Frenar a los “chapulines”, tema de la venidera reforma electoral
Miguel Ángel Rivera martes 7, Sep 2021Clase Política
Miguel Ángel Rivera
El anuncio de la dirigencia del PRD capitalino, encabezada por Nora Arias Contreras, de que prepara la expulsión del diputado local Ricardo Janecarlo Lozano Reynoso por haber decidido pasar a la fracción parlamentaria del partido oficial, Morena, revivió uno de los temas más candentes para la anunciada próxima reforma electoral: la asignación y la existencia misma de los diputados plurinominales.
Los diputados (y luego los senadores) de representación proporcional, popularmente conocidos como diputados de partido nacieron en los años 60 con la finalidad de impulsar la alicaída democracia nacional, sobre todo darle juego a la oposición.
Con el tiempo, el sistema se consolidó, hasta que, a partir de 1997, el PRI perdió la mayoría en la Cámara de Diputados, superado por la suma de los representantes de los partidos de oposición (en el Senado se dio el mismo proceso, aunque años después), hasta que el cambio llegó al extremo, a partir de 2018, cuando un partido de reciente creación, Morena, conquistó por sí mismo la mayoría
En esta transformación tuvo mucho que ver el sistema de representación proporcional.
Pero no todo fue lineal ni totalmente limpio, pues en el camino se dieron muchos fenómenos nuevos, entre ellos el cambio de bancada, un proceso que se denominó popularmente como chapulineo, pues los legisladores que brincaban de un partido a otro fueron definidos como ese insecto ortóptero, que tiene como característica principal el dar grandes saltos. En lenguaje menos coloquial, a quienes cambian de bando se les conoce como “tránsfugas”.
Este nuevo fenómeno, como “ocurre con frecuencia en la política, provocó reacciones encontradas, pues resultaba positivos para el partido que se beneficiaba con la llegada de nuevos integrantes, mientras que los que perdían algún miembro -especialmente las bancadas minoritarias- se sentían y resultaban afectadas.
El colmo del chapulineo fue que los partidos lo aprovecharon para saltar el límite de la sobrerrepresentación, como lo hizo en su momento el PRI y, luego, Morena en la recién concluida LXIV Legislatura, al registrar a algunos de sus candidatos con las siglas de otro partido, lo cual les aseguraba una mayor asignación de posiciones plurinominales y al iniciarse el periodo de sesiones, todos esos encubiertos saltaban a su verdadera bancada y así la hacían mucho más fuerte.
En lo particular, para el legislador chapulín, sólo había beneficios, pues por lo general junto con el cambio de bandera llegaban comisiones y puestos de mayor nivel.
En otros casos se podría decir que el cambio de bandera estaba justificado, pues con frecuencia un legislador encontraba obstáculos dentro de su partido de origen para aspirar a otros cargos o se inconformaban con los procedimientos de sus dirigentes.
Por eso, se puede anticipar que, aunque suena como un acto justiciero, la anunciada expulsión del diputado Lozano Reynoso, no le afectará en lo particular, pues si se decidió a saltar del PRD a Morena es porque le conviene y a su nueva bancada le viene muy bien la adición porque en el Congreso capitalino hay un equilibrio de fuerzas entre Morena y aliados y el llamado bloque opositor. A final de cuentas se impondrá el bando que logre atraer a más chapulines.
Hay conocedores de las normas internas del Congreso capitalino que sostienen que el ex perredista no se puede incorporar formalmente a la bancada de Morena, pero en la realidad, esas normas no tienen ningún valor, pues lo que importa es el voto o los votos que aportará el “neomoreno” en los momentos de trascendencia.
Pero como no todo mundo considera legítimo “cambio de chaqueta”, desde hace tiempo se han planteado propuestas de modificar el sistema de asignación de las diputaciones y senadurías “de partido”.
Básicamente, los inconformes con el chapulineo sostienen que los diputados plurinominales, como su nombre popular lo indica, son del partido y el partido es el que debe decidir quién debe ocupar ese sitio en caso de renuncia del titular. En otras palabras, el individuo que cambia de bando no se puede llevar su posición de senador o de diputado.
