, sociales y culturales. De manera que un sinnúmero de personas migrantes han sufrido violaciones a sus derechos más esenciales antes de partir de su lugar de origen y, en muchas ocasiones, son estas violaciones las que precisamente inciden en su decisión de migrar.
Actualmente, no se puede abordar la migración sin considerar los factores económicos que influyen en el fenómeno. En el estudio “La era de la migración. Movimientos internacionales de población en el mundo moderno”, Stephen Castles y Mark J. Milleri señalan que la era de la migración se caracteriza por la globalización de la migración, es decir, cada vez más países se ven afectados por los movimientos migratorios provenientes de una diversidad de áreas.
La era de la globalización obedece a cambios en los patrones de inversión global. La expansión en el sector de los servicios demandó trabajadores con alta capacitación y, a la vez, trabajadores con escasa calificación. De hecho, los nuevos modelos económicos generan crecimiento en el empleo informal, aumento en el trabajo de tiempo parcial, así como condiciones cada vez más inseguras de empleo. La creciente diferenciación de las fuerzas laborales con base en el género, la edad y la nacionalidad, orillan a mujeres, jóvenes y miembros de las minorías hacia el sector informal o casual del empleo. En este sentido, la migración ha proporcionado un canal importante para abastecer estas fuerzas laborales.
Revisar algunos patrones de la economía centroamericana ayuda a entender ciertos factores que pueden influir en la decisión de los centroamericanos de migrar, utilizando a México como país de tránsito hacia el encuentro del llamado “sueño americano”. De acuerdo con el estudio Panorama social de América Latina, 2010, generado por la División de Desarrollo Social y la División de Estadística y Proyecciones Económicas de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en 2009, América Latina y el Caribe experimentaron una caída del 3% en el producto interno bruto por habitante. La contracción afectó particularmente a El Salvador, Honduras y Paraguay. En ese mismo año, la incidencia de la pobreza alcanzó a un 33.1% de la población de la región, incluido un 13.3% en condiciones de pobreza extrema o indigencia.
En un estudio de la CEPAL se informó que el índice de pobreza en países de origen de migrantes en tránsito por México, durante el 2008, es de: 39% en Ecuador, 47.5% en El Salvador, 54.8% en Guatemala y 68.9% en Honduras.
Aunado a un limitado acceso a los derechos sociales y económicos en sus países de origen, los migrantes en diversos casos son víctimas de violaciones a sus derechos humanos en los países de destino o tránsito, como es el caso de México.
Su carácter de indocumentados los expone a un sinnúmero de violaciones a sus derechos, ya sea por la delincuencia organizada o por acciones u omisiones de algunos servidores públicos.
Como resultado de su especial situación de vulnerabilidad existe un bajo índice de denuncia entre la población migrante que ha sido víctima no sólo del delito, sino de violaciones a sus derechos humanos en general. El número de quejas de las y los migrantes es mucho menor al de los casos de agravio cometidos en su perjuicio porque tienen clara su prioridad: llegar a su lugar de destino sin ser detectados.
Como se estableció en la Recomendación General número 13, Sobre la Práctica de Verificaciones Migratorias Ilegales, emitida por esta Comisión Nacional de los Derechos Humanos, entre las razones por las que los extranjeros no denuncian, pueden señalarse: su desconocimiento de los procedimientos, las autoridades y los organismos competentes para investigar y sancionar los abusos de que son víctimas, la carencia de información sobre los mecanismos y las instancias de tutela de sus derechos humanos, la falta de tiempo necesario para presentar su queja o denuncia, así como el temor a ser expulsados o sufrir represalias.
Es por lo anterior que el personal de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos no espera a que el migrante se acerque a sus instalaciones para recibir una queja, sino que se le busca en la ruta por la que transita, se le hacen saber sus derechos, entre los que se encuentra el de denunciar si ha sido víctima de delito y se vela por la protección a la que tiene derecho por ley.