Otro mito genial
Freddy Sánchez martes 3, Ago 2021Precios y desprecios
Freddy Sánchez
La consulta quedó atrás y ha llegado la hora de la verdad.
El gobierno de Andrés Manuel: ¿tiene o no tiene pruebas de la corrupción de los ex presidentes, si no de todos los mencionados, al menos de uno o dos de ellos?
Enrique Peña Nieto, Felipe Calderón Hinojosa, Vicente Fox, Ernesto Zedillo y Carlos Salinas.
De cuántos de ellos se cuenta con información fidedigna que acredita sus manejos corruptos durante la gestión que desempeñaron como jefes del Ejecutivo.
Porque ni modo de creer que cada una de las acusaciones o insinuaciones hechas en su contra durante los casi tres primeros años del actual gobierno federal, (formuladas desde el Palacio Nacional, Morena y aliados distintos de la Cuarta Transformación) tuvieron el endeble soporte de meros chismes de vecindad o especulaciones de adversarios políticos “lengua larga” y corta virilidad para sostener sus dichos antes un ministerio público.
Y es que ante la manifiesta voluntad de la mayoría de los que fueron consultados el domingo y demandaron el juicio a los ex presidentes, (sin importar en que porcentaje se dio la participación legalmente exigida para la vinculación del “sí o no” de la pregunta formulada), huelga decir que sobran motivos para proceder a aportar las pruebas de los ilícitos presuntamente cometidos por los ex presidentes.
El primer mandatario Andrés Manuel López Obrador había declarado no estar de acuerdo con que se procediera a la realización del juicio, pero como la gente que acudió a la consulta lo demandó y él se ha manifestado dispuesto a hacer lo que el pueblo le mande lo que corresponde es un acto de congruencia con la palabra presidencial.
Y de ahí, la imperiosa necesidad de que si existe delito que perseguir en contra lo antecesores de AMLO y se cuenta con las pruebas para demostrarlo hay que llevarlos a juicios.
Y no precisamente a petición popular, sino por la sencilla razón que así lo manda la ley. Perseguir los delitos en este país es una obligación legal de las autoridades competentes.
De modo que suponiendo que las múltiples tachas de haber presidido gobiernos corruptos que se dedicaron a saquear al país y a enriquecer a grandes empresarios y políticos voraces, en realidad, no sólo fueron habladurías de mala fe, sino aseveraciones que se pueden acreditar, es menester que las pruebas se exhiban ante los jueces respectivos y se proceda a solicitar las órdenes de aprehensión de quienes desde las primeras magistraturas del pasado, se hayan coludido para la comisión de diversos delitos.
Aquello de que el que calla otorga, no basta para dar por acreditadas las culpas de los ex presidentes, (uno, dos o más), supuestamente involucrados en raterías contra la nación que tanto se les achaca y no han desmentido procediendo a actuar, además, en contra de sus acusadores, lo cual no es ni puede considerarse como una aceptación de culpas o el simple deseo de “no hacer olas” tratando de “librar el temporal” acusatorio. Dos cuestiones habrá que dilucidar pues, tras la consulta del domingo: fueron o no exactas y ciertas las imputaciones de corrupción contra los antecesores del Presidente en turno. Y otra: hay o no pruebas para demostrarlo. Porque, de ser lo segundo es preciso llevar a sus últimas consecuencias las acusaciones contra los ex presidentes.
Y procurar que quienes hayan incurrido en comportamientos irregulares o los solaparon entre sus subalternos de alto nivel o grandes hombres de negocios inmorales y sinvergüenzas respondan ante los tribunales de sus inclinaciones corruptas.
La 4T tiene la palabra para demostrar que no se trata de otro mito genial.