“No permitiremos una traición más en el #PRD. Iniciamos el procedimiento de expulsión de Lozano Reynoso Ricardo Janecarlo; NO hay cabida para quienes no sean comprometidos, leales con los Principios, Estatutos y con nuestra militancia de Partido”, comentó la dirigente capitalina del PRD en relación a este caso.
Propuestas para frenar a los tránsfugas
Como apuntamos, en ocasiones el fenómeno del chapulineo beneficia a una fuerza y perjudica a otra. Pero también están muchos que consideran que ese fenómeno es negativo y que debe cortarse de raíz.
En las dos cámaras, en la de Diputados y en la de senadores hay varias propuestas, desde diferentes bancadas, para erradicar definitivamente este sistema viciado. Inclusive, hay iniciativas para reducir drásticamente el número de plurinominales, pero también existen quienes recomiendan que todos los legisladores sean elegidos mediante el sistema plurinominal.
Como es un tema que estará a discusión durante la anunciada reforma electoral, para la cual el presidente Andrés Manuel López Obrador ha propuesto, por ejemplo, la desaparición del INE y de los tribunales electorales, elegí dos iniciativas de distintas fuentes.
Una es del diputado de la LXIV Legislatura, por Morena, David Bautista Rivera, quien básicamente propone que los legisladores que deseen cambiar de bancada deben dar aviso a la directiva de su cámara con 90 días de anticipación y, luego, todavía permanecer como independientes antes de poder incorporarse a otra fracción parlamentaria.
En la exposición de motivos, Bautista Rivera señaló:
“Con ese sistema (representación proporcional) se busca que la población quede política y democráticamente bien representada en la cámara baja, ya que se elige un diputado directamente por mayoría y se ingresa una proporción más en base a la cantidad de votos que reciben los partidos políticos, sin embargo, este sistema se ve afectado por un fenómeno muy recurrente que es el cambio de diputados entre grupos parlamentarios y que ha captado la atención y la preocupación de la ciudadanía, recientemente.
“Este fenómeno se conoce formalmente como “transfuguismo parlamentario”; y es a lo que popularmente llamamos chapulineo. Consiste en que, quien habiendo ganado el cargo de legislador por medio de la postulación de un partido, se cambia al grupo parlamentario de un partido distinto, obedeciendo intereses personales y no a la ideología política del partido, bajo el argumento de garantizar el propio ejercicio del derecho político, contradiciendo, en muchos casos, el encargo de la ciudadanía que otorgó mediante su voto y ocasionando graves perjuicios que se traducen en desacreditación y desconfianza de la ciudadanía en los representantes del pueblo.
“Pero la excusa de libertad de afiliación no es suficiente para justificar el transfuguismo parlamentario, porque los diputados llegaron al curul representando a un partido político o a la ideología o corriente política del mismo, especialmente tratándose de los legisladores plurinominales; por esto, el chapulineo congresista contraviene la voluntad del pueblo y su voto, pues precisamente, los diputados fueron votados por considerarlos representantes de ese cúmulo de ideas.
“Es decir, la curul parlamentaria no pertenece al partido político, pero tampoco pertenece al diputado: la curul pertenece al electorado, al pueblo”…
En tanto, el senador panista Raúl Gracia Guzmán presentó en la LXIII Legislatura una iniciativa de reformas a la Ley Orgánica del Congreso de la Unión, con el fin de que ningún senador o diputado pueda cambiar de fracción parlamentaria o formar una nueva.
“El tránsfuga parlamentario violenta la voluntad de los votantes. (Esteban, 2016) Genera un retroceso a la democracia pues se convierte en un engaño para los votantes. A esta práctica se le puede definir también como un fraude electoral. El tránsfuga parlamentario es aquel que ganando una elección postulado por un partido político y siendo ya ganador, renuncia al partido con el cual ganó la elección y se suma a otro partido y por ende a otro grupo parlamentario”, escribió Gracia Guzmán en su exposición de motivos.