Reunión EU, Canadá, México
Armando Ríos Ruiz viernes 19, Nov 2021Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
Al momento de escribir la presente columna, seguramente aún no había dado comienzo la reunión entre los presidentes de Estados Unidos, Joe Biden; de Canadá, Justin Trudeau y de México, Andrés Manuel López Obrador, en la que además hubo un encuentro con la vicepresidente del país vecino, Kamala Harris.
Tanto nuestro mandatario, como su secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, han insistido en que posiblemente no sea abordado el tema de las energías. Sin embargo, los especialistas piensan lo contrario: que es un punto obligado, por constituir una de las grandes preocupaciones de nuestro vecino del norte, quien desde que inició su mandato ha mostrado un interés muy particular por aligerarle la carga de veneno ambiental al mundo entero.
No sólo se trata del anterior. Existen otros de interés compartido. Están los de migración, que envuelve a México por ser paso obligado de los viajeros centroamericanos que han invadido grandes espacios en nuestro territorio, con vistas a arribar al otro lado de la frontera norte y en donde se han alojado, se dice, para de alguna manera mexicanizarse y obtener credenciales para votar a favor de Morena, además del de la reforma eléctrica, ya en la mesa del Congreso mexicano.
Hasta hoy conoceremos parte de la realidad, debido a que como se acostumbra, no se dan a conocer los asuntos más preocupantes. O para decirlo de otra forma, los regaños infligidos a los participantes que se niegan a seguir los pasos de la modernidad, que hoy corresponde a la implantación en todos lados, de las energías que no contaminan el ambiente, producidas por modernas fuentes de suministro que tienden a sustituir al carbón y al petróleo.
Nuestro Presidente dijo que de ser tocado el punto, insistirá en defender el uso de energías sucias y caras, porque antes, las limpias se convirtieron en fuentes de corrupción, cuyo ataque es bandera de su gobierno, aunque sólo de palabra, ya que este fenómeno subsiste pese a toda la verborrea envuelta en el discurso diario, que no opera. Fuentes seguras afirman que ha crecido más que en los gobiernos anteriores, que no cesa de aludir a toda hora, en cualquier lugar y sin motivos.
La respuesta más obvia frente a juicios como el anterior, sería que se olvide del enfermizo recuerdo del pasado y se ponga a combatir lo que tiene en su propio ejercicio de gobierno. Lo que ocurrió antes ya no es posible deshacerlo. Puede borrarse y hasta ponerse un ejemplo, con acciones exactamente diferentes. Lo malo es que hoy sólo se ataca el problema con palabras, aunque en el fondo, las cosas no sigan iguales, sino que hayan empeorado.
Además, ningún argumento vale la pena, si de salvar al planeta entero de la contaminación se trata. ¿Qué encierra en el fondo la insistencia del Presidente, de continuar con la aplicación de oxígeno a una empresa endeudada y moribunda como Pemex y presionar a sus huestes y a otros partidos en las cámaras, para que se apruebe una reforma eléctrica que lejos de beneficiar perjudicará?
Los mal pensados dicen que el asunto se trata de consumir carbón por miles de millones de toneladas al año, que producen las minas del senador Armando Guadiana, quien suministraría la materia prima gracias a un arreglo que dejaría mucho dinero. Por cierto, se sabe que tres de sus empresas fueron beneficiadas por la presente administración, con condonaciones de adeudos fiscales, desde que es senador por Morena. Se trata de la Compañía Minera Ameca, Compañía Minera Huajicari y la firma Carbón Mexicano, de acuerdo con un medio digital.
Otro tema que pudo ser tratado, es el relacionado con la seguridad, que también afecta a Estados Unidos por compartir con México la misma frontera y en donde a cada rato hay balaceras y muertos por bandas de criminales que se mueven entre los dos países para defender intereses creados por el trasiego de drogas.
Lo curioso de esto es que todos los temas que preocupan a los vecinos, han sido creados por la dejadez, por la nula participación de nuestras autoridades en imponer el orden y por actuar exactamente al revés de lo que pudiera favorecer al interés popular. No es cuestión de inteligencia, sino de simple sentido común